Cómo Tim Burton pasó de ser el chico raro del cementerio a dejar una huella imborrable con sus películas
Tim Burton es uno de los directores más conocidos del cine actual. Quizá más de uno recuerda alguna de sus películas, en las que nos presenta sus universos fantásticos, como el de Jack Skellington en El extraño mundo de Jack, el ambiente oscuro de Batman o los lugares que están en el más allá de El cadáver de la novia, y muchos más. Sin embargo, ningún personaje vino de la nada, ni siquiera el fantasma de Bettlejuice, sino que están inspirados en su niñez.
En Genial.guru te contamos la historia de este renombrado director y de la gran influencia que tuvieron las ideas y sueños de su infancia en las películas que tanto amamos.
Un niño introvertido que se divertía en el cementerio
Tim Burton creció en Burbank, California, un suburbio de Los Ángeles en el que no pasaban muchas cosas, pero que estaba rodeado de estudios de cine. Burton era un niño introvertido al que le gustaba ver películas, jugar y dibujar, además de pasar tiempo en un cementerio que estaba al final de su calle.
Él recordó en una entrevista: “No era muy tenebroso, aunque la gente probablemente piense que lo es, se sentía más emocionante, solitario y especial. Era un buen lugar para pensar”. Burton, al igual que muchos niños de los años 60 y 70, creció con las películas de Disney, pero las que más le gustaban eran las de los monstruos de los años 30, como Frankenstein, Drácula y La Momia.
“Yo nunca leía”, recuerda en su autobiografía. “Así que mis cuentos de hadas fueron probablemente esas películas de monstruos. Los cuentos de hadas son igual o hasta más violentos que esas historias”.
Todo esto inspiró al joven Tim para hacer sus propias películas de monstruos en el patio trasero de su casa, usando técnicas de animación cuadro por cuadro con una cámara Super-8. Gracias a sus inclinaciones artísticas, en 1976 se ganó una beca para entrar al prestigioso Instituto de las Artes de California (CalArts).
¿Su trabajo soñado o su peor pesadilla?
Burton cuenta en su biografía que en CalArts pudo darle vuelo a su imaginación y hacía más películas en su tiempo libre. Por esas fechas Disney estaba buscando sangre joven para que se uniera a sus filas, y se hacía una especie de competencia en la que se elegía a los más prometedores entre todos los estudiantes. A Burton le tomó tres años ser elegido, pero finalmente en 1979 fue contratado como animador para la película El zorro y el sabueso.
Aunque era su trabajo soñado, no fue una grata experiencia. “Probablemente estuve más deprimido que nunca en mi vida”, recuerda Tim Burton. “Yo no podía dibujar esos zorros de cuatro patas, simplemente no podía hacerlos al estilo de Disney. Trabajar con ellos fue como una tortura china. No tuve paciencia, pero eso fue algo bueno”.
Los productores de Disney notaron su frustración y su talento. Por eso le dieron 116 mil dólares para que hiciera una versión de Hansel y Gretel para el naciente Disney Channel. Era un experimento hecho con actores japoneses combinado con animación que solo se emitió una vez, pero dejó ver la gran capacidad del director para adaptar historias y darles su particular visión.
A sus 25 años, los directivos de Disney vieron el enorme potencial que tenía el joven director y decidieron financiar su tercer trabajo, para lo cual le proporcionaron un presupuesto de 1 millón de dólares. Burton hizo un homenaje a Frankenstein, pero con un niño que le devuelve la vida a su perro: Frankenweenie.
Se planeaba estrenar este corto en el relanzamiento de Pinocho, en 1984, pero recibió una clasificación no apta para todo público que no coincidía con la de Pinocho (que era apta para todos), por lo que el corto fue archivado. En 2012 Burton hizo un remake animado en el que agregó todos los elementos de su niñez que no pudo incluir en la versión original.
Su primera gran aventura como director
Esta frustración lo llevó a dejar Disney, pero como su nombre comenzaba a sonar en toda la industria, rápidamente encontró trabajo como director con Warner Bros. Allí lo escogieron para llevar a la pantalla a uno de sus personajes más famosos: Pee-Wee Herman. “Fue el trabajo más fácil que he tenido”, recuerda Burton.
Para la música de esta película, Burton se acercó a un músico de rock que admiraba: Danny Elfman. Él nunca había hecho esto, pero la química que se logró entre ellos fue inmediata. En el verano de 1985, se estrenó La gran aventura de Pee-Wee, que fue un éxito de taquilla, pero recibió malas críticas de parte de la prensa especializada.
La reinvención con un fantasma
Las malas críticas eran devastadoras, en parte porque se alejaba del estilo que había presentado en sus cortos anteriores. Pero como la película fue un éxito, la compañía productora estaba ansiosa de que hiciera una nueva.
Burton se tomó un par de años, hasta que recibió el guion de Bettlejuice. Decidió hacer de esta cinta algo mucho más personal, agregando elementos que tuvieran más significado para él. Por ejemplo, la escena del cementerio es un recuerdo de su niñez. Bettlejuice fue un éxito en la taquilla y en la crítica.
La creación del mundo oscuro con Batman
El éxito de Bettlejuice le dio la oportunidad de dirigir en 1989 uno de los grandes productos de la compañía, la película Batman. Cuando los fans se enteraron, rápidamente mostraron su descontento, ya que Burton aún no se había librado de las malas impresiones que había generado Pee-Wee, y Keaton era más famoso por sus comedias.
Todos pensaban que Burton se basaría en la serie de los 60. Sin embargo, Tim estaba más impresionado por la versión de los cómics. La película fue una de las primeras en la historia en recaudar más de 100 millones de dólares en sus primeros 10 días, y se convirtió en un fenómeno cultural sin precedentes.
Sus películas más queridas
Gracias al éxito de Batman, Burton se convirtió en el director más buscado de Hollywood, y Warner Bros. de inmediato le pidió que hiciera una secuela. Pero él decidió tomarse un respiro en lugar de hacer el siguiente gran éxito de taquilla que todo el mundo esperaba.
Decidió hacer una película más personal, basada en una imagen que había dibujado en su niñez, la de un hombre con tijeras en vez de manos: El joven manos de tijera. Muchos de los sets están inspirados en las casas de la niñez de Burton. Se convirtió en un éxito de taquilla y se volvió un filme de culto. Burton dice que no es su mejor película, pero sí su película más querida. Dijo que nunca haría una secuela porque sería alterar su pureza.
La cantidad de trabajo que le llegó fue inmensa, pero aun así Disney le dio la oportunidad de desarrollar una historia escrita enteramente por él e inspirada en un poema que escribió de niño, cuando vio cómo en una tienda reemplazaban los adornos de Halloween por los navideños. Cuando vio a Santa junto a los fantasmas y a otras criaturas, su imaginación se disparó. Así concibió y produjo El extraño mundo de Jack, una de las películas que más representan su visión oscura y a la vez inspiradora.
El regreso a sus raíces
En sus siguientes trabajos, Burton no se ha alejado de su estilo característico y siempre ha agregado elementos que lo diferencian de los demás, pero que también son sacados directamente de las experiencias de su niñez.
Al hablar de esas referencias, Burton comentó en una entrevista: “Son esas primeras semillas que te hacen crecer y convertirte en lo que eres, y definitivamente son parte de ti. No te dejan, no puedes borrarlas y seguir. Es parte de tu ADN”. Burton, desde el fracaso de su primera película, decidió no alejarse de sus raíces y de las imágenes que surgieron en su infancia.
Con una nueva serie basada en los Locos Addams por estrenarse pronto, y la posibilidad de que se haga una segunda parte de Bettlejuice, asistimos al regreso de uno de los directores más queridos e imaginativos del cine actual.
¿Cuál de las películas de Tim Burton es tu favorita? ¿De qué otro filme te gustaría que hubiera una secuela?