Maestra pide permiso y falta 20 años al trabajo sin que la despidan
Imagina faltar al trabajo todo el tiempo sin meterte en problemas, aunque pasen décadas. Puede que este parezca el sueño más loco, pero fue la realidad de Cinzia Paolina De Lio, una maestra que siempre encontró una excusa para hacer de todo, menos ir a trabajar. Y, de alguna forma, fue lo suficientemente astuta para lograr conservar su empleo a pesar de sus añares de ausencia.
Cinzia era la docente encargada de enseñar literatura y filosofía en una secundaria en Venecia. A pesar de que estuvo contratada por 24 años en aquella institución, sus alumnos no estaban muy contentos con ella. Se quejaban de su estilo de enseñanza, pues no parecía muy involucrada en sus clases.
Resultó ser verdad. A veces llegaba a clase sin una copia del texto que debía enseñar, así que le pedía a los alumnos que le prestaran un libro, enviaba mensajes en el celular cuando ponía exámenes, y terminaba repartiendo calificaciones al azar que muchas veces no tenían nada que ver con el trabajo que los estudiantes habían entregado.
Pero esto no era lo peor del caso, sino que tomaba licencias de enfermedad, vacaciones, permisos para asistir a conferencias y cualquier excusa que se le cruzara con tal de no ir a trabajar. Logrando, de alguna forma, asistir solo cuatro años en promedio, de los 24 que laboró como maestra.
Para su mala suerte, en una de las raras ocasiones en las que sí se presentó a la escuela, hubo una inspección donde los encargados se dieron cuenta de que sus clases eran confusas e improvisadas. Cosa que le valió un despido, pero la cosa no terminó ahí.
Por más difícil que sea de creer, tiempo después decidieron darle otra oportunidad y recuperó su trabajo, hasta que los tribunales se enteraron de sus hábitos laborales, por lo que rápidamente volvió a ser revocada del puesto. Aunque la corte la calificó como “absolutamente inadecuada” para ser maestra, Cinzia Paolina afirma contar con tres títulos que avalan su preparación y excusó su comportamiento diciendo que tenía derecho a la “libertad de enseñanza”.
Sin embargo, la corte argumentó que los profesores deben asegurarse de que sus alumnos aprendan. Cuando los periodistas intentaron conocer el lado de la historia de la exdocente, ella dijo que no podía hablar, pues estaba ocupada. “Lo siento, pero en este momento estoy en la playa”, respondió.