19 Mujeres que descubrieron una infidelidad, y no dudaron en tomar cartas en el asunto

Destacarse como un buen trabajador suele asociarse a la dedicación y la disposición para dar “un poco más”. Sin embargo, esta mentalidad puede convertirse en un arma de doble filo cuando los límites entre cumplir con las responsabilidades y ceder ante exigencias excesivas se desdibujan. En el caso de este hombre, ponerle un límite a su jefe, terminó convirtiéndose en motivo de señalamientos hacia él.
Trabajo en una cafetería en un pueblo pequeño, que abre los 7 días de la semana. Hace poco, nuestro personal pasó de tener 4 baristas completamente capacitados, más un chico que sabe hacer todas las tareas, excepto preparar café, a 3 baristas más el chico, porque uno de mis compañeros de trabajo ya no estará en el servicio. Todo esto sucedió muy de repente y nos obligó a todos a hacer ajustes.
El ajuste principal fue que un barista está obligado a trabajar un turno de más de 8 horas un par de días a la semana, acompañado del chico que no sabe preparar café. Esto significa que no hay descansos para el barista. Aparte de que ya no teníamos nuestros dos descansos de 10 minutos, pasamos a tampoco tener descanso para el almuerzo. Aunque tenemos derecho a ellos por ley, poder tomarlos se siente como si nos estuvieran haciendo un favor especial.
Resulta que mi jefa tenía que viajar al extranjero durante dos semanas en un par de días, así que fui a verla y le expliqué que ya no podía trabajar como barista solo, porque eso significaba que no tendría descansos y yo no podía mantener ese ritmo física ni mentalmente. Ella me dijo que estaba bien y ajustó el horario. A partir de ahí, pensé que todo iba a mejorar, pero pasaron un par de días y una de mis compañeras de trabajo llamó para decir que estaba enferma y no tenía quien cubriera su turno.
Esto significaba que estaría solo desde las 6:00 a. m. hasta las 4:00 p. m. sin descanso. Le dije a mi jefa que no estaba de acuerdo con eso, que me quedaría hasta las 12:00. Ella lo aceptó, pero se enojó y tuvo que cerrar el negocio durante las dos semanas que estaría fuera. Como este es un pueblo tan pequeño, todos quedaron en shock por la decisión de cerrar repentinamente el negocio y siento que, solo porque puse un límite por mi salud, me están tratando como si yo fuera el malo aquí.