Mi suegra quería que usara su ropa, pero mi rechazo tuvo consecuencias

Crianza
hace 23 horas

Una cosa es que tu suegra intente ayudarte, pero otra es que su “ayuda” se parezca más a una pesadilla de moda. La suegra de nuestra lectora le ha estado regalando ropa que no le sienta bien, es decir, ropa usada que se parece más a la de la abuela que a la de moda. Aunque la intención es ayudarla económicamente, el resultado es que se siente envejecida e incómoda.

Una de nuestras lectoras nos dejó un mensaje

Gracias por ponerte en contacto con nosotros. Te agradecemos tu mensaje y esperamos que nuestros consejos te sean útiles.

Habla con tu esposo

Hazle saber a tu marido cómo te sientes respecto a la situación. Exprésale que no se trata de faltarle al respeto a su madre, sino de que tú quieres sentirte segura y cómoda con lo que llevas puesto. Sé sincera y cuéntale cómo te está afectando emocionalmente.

Establece límites claros

Es importante que comuniques tus sentimientos a tu suegra con calma pero con firmeza. Puedes decirle que aprecias que intente ayudarte, pero que te sientes más cómoda con ropa que se adapte a tu estilo personal y a tu tipo de cuerpo. No tienes por qué aceptar ropa con la que no te sientes bien solo porque ella quiera ayudarte.

Haz que tu esposo intervenga

Si el problema sigue agravándose, quizá te convenga sentarte con tu suegra y con tu marido. Juntos podrán abordar el problema como un equipo. Tu esposo puede tender un puente entre tus necesidades y las intenciones de su madre, lo que podría hacerla más receptiva a tu punto de vista.

Encuentra un compromiso con ella

Si tu suegra insiste en regalarte ropa, intenta encontrar un término medio. Pídele ropa en mejor estado o prendas que puedas ponerte, en lugar de aceptar todo lo que te ofrece. También puedes sugerirle que te compre ropa nueva de vez en cuando, pero de forma que te sientas cómoda. De esta manera, puedes mantener tu estilo y al mismo tiempo honrar su deseo de ayudar.

Llegar a casa muerto de hambre después de una larga jornada y no encontrar nada que comer es lo peor. En este artículo, eso es exactamente lo que le ocurrió a uno de nuestros lectores. Pero la cosa empeoró cuando él se dio cuenta de que su mujer se había comido toda la pizza de la cena. El hambre no tardó en convertirse en una discusión sobre el respeto, la justicia y si la comida caliente debe ser una expectativa en el matrimonio.

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