La familia de mi ex me amaba, pero mis amigos no pensaban lo mismo de ella

Historias
hace 1 día

Hay relaciones que no son las mejores: nunca nos sentimos del todo cómodos o valorados al 100%. Un día llega la ruptura, y aunque era la mejor opción, esa persona no sale de nuestra mente. Son historias sin futuro, pero difíciles de olvidar. Y el chico de la siguiente anécdota lo vivió en carne propia:

“En 2023 terminé la relación con mi novia debido a que se mudó a otra ciudad por trabajo, pero la situación llevaba siendo tiempo insostenible. Intento resumir: nos conocimos en la universidad cuando ambos teníamos pareja y ambos teníamos problemas en nuestras relaciones. Ocurrió que ambos lo dejamos con nuestras respectivas parejas y empezamos a salir, dejando claro que acabábamos de salir de relaciones largas y que iríamos viendo qué pasaba. Al poco tiempo ella me dijo que me quería, pero yo seguía teniendo reciente mi ruptura y no quería comprometerme. Seguimos viéndonos y teniendo una relación casual hasta que al final me mudé y empezamos a vernos menos. Ahí me di cuenta de que ella era la chica de mi vida y que no había sabido ver las muestras de cariño y la atención que me daba (algo que mi anterior pareja no hacía). Le pedí perdón y otra oportunidad por no haber sabido ver todo eso y me dijo que fuéramos poco a poco. La cosa fue bien; sin embargo, a menudo me achacaba aquel período donde según ella perdió el tiempo conmigo y yo me esforzaba muchísimo para compensar y ser el novio ideal. Su familia y amigos estaban encantados conmigo y ella en mi familia fue acogida como una más. No obstante, mis amigos me llamaban la atención porque era muy controladora y celosa, algo que yo achacaba a mi falta de atención cuando no éramos pareja. Ella quería saber dónde estaba en todo momento y si tardaba en contestarle se enfadaba durante días. Dejé de quedar con amigos porque quería que estuviese más tiempo con ella y mi vida fue durante varios años trabajar y contentarla, algo que yo hacía encantado. A eso hay que sumarle el único motivo de mis enfados con ella: en sus redes sociales yo no existía. Si subía algún regalo mío no me etiquetaba ni me nombraba o lo hacía de forma críptica. Ella decía que muchas de sus amigas no compartían a sus parejas en redes y que las que subían muchas fotos juntos luego de puertas para adentro eran relaciones tóxicas.

Tras un tiempo mal, ella encontró trabajo en otra ciudad bastante lejos y lo acabamos dejando por el estado de la relación y la imposibilidad de vernos a menudo (yo pensé en dejar mi trabajo e irme con ella, pero ella nunca lo hizo por mí cuando se dio la ocasión). Seguimos hablando hasta que vi que empezó a salir con un chico y con él sí subía fotos en poco tiempo. Eso me destrozó y dejé de hablar con ella y la borré de mis contactos. Cuando me habló por ello le dije la razón y solo me dijo “ok”. En retrospectiva siento que era lo mejor, llegó un momento en el que había demasiadas discusiones, pero todavía hoy, dos años después, sigo pensando que no voy a encontrar a nadie igual. Salí con dos chicas más, pero una me acabó haciendo ghosting y la otra era emocionalmente inestable. Así he llegado al punto de no saber pasar página y ver cómo todo el mundo a mi alrededor sí. La gente sigue con sus vidas y yo trabajo por inercia sin saber qué hacer con mi vida y desconfiando de todo el mundo. ¿Por qué no puedo recuperar la ilusión o el ánimo de querer conocer a alguien nuevo?".

¿Por qué es tan difícil olvidar?

La respuesta sencilla es que no se trata solo de voluntad. Incluso si fue una persona que nos hizo daño, se necesita más que querer olvidarla para poder lograrlo. Hay razones emocionales y psicológicas que pueden estar influyendo, lo que nos hará el proceso de sanación más complicado. Por ejemplo:

  • Te hacía sentir pleno: a veces nos olvidamos de nuestras propias necesidades en una relación, si no que nos preocupamos por tener a la otra persona contenta. Y cuando esa relación termina, de repente la responsabilidad de nuestras necesidades cae de nuevo en nosotros mismos. Llenar ese vacío emocional que deja la persona no es sencillo.
  • La ruptura fue inesperada: cuando la separación es repentina, nos pasamos mucho tiempo dándole vueltas a la situación en nuestra cabeza, intentando encontrar un porqué. Esto puede causar mucha frustración, en especial si ignorábamos las señales que nos indicaban que la relación podía estar cerca de su final.
  • El sentimiento queda: que la relación terminara no significa que haya terminado tu amor por la otra persona. Es normal seguir teniendo sentimientos por esa persona y lo mejor que podemos hacer es permitirnos sentirlos. Negarlos solo hará todo más difícil.
  • Piensas en tus errores: también es común pensar en qué pudimos haber hecho diferente. Pensamos que si hubiéramos actuado de otra manera, la relación aún seguiría en pie.

¿Cómo seguir adelante?

Aunque pueda parecernos imposible, todos tenemos la capacidad de continuar con nuestras vidas. No es sencillo, lo sabemos. Puede ser un proceso lento y doloroso, pero al final salimos de ese túnel y vemos la luz. Si tú estás en una situación similar y crees que no vas a poder superar a esa persona, acá te dejamos unos cuantos consejos que podrían ayudarte:

  • Permítete sentir: lamentar la ruptura es parte del proceso. Puede sentirte triste, molesto o frustrado, incluso con ganas de llorar. Sea lo que sea que estés sintiendo, no lo bloquees, deja que fluya.
  • Cuídate: esto aplicado en lo físico y en lo psicológico. Aliméntate bien, busca dormir lo necesario y ejercitarte. También haz cosas que te hagan feliz, sal con tus amigos, distráete. Y lo más importante, evita recurrir a otros hábitos dañinos para lidiar con el dolor.
  • Crea nuevas memorias: para olvidar a esa persona, necesitarás tener recuerdos sin ella. Reconecta con tus amistades o sal de paseo con tu familia. Entre más experiencias positivas tengas, más fácil te será superar la relación.
  • Habla de lo sucedido: recurre a tu familia o amigos nuevamente. Una gran herramienta para procesar tus sentimientos es hablar de ellos. Cuéntale a alguien de confianza lo que sucedió y cómo te hace sentir. Escribe sobre ello también, no solo te ayudará a desahogarte, sino también a tener una nueva perspectiva sobre lo que sientes.
  • Evita el contacto: sí, el contacto cero es necesario. Bloquear a la persona en redes sociales, borrar su número y evitar lugares que esa persona visitaba. Todo lo que pueda traerte recuerdos de esa persona es mejor evitarlo.
  • Date permiso para seguir: puede sonar extraño, pero darnos permiso para olvidar a alguien y continuar con nuestra vida es aceptar que la relación terminó. Incluso, perdónate si sientes que fue tu culpa. El proceso puede ser lento, pero recuerda que mereces ser feliz.
  • Busca ayuda: la terapia siempre es una buena opción. Un terapeuta o psicólogo te puede ayudar a entender mejor tus emociones y enseñarte a lidiar con ellas. Así que no te preocupes por el qué dirán, deja la vergüenza de lado, que en terapia nadie te va a juzgar.

Historias como la de este chico son bastante comunes. Una ruptura amorosa puede sentirse como el fin del mundo, pero debemos entender que ese sentimiento eventualmente pasará. Lo importante es tener paciencia con nosotros mismos y permitirnos sanar. Pasar la página no siempre es sencillo, pero tampoco es imposible olvidar a esa persona.

¿Y tú, has estado en una situación similar? ¿Qué te ayudó a superarla? Cuéntanos en comentarios tu experiencia, podrías ayudarle a alguien que esté pasando por lo mismo.

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