Me enojé con mi amiga en mi boda e hice que seguridad la expulsara

Convertirse en madre es un cambio de vida emocionante, pero ¿qué sucede cuando alguien más intenta tomar el control de ese papel? En este caso, una suegra, que antes era cercana y amable, se convierte en una presencia dominante después del nacimiento del primer nieto. ¿Cómo manejar sus expectativas sin perder la calma?
“Estoy desconcertada. Mi suegra ha perdido la cabeza desde que tuve a mi bebé. Antes nos llevábamos bien, pero ahora ya no. Le gustaba que yo fuera su nuera y que hubiera entrado en su familia, pero ahora que tengo una familia propia, no puede soportarlo.
Me dijo que mi bebé era su nuevo propósito, pero creo que no entendió que tuve a este bebé para mí, para mi esposo y, por supuesto, para mi bebé... la vida de mi bebé no está destinada a ser el propósito de mi suegra.”
“Mi esposo le ha puesto los puntos sobre las íes bastante firmes, pero lo que me molesta es que la relación esté así ahora. No le estoy dando lo que quiere y ahora me considera inútil. Antes, yo era la novia de su único hijo. Era educada, amable y respetuosa, y realmente me querían. Les gustaba mostrarme. No tengo a mis propios padres, así que creo que le gustaba que estuviera completamente inmersa en su familia. Pero ahora que he formado mi propia familia y no todo gira en torno a ella, y ya no es la protagonista principal, está perdiendo el control.”
“Ella tenía todas estas expectativas. Pensaba que podría alimentar al bebé, darle los baños, llevarla en todas sus primeras salidas y no tener que rendir cuentas a nadie. Quería llevar al bebé a todas partes, tener noches de pijama con ella, ser la que la llevara en el portabebés durante los paseos y la que la sostuviera y la presumiera en los eventos familiares.
Ella y mi suegro tendrían el segundo hijo que siempre quisieron, el bebé se parecería a ellos y haríamos todo exactamente como lo hicieron cuando mi esposo era un bebé. Criaríamos a nuestra hija de la misma manera y, por supuesto, mi suegra tendría la última palabra. Ella planearía los eventos festivos para nuestra hija y decidiría nuestra vida. No estoy muy segura de cuál es mi lugar en todo esto, pero al menos ella podría revivir su experiencia de ser madre. Supongo que olvidó que el bebé tendría una madre real que querría hacer todas esas cosas con ella...”
Si bien las suegras pueden convertirse en grandes aliadas y, en ocasiones, como en una segunda madre, también hay algunas que se convierten en un gran dolor de cabeza. Por eso, desde Genial.guru, hemos buscado recomendaciones para salir lo más airosos posible de estas circunstancias: