Me alegro de que pudiera conseguir sus sueños :)
La pluma candidata al Premio Nobel que estuvo cerca de ser acallada por las necesidades familiares
Elaine Potter Richardson, más conocida como Jamaica Kincaid, nació en 1949 en St. John’s, Antigua, en el seno de una familia de recursos bajos o moderados, pero siempre cercana y amante de la literatura, la lectura y los libros. A pesar de las muchas dificultades que tuvo que sortear y a las que debió hacer frente hasta convertirse en la mujer que es hoy en día, es un ejemplo de perseverancia y superación.
Genial.guru quiere contarte la historia de una mujer que fue capaz de alcanzar sus sueños, de hacer de su pasión su profesión y su forma de vida, una mujer que pasó de tener que dejar la escuela a ser candidata al Premio Nobel de Literatura.
Inicios difíciles
En un entorno complejo y en relativa pobreza, Jamaica Kincaid se crio junto a una madre culta y alfabetizada que se dedicaba a las tareas del hogar, y con un padrastro carpintero. La relación con su madre siempre fue cercana y estrecha, y fue ella quien le inculcó el gusto por la lectura en un intento de mantenerla tranquila, pero también para que no la molestase. Definitivamente fueron muy unidas hasta que nacieron sus tres hermanos, el primero de ellos cuando ella tenía nueve años. Desde ese momento comenzó a producirse un distanciamiento entre ambas causado por la ausencia de atención hacia Jamaica y una total concentración en sus hermanos menores.
Si la situación económica de la familia ya había sido complicada hasta ese momento, con la llegada de un nuevo bebé los gastos aumentaron, mientras que los ingresos seguían siendo exactamente los mismos. Sin embargo, esa no fue la carencia más fuerte: la peor fue la emocional.
Una gran mente con pocos apoyos
Kincaid recibió una educación británica, ya que Antigua y Barbuda era, por aquellos años, una colonia inglesa. En la escuela se destacaba por sus buenas calificaciones y por su gran inteligencia, lo que la hizo convertirse en la mejor de su clase. Sin embargo, al enfermar su padrastro (principal sustentador de la familia) y a pesar de un prometedor futuro académico, de sus grandes resultados y de la inteligencia que demostraba, su madre decidió sacarla de la escuela. A sus 17 años, comenzó a trabajar y a colaborar económicamente en la manutención de la familia.
En 1966, fue enviada por su madre a un rico suburbio de Nueva York para que trabajara como niñera. La joven Jamaica, cansada de la situación y con unos claros y definidos objetivos, decidió no mandar dinero a su madre y transitar su propio camino.
No se dio por vencida
Jamaica no renunció a su educación, sino que tomó la decisión de inscribirse en un centro comunitario para tomar clases nocturnas. Sus esfuerzos rindieron frutos, ya que luego de tres años recibió una beca completa para acudir al Franconia College, en New Hampshire, donde permaneció un año, para después regresar a Nueva York y dedicarse a su gran pasión: la escritura.
Comenzó en revistas, pero no fue hasta 1973 cuando la galardonada escritora decidió cambiar su nombre real por el de Jamaica Kincaid, con el objetivo de dejar atrás todas las problemáticas, los pesos y las limitaciones con los que cargaba Elaine. Despertaba así una nueva versión de sí misma, más libre. Unos años más tarde, en 1976, fue contratada como escritora de planta en la revista The New Yorker, donde trabajó durante veinte años. En 1979 Kincaid contrajo matrimonio, tuvo dos hijos y se separó en el año 2002.
Talento y estilo personal
Kincaid mostró gusto por las letras desde muy pequeña y su talento para la escritura no tardó en manifestarse clara y fuertemente. Sus obras tienen personalidad y un carácter propio, un estilo complejo y enrevesado, pero a la vez profundo y cargado de significado, que se adentra en las dificultades de la vida y en la búsqueda incesante de la identidad. Habla abiertamente y con vigor, sin miedo y con decisión, características que la llevaron a ascender rápidamente y a convertirse en una escritora muy valorada.
Candidatura al Nobel
Un largo y sinuoso camino hasta llegar a ser considerada como la gran escritora que es hoy en día y una aclamada y premiada trayectoria por su talento y su genio literario la llevaron a ser propuesta en el 2020 como candidata al Premio Nobel de Literatura. Una vida dedicada a la literatura y a las letras que fue recompensada con una importante nominación y una clara demostración de que la voluntad, las ganas, la dedicación y la persistencia son, realmente, invaluables.
¿Conoces otras historias de superación y éxito como la de Jamaica Kincaid? ¿Cuál es tu gran pasión en la vida? Comparte con nosotros aquella aspiración con la sueñas y por la que te esfuerzas cada día.
Comentarios
Me gustó mucho conocer la historia de esta mujer

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