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La familia debería ser ese refugio de apoyo incondicional, ese lugar donde encontramos comprensión y amor. Pero, a veces, son justamente nuestros seres queridos quienes nos llevan al límite. Un comentario inoportuno, una expectativa imposible de cumplir o un gesto que nos deja sin palabras pueden sacarnos de nuestras casillas. A pesar de que nos duela, es importante reconocer que no todas las relaciones familiares son perfectas. Establecer límites es esencial para preservar nuestra paz mental y no permitir que los comportamientos familiares nos arrastren a situaciones tóxicas.
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