Matt LeBlanc dejó a un lado su carrera televisiva para estar junto a su hija enferma
Hay actores que suelen recordarse por un rol icónico. Ese es el caso de Matt LeBlanc, quien saltó a la fama gracias a su trabajo como Joey Tribbiani en Friends. Allí nos enamoró con sus toques de seducción, su humor y su famosa línea: “How you doin’?” (¿Cómo estás?). Sin embargo, lejos de los reflectores de las cámaras, el actor pasó momentos muy difíciles. Desde no tener nada de dinero hasta la enfermedad que le diagnosticaron a su hija a los 8 meses de vida.
En Genial.guru encontramos en Matt LeBlanc una historia que nos inspira a superar los momentos difíciles de la vida, a levantarse ante las caídas y a vencer las adversidades, hasta que el sol vuelva a brillar.
De pequeño no tenía interés en actuar
A diferencia de muchos famosos, que saben que quieren dedicarse al mundo de la actuación, el joven Matt LeBlanc no pensaba en esa posibilidad. Su pasión eran las motocicletas, y también se capacitó para trabajar en carpintería.
Dejó la universidad en el segundo semestre y decidió ir a Nueva York a probar suerte como modelo, pero le dijeron que la altura no lo acompañaba para esa profesión. Sin embargo, no se desanimó y en una audición logró firmar con una agente. Saltó a la televisión al protagonizar anuncios comerciales para marcas reconocidas, como Levi’s, Coca-Cola, Heinz y Doritos.
Las puertas a Friends
Matt logró trabajar en algunas series de televisión como TV 101 o un rol recurrente en Married... with Children. Pero ninguna le daba la estabilidad económica que necesitaba o el salto a la fama. Antes del éxito de Friends, al actor le quedaban solamente 11 USD y se las rebuscaba constantemente, por ejemplo, arreglándose los dientes él mismo, ya que no podía pagar un dentista.
El eterno Joey Tribbiani
Elegir a Matt LeBlanc no fue fácil para los productores del programa, quienes contaron en Friends: The Reunion que estaban entre él y Louis Mandylor, quien terminó participando en la serie como el “doble” de Joey. Su personaje en Friends siempre será recordado por su carisma para seducir, su falta de sentido común, un corazón enorme y generoso y su “habilidad” para hablar en francés.
Conoció el amor
Friends llegó a su final el 6 de mayo de 2004. Un año antes, Matt se casó con Melissa McKnight, una actriz estadounidense, y en el año en que la serie terminó, LeBlanc se convirtió en padre. Pero lamentablemente, las cosas no fueron como esperaba la feliz pareja, ya que a los 8 meses de edad, su hija comenzó a sufrir convulsiones.
El después de Friends
Una vez concluida la exitosa serie, Matt continuó interpretando a su personaje en el spin off del mismo nombre, Joey. La serie luego fue cancelada y él decidió apartarse del mundo de la televisión para poder estar con su hija Marina, quien fue diagnosticada con displasia cortical, un trastorno cerebral que afecta las funciones neurológicas.
Matt se dio cuenta de que su hija tenía un problema cuando, al gatear, se caía siempre del lado izquierdo. Cuando la diagnosticaron, les advirtieron que la enfermedad podía afectar hasta las cuerdas vocales, quitándole la posibilidad de hablar.
Adiós a la televisión
En octubre del 2006, Matt se divorció de Melissa McKnight. Desde ese año y hasta el 2011, se alejó por completo de los medios. “No tenía ganas de ser gracioso, estaba pasando muchas cosas en mi vida personal... No sé si mi matrimonio estaba condenado a fallar, teníamos una gran relación antes. Tal vez fue la enfermedad de mi hija. Tal vez me perdí, enfocándome demasiado en mi trabajo”, declaró en una entrevista.
“Durante años y años casi no salí de casa. Estaba quemado. Quería no tener compromisos y no estar en ninguna parte. Y estaba en posición de hacerlo. La mayoría de los actores llaman a sus agentes y preguntan qué tienen para ellos. Yo llamé al mío y le dije que perdiese mi número por unos cuantos años. Fue una época oscura. Casi tuve un colapso nervioso”, contó en The Mirror.
El amor a su hija por sobre todo
Luego de separarse de su esposa y de dejar la televisión, LeBlanc se fue a vivir a un rancho en California con su hija, aunque tienen la custodia compartida. “Mi hija fue diagnosticada con un problema en su cerebro. Fue un período muy oscuro, pero pudimos superarlo. ¿No dicen que lo que no te mata te fortalece?”, dijo en The Mirror.
“Recuerdo cuando nació. Desde el momento en que la miré, me enamoré y nunca me había sentido de esa manera. No podía creerlo. Supe en ese instante que nada me impediría amarla, aunque me choque mi Ferrari”.
Un final feliz para un susto grande
Marina pudo superar su enfermedad y hoy disfruta de ver Friends junto a su padre. El actor contó que si están pasando los canales y justo aparece la serie, la dejan para ver el capítulo. “Le encanta hacerme preguntas como: ’¿Eso fue real? ¿De verdad te comiste eso? ¿Lo comiste del piso? ¡Eso es un asco! ¡Eres gracioso, papá!’”.
¿Qué opinas de esta faceta del actor? ¿Qué harías si te tocara vivir una situación similar con un hijo?