16 Usuarios de la red contaron sobre sus encuentros con personas que se creían el ombligo del universo

Todos conocemos a esa persona que, de alguna manera, siempre evita pagar, pero ¿qué ocurre cuando es tu cuñado? Una mujer harta dio por fin un paso valiente para evitar que su cuñado se aprovechara de su generosidad. Tras llegar a un punto de inflexión, tomó cartas en el asunto. Ahora se pregunta: ¿ha ido demasiado lejos?
Hola, Genial.guru,
Necesito tu consejo sobre cómo tratar con un familiar difícil. Tengo un cuñado que me está sacando de quicio y me pregunto si he manejado la situación de la manera adecuada o si he ido demasiado lejos.
Esta es la historia. Mi cuñado de 25 años vive en otra ciudad y nos visita a menudo. Siempre se queda con nosotros y cada vez que salimos, insiste en ir de compras. Ya sea ropa, juegos o pequeños lujos, nunca se ofrece a pagar él. Siempre “olvida la cartera”.
Si le saco el tema, se ríe o dice que, como gano más que él, debería ser yo quien se hiciera cargo de sus gastos, no su esposa ni su hermano, sino yo. Y sí, tengo unos ingresos decentes, pero no puedo seguir pagando su cuenta cada vez. En el pasado, he pagado cosas y le he pedido que me lo devolviera, pero nunca lo ha hecho.
Anoche fuimos de compras, eligió una colonia muy cara y me la dio en la caja. Entonces decidí que ya había tenido suficiente. Aquí es donde se pone interesante, él no sabía que yo había hecho un truco.
Antes de irnos, le dejé claro que esta vez no pagaría por él. Mientras nos preparábamos, fingí que había olvidado algo dentro, volví a la habitación y dejé mi cartera allí. Estaba segura de que él tenía la suya. Cuando llegamos a la caja y el cajero me pidió el pago, me hice la sorprendida y le dije: “He olvidado la cartera”.
Se puso furioso, diciendo que me había pasado de la raya al dejar la cartera en casa, alegando que le había hecho quedar mal.
Te deseo lo mejor,
Jessica
Gracias por pedir ayuda, Jessica. Esperamos que nuestros consejos te den una nueva perspectiva sobre cómo manejar esta situación.
Las personas pueden no gastar lo suficiente por varias razones. El miedo a quedarse sin dinero, a menudo provocado por dificultades económicas pasadas o por un arraigado temor a la pobreza, puede dificultar el gasto. Los hábitos de ahorro y frugalidad de toda la vida también pueden ser difíciles de romper, incluso cuando las circunstancias mejoran. Además, la falta de confianza en la planificación financiera puede llevar a la gente a ahorrar en exceso por precaución.
Manejar a un familiar aprovechador puede ser difícil, pero establecer unas expectativas claras de antemano ayuda a evitar situaciones incómodas. Es importante mantenerse firme y negarse a cubrirlos, ya que ceder solo fomenta su comportamiento.
Evita prestar dinero o aceptar que te lo devuelva más tarde, ya que los aprovechadores suelen tener excusas preparadas. Si el problema persiste, ten una conversación sincera sobre cómo su comportamiento afecta al vínculo. Si se niega a cambiar, lo mejor es distanciarte.