Los jubilados chinos contaron cómo se mantienen jóvenes a cualquier edad

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hace 4 años

Según las leyes de cualquier cuento de hadas, si necesitas un consejo, acude a los ancianos: han vivido mucho y encontrarán exactamente qué decirte. ¿Y dónde, si no en el Oriente, hay que buscar los secretos de longevidad, salud y una vejez feliz?

Genial.guru hizo un viaje por las calles de Harbin para recoger un poco de sabiduría de ancianos chinos. Por cierto, es mejor comenzar las conversaciones sobre la vida y la salud a las 6 de la mañana: es el momento ideal para cruzarte a un típico jubilado chino.

Tras retirarse a los 60 años, los ancianos chinos llevan un estilo de vida mesurado. Se dedican a las tareas domésticas, cuidan a sus nietos, es más común ver en la puerta de las escuelas a las abuelas y los abuelos que a los padres. Cocinar para toda la familia y mantener el confort familiar de todas las maneras posibles son actividades en las que muchos chinos mayores encuentran un sentido y un placer especial.

Por cierto, el sentido chino de "familia" es mucho más amplio que el de otros países. No solo la conforman los abuelos, los padres y los hijos. También los tíos y las tías de ambos lados, primos y primas, parientes de sangre y de corazón. Las reuniones con los familiares son un asunto cotidiano; intentan verse en cualquier oportunidad, incluso con los parientes que viven en otras ciudades. En resumen, los jubilados chinos no se ven privados de atención.

Lo mismo ocurre con los amigos, porque ellos son la segunda familia. Los chinos mayores asisten a muchos clubes que corresponden a sus intereses, allí siempre tienen qué (y con quién) discutir, cantan las mismas canciones y juegan a los mismos juegos. En su casa, por supuesto, también hay cosas para hacer: leer libros, mirar televisión... La caligrafía y el dibujo es otra cosa increíble. Los chinos dicen que son tan buenos como la meditación.

Los ancianos chinos viajan a menudo, pero principalmente dentro del país. Es bastante caro ir al extranjero, y no todos pueden pagarlo. Además, muchas de las generaciones anteriores son muy patriotas (o más bien conservadores) y no entienden qué hay de especial en "ese tal extranjero".

Los jubilados chinos son muy activos físicamente, es difícil no darse cuenta de eso. Aman los deportes, prácticamente no imaginan la vida sin ellos. Su segunda pasión tal vez sea el mahjong. Los ancianos lo juegan en los patios, en los cafés, en los parques, hasta en el medio de la calle. Y por supuesto, las cometas. En este sentido, los residentes locales tienen mucha suerte: Harbin es una ciudad de mucho viento y puedes lanzar una cometa fácilmente en casi cualquier lugar.

En respuesta a la pregunta sobre cuántas prácticas del cuidado de la salud hay en China, absolutamente todo el mundo se reía y luego respondía, sacudiendo la cabeza: "Oh, muchas. ¡Muchísimas!". Cualquier deporte es bienvenido: desde carreras matutinas ordinarias hasta bailes folclóricos específicos. Los jubilados (más a menudo las mujeres) pueden ponerse a bailar en las canchas de deportes, en los parques, en las costaneras y hasta en las plazas frente a los centros comerciales, y cualquiera puede unirse a ellos.

Otra práctica popular, que también suele ir acompañada de la música, pero mucho más suave, es el Taichí: un arte marcial cuyos elementos son tan fluidos y coreografiados que mucha gente lo usa como una forma de entrenamiento, una especie de gimnasia.

Otra forma tradicional de mantener la salud es la acupuntura, de cuyo poder curativo los chinos son muy respetuosos.

Es difícil decir si los jubilados chinos se enferman más seguido que los de otros países. En cualquier caso, ellos mismos creen que enfermarse en el norte, sobretodo en invierno, es algo bastante natural. Es por eso que la cocina de los norteños es mucho más "carnívora" que la de los sureños.

Al terminar de hacer nuestras preguntas, les pedimos lo mismo a todos: compartir el secreto de la mejor manera de preservar la salud. Aquí están los puntos en los que coinciden todos los sabios del Imperio Celeste:

  1. Muévete. Tanto como sea posible, tan seguido como sea posible. El movimiento es vida, en China se da por hecho.
  2. Entrena tu cerebro. Él también debe "moverse" constantemente. Mientras tengas una mente clara, la vejez nunca se hará realidad.
  3. Mantén la motivación. El cuerpo no es lo único que envejece: el optimismo, la energía y la esperanza de lo mejor son las cosas que no permiten que tu espíritu envejezca.
Imagen de portada wangschnitzers_worldtrip

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