21 Niños que podrían hacernos pensar que el más allá está muy cerca

Todos hemos tenido alguna vez un vecino que, sin intención o conscientemente, se convierte en una presencia incómoda en nuestra vida diaria. Ya sea por su ruido constante, invasiones de privacidad, o incluso actitudes pasivo-agresivas, estos vecinos pueden transformar la tranquilidad de nuestro hogar en una fuente constante de estrés. Justamente eso es lo que nos cuenta esta usuaria, cuya vecina se ha convertido en un verdadero dolor de cabeza.
“He vivido en esta casa durante unos dos años, con mi marido y mis dos hijos de 6 y 8 años. Hay una vecina, a un par de calles de aquí, que tiene dos hijos, de 8 y 4 años. Ella conoce a todos en el vecindario, es muy extrovertida y siempre sale a caminar y se detiene para saludar a todas las personas que se encuentra.
Pero resulta que esta vecina, viene con frecuencia a mi casa sin ser invitada y luego les dice a sus hijos que vayan a mi despensa a buscar botanas y botellas de agua. Si yo invito a alguien a mi casa, por supuesto que estoy dispuesta a ofrecerle botanas. Sin embargo, esto es diferente. Yo a ellos nunca los invito y aun así, aparecen sin pensar si yo puedo dejar lo que estoy haciendo en ese momento, para atenderlos a ellos”.
“Ayer, cuando los niños jugaban afuera, dije: ’Mis hijos ya tienen que entrar, se acerca la hora de ir a dormir’. Ella respondió diciéndome que su hijo tenía hambre y que quería un refrigerio. Mi esposo estaba ahí y terminó preguntándole al niño qué quería. Pidió una tarta, entonces su hermana menor también quiso una y luego, un amigo que ellos habían traído, también. Después, la escuché decirle a su hijo: ’Oye, tal vez puedas ir a buscar una de sus bebidas dentro de su casa’.
Me siento tacaña, pero es que es así todo el tiempo. La comida está cara y ella sabe que me despidieron hace unos meses y no tengo presupuesto para alimentar a los vecinos. Además, suele pasar cuando ya se van, entonces, ¿Cómo es posible que no puedan esperar 2 minutos para llegar a su casa y comer su propia comida? Nuestros hijos juegan juntos y no quiero destruir su amistad, por eso me siento incómoda y no sé cómo manejarlo”.