Mi tía se molestó porque rechacé ser la madre sustituta de su bebé
Las reuniones familiares deberían ser momentos de alegría, pero pueden volverse incómodos cuando hay hostilidades. Esto fue lo que le pasó a una joven, quien compartió su historia de cómo enfrentó a su tía en una reunión familiar después de que esta tratara de manipularla para hacer su sueño realidad.
Cabe decir que mi mamá trabaja desde los 17 años, conoció a mi papá siendo secretaria a los 19 años, dejando de trabajar por un tiempo cuando tuvo a mi hermana mayor. Y, poco tiempo después, me tuvo a mí, por lo cual dedicó largos años a cuidar de ambas, al menos hasta que naciera mi segunda hermana. Después de eso, mi mamá decidió estudiar una segunda profesión, por lo que tanto mi hermana como yo cuidamos de nuestra hermanita para que ella pudiera ponerse al corriente en su estudio.
Mi papá, por su parte, siempre ha sido un hombre muy alejado de nuestra crianza, por decirlo de una manera. No me malinterpreten, era muy amoroso con nosotras; sin embargo, estaba ausente en muchos otros aspectos.
Volviendo al tema: mi tía, a lo largo de los años, ha menospreciado a mi mamá porque no era universitaria como ella o, bueno, antes de serlo. Tuvo una pareja con la cual estuvo muchos años, pero se separaron por razones que no quiso decirnos. Hace aproximadamente 8 meses, se casó con un hombre que estuvo detrás de ella desde que se graduó de la universidad, pero que ella nunca le hizo caso porque, según ella, no le llamó la atención.
Mi hermana mayor está actualmente en la universidad y vive con mis abuelos paternos. Solo para aclarar, mi tía y su esposo viven también ahí. Mi hermana nos contó a mi mamá y a mí que mi tía tuvo una pelea con su esposo porque el método para que ella quedara embarazada no funcionó y ya era la tercera vez que lo intentaban.
Al llegar, vi a mi tía y a su esposo sentados. También vi que mi papá estaba trayendo a mi mamá, lo cual me pareció raro en cierto punto, ya que nunca antes nadie me había llamado de manera tan “sospechosa”. Cuando finalmente todos tomaron asiento, mi tía comenzó a hablarme sobre lo mucho que desea ser madre y eso. Hasta que, de un momento a otro, comenzó a hablar sobre un vientre de alquiler, que no había encontrado a nadie de su agrado para que pudiera ser la madre sustituta de su bebé.
De pronto, mi papá y mi tía se miraron en conjunto y mi papá me pidió, casi en orden, que yo fuera esa madre sustituta, lo cual me dejó perpleja. Mi mamá comenzó a negarse rotundamente, pero mi tía ni siquiera la escuchó. Cabe decir que apenas tengo 17 años, acabo de terminar la escuela y estoy a punto de ir a la universidad.
Obviamente, me negué, pues aún soy joven y yo no deseaba tomarme un año sabático porque la universidad donde voy a iniciar mi carrera está en un estado donde, si rechazo la vacante, se pierde. Además, ni siquiera he tenido pareja ni relaciones antes. Ella me dijo que había pensado en pedírselo a mi hermana, pero ella está en la universidad y no puede darse el lujo de perder un año de carrera.
Mi mamá, por su parte, le gritaba a mi papá por no consultarle siquiera. Le respondí a mi tía que NO y que no pensaba hacerle el favor ni a ella ni a su marido para tener un hijo. Le dije que en serio lamentaba que no pudiera quedar embarazada, pero no por eso iba a ser yo quien la ayudara. Ella comenzó a decirme que éramos familia y que era mi deber ayudarla a ser madre.
La gota que colmó el vaso fue cuando me dijo que, si no llegaba a ser madre, todo iba a ser mi culpa. Así que le dije que no era culpa mía que ella no pudiera tener hijos y que, si tanto lo quería, que podía perfectamente adoptar o conseguirse a otra mujer como madre sustituta.
¿Qué hacer en estos casos?
- En primer lugar, hay que tener en cuenta que la joven es una menor de edad. Según los expertos, la subrogación debe darse a partir de los 21 años, ya que, para ese entonces, tendría la madurez suficiente de afrontar los cambios físicos y psicológicos que supone un embarazo.
- Por otro lado, también se recomienda que, por lo menos, ya haya dado a luz antes de solicitar ser una madre sustituta. De esa forma, tendrá conocimientos sobre todo el proceso y experiencia en ese ámbito.
- Aunque es posible contar con las familiares cercanas para que sean mamá sustituta, tanto la edad como la salud y condición económica son indiscutibles. También hay que someterse a un examen médico y psicológico para poder prepararse antes, durante y después del proceso de embarazo.
- Ser madre sustituta también conlleva sus riesgos, debido a que el embarazo subrogado es como cualquier otro en cuanto a los síntomas. Además, conlleva problemas emocionales antes y después del parto, aunque, según estudios, no hay tantas dificultades de que las mujeres se separen de los bebés hacia el final.
- Como hemos visto, la subrogación no se debe tomar a la ligera. Es por eso que la presión familiar, más viniendo de personas tóxicas, no debería ser el motivo por el cual solicitarlo. Lo ideal es aprender a poner límites y ser asertivos. Por ejemplo, la joven en algún momento puede apoyar a su mamá y cuestionar a su tía y abuelos por la forma en que las han tratado en cada encuentro.
- En la historia se puede ver que la tía y familiares del padre tratan muy mal a la madre, sin tener en cuenta sus opiniones en una situación tan importante que compromete la integridad de su propia hija. En este caso, lo mejor es cortar lazos, ya que solo causa daños en la autoestima tanto de la madre como de sus hijas.
Nadie debe forzarte a hacer algo que no quieres y, en esta historia, se puede ver lo que sucede en esos casos. Por eso es importante tener en cuenta que no todos piensan igual y charlar sobre ello para llegar a un acuerdo.