Mi incansable lucha como mamá y la difícil decisión de excluir a mi hijo de mi testamento
En el complejo trayecto de criar a los hijos solas y avanzar en la carrera profesional, emerge la historia universal de innumerables madres. Día tras día, estas mujeres extraordinarias enfrentan la complejidad de la maternidad solitaria mientras persiguen sus metas laborales. Este fue el caso de esta madre, que ahora tiene que hacer frente a una relación muy compleja con uno de sus hijos.
“Soy una mujer de 43 años, actualmente sirviendo en el Ejército durante más de 18 años. Tengo tres hijos: una hija de 25 años, un hijo de 23 años y otro hijo de 17 años. En los últimos años, mi hijo de 23 años ha estado sinceramente molesto porque no le transferiré mi beneficio educativo del GI BILL. Para aquellos no familiarizados con el ámbito militar, los miembros del servicio pueden transferir sus beneficios educativos a su cónyuge o hijos después de cumplir cierta cantidad de tiempo. Sin embargo, accidentalmente agoté mi GI BILL (beneficios para soldados)”
“Mi hija y mi hijo mayor nunca mostraron mucho interés en la universidad, y las calificaciones de mi hijo no eran las mejores. Una vez que mi hijo se mudó después de la secundaria, nuestra comunicación fue mínima. Nuestra relación antes de su mudanza ya estaba tensa. Como madre, espero no ser la única en decir que mi hijo y yo simplemente no nos llevábamos bien y nunca pudimos conectar a medida que él crecía, empeorando a medida que envejecía.
Hace aproximadamente dos años, durante un período de no contacto, él me envió un mensaje, no para preguntar cómo estábamos ni nada parecido, sino directamente diciendo que es mi culpa, que ya no califica para becas debido a nuestros ingresos combinados y preguntando por qué no le transferí mi GI BILL. Le informé que lo había agotado y que era más que bienvenido a hablar con un reclutador. Luego, él sugirió que debería haber reservado entre $50 y $100 cada mes para pagar su universidad. En este punto, lo califiqué de ‘privilegiado’ y le dije que no le debía nada una vez que se mudó fuera de mi hogar (conversación resumida). Nos quedamos sin contacto nuevamente durante un poco más de un año y recientemente recibí otro mensaje directo, preguntando cómo agoté mi GI BILL; nuevamente le dije que podría hablar con un reclutador al respecto. No obstante, esta conversación aún terminó con su insistencia de que debería ser responsable de su educación universitaria.”
“Quiero dejar claro que, antes de unirme al ejército, fui madre soltera y tuve mi primer hijo a los 17 años, viviendo en la pobreza con un ingreso de menos de $11,000 al año. Me uní al ejército a los 25 años, y pagar la matrícula universitaria de mi bolsillo nunca fue una opción. Hice lo mejor que pude como madre y sé que nunca ganaría el título de madre del año. En ambas conversaciones, me disculpé por los errores que cometí en el camino. Como está claro que le molestan, pero esta conversación terminó con su afirmación de que ya no me ve como su madre y bloqueándome en todo. Se lo dejó claro a su hermana, diciendo que no me ve como su madre y que no soy más que una donante de óvulos.
Ahora que estoy considerando actualizar mi seguro de vida y redactar un testamento, estoy pensando en excluirlo. ¿Sería yo la mala en todo esto?”
Estar enfrentada o tener una mala relación con un hijo es tremendamente duro para una madre, de modo que hemos querido investigar un poquito y darle a esta mamá algunos consejos:
- Construye Puentes Emocionales: Trabaja en construir puentes emocionales con tu hijo. Explora actividades compartidas o momentos especiales que puedan fortalecer vuestro vínculo y crear recuerdos positivos.
- Establece Expectativas Claras: Comunica tus expectativas de manera clara y realista. Establecer límites y expectativas puede ayudar a ambos a comprender sus roles y responsabilidades en esta etapa de sus vidas.
- Explora Opciones de Educación No Tradicional: Investiguen juntos opciones de educación no tradicionales, como cursos en línea o programas de certificación. Podría haber vías educativas que se adapten mejor a sus objetivos.
- Fomenta la Autonomía Financiera: Apoya a tu hijo para que asuma la responsabilidad de su situación financiera. Trabajar juntos en un plan financiero personal podría empoderarlo y aliviar algunas tensiones.