No quiero que la hija de 8 años de mi esposo viva en nuestra casa, y él me amenaza con el divorcio

Stella, de 39 años, nos ha escrito una sentida y emotiva carta en la que comparte su preocupación por la situación familiar. La mujer quiere una opinión sincera de nuestros lectores sobre su decisión de no permitir que la hija de 8 años de su esposo viva permanentemente en su casa. Stella cree que sus razones para tomar una decisión tan radical son suficientes, pero su marido está furioso por la falta de voluntad de Stella de compartir su casa con su hija. Conozcamos los detalles de esta intrincada situación familiar.

Stella es feliz en su segundo matrimonio, y su esposo Paul, también

Stella, de 39 años, es una mujer que ha conseguido mucho en su vida. Tiene un trabajo muy bien remunerado y gratificante, pues ha pasado de ser enfermera a médico jefe de cardiología. Es feliz en su matrimonio y podría disfrutar fácilmente de su vida, pero hay un problema en su recién creada familia que no le deja vivir una vida normal.

La mujer compartió su historia familiar y explicó por qué tuvo que tomar una dura decisión, que la ha llevado a constantes peleas y malentendidos con su esposo, Paul. Stella quiere conocer la opinión de nuestros lectores sobre este controvertido tema y obtener un consejo sensato de personas que podrían haber estado en la misma situación.

La mujer abre su carta diciendo: "Llevo casada con mi esposo Paul más de 3 años. Es mi segundo matrimonio, y el de Paul también. Estamos bastante felices en nuestra relación, porque es madura, estable y transparente. Ambos nos hemos esforzado por alcanzar ese nivel de comprensión y confianza mutuas que ahora tenemos en nuestra familia.
Hasta ahora todo parecía ir bien, pero hay un problema que no nos permite seguir adelante con nuestro matrimonio feliz. Y este problema son las expectativas que tiene Paul de mí hacia su hija, Ella".

Paul tiene una hija de un matrimonio anterior, y Stella siempre ha sido amable con la niña

Stella dijo: "Paul tiene una hija de su anterior matrimonio. Se llama Ella y tiene 8 años.
Paul habló abiertamente de Ella desde el principio de nuestra relación. Tiene a Ella los fines de semana cada dos semanas. Siempre le he dicho que está bien, que no tengo ningún problema con ello. Creo que él puede pasar con su hija todo el tiempo que quiera y no voy a armar ningún escándalo por ello. Si él quisiera incluirme, yo también estaría encantada de participar en las actividades".

Stella añade: "Pero también le dejé claro a mi esposo que yo no soy la madre de Ella, que son él y su ex. Por supuesto, cuidaba de la niña si se quedaba conmigo, nunca la ignoraba. También cocinaba cuando estaba con nosotros, y si quería hablar o jugar conmigo, también lo hacía.
Pero me niego a ser su madre. Eso lo tenía claro. Si Ella hiciera algo que requiriera castigarla, por ejemplo, no sería yo quien se lo dijera y la castigara. Ese es el deber de un progenitor, y yo no lo soy".

La situación en la familia se volvió tensa de repente

Hace 10 meses, Paul perdió su trabajo y, como no pudo encontrar otro lo bastante rápido, le echaron del departamento en el que vivía antes de que nos fuéramos a vivir juntos. Se quedó con ese departamento incluso después de casarnos, y a los dos nos pareció bien. Yo tengo mi propia casa, y vivo en ella, Paul vivía en ese departamento y trabajaba desde allí, este era el modelo de matrimonio que habíamos acordado, y sí que nos parecía conveniente. Pero como perdió ese departamento, le dije que podía mudarse conmigo.
Conseguí una habitación libre, que convertí en dormitorio para Ella, para que tenga un lugar cómodo donde quedarse cuando está con nosotros. Las cosas fueron totalmente bien todo el tiempo, pero la semana pasada Paul se sentó conmigo para hablar seriamente. Me contó que su exesposa se enteró de su nueva situación y, como vive en un departamento, le dijo a Paul que sería mucho mejor que Ella viviera a tiempo completo con nosotros y la visitara dos veces al mes".

Stella se quedó boquiabierta tras enterarse de la noticia. La mujer compartió: "Estaba totalmente furiosa, y probablemente ustedes puedan entender mis sentimientos. Sin hablarlo conmigo primero, mi marido accedió y me lo presentó como: 'Cariño, ¡qué alegría! Nuestra pequeña estará ahora a tiempo completo con nosotros' a lo que yo me reí, porque pensé que estaba bromeando".

Stella está resentida por el deseo de su esposo y expresa abiertamente su preocupación

Por desgracia, Paul no bromeaba en absoluto. Lo rechacé al instante y le dije que no me parecía bien, en absoluto. Aunque no trabajo desde casa, nunca quise tener hijos y eso no cambió, y a Paul ya le había parecido bien".

"Mi marido intentó hacerme sentir culpable, diciendo que no está bien que Ella tenga que vivir ahora en un departamento. Dijo que solo quería ofrecerle una vida mejor. Le recordé que es mi casa, no la suya. Así que yo decido quién vive aquí permanentemente y no él, y menos a mis espaldas.
Paul se enfadó y me dijo que lo emasculaba diciendo cosas como esta, y que tenía que disculparme. Me levanté rápidamente y traje su maleta, le dije que recogiera sus cosas y se fuera de mi casa. Me dijo que pediría el divorcio".

Stella añadió: "Después de que Paul se fuera, su ex empezó a reventarme el teléfono. No para de decirme lo mala persona que soy por quitarle la estabilidad a Ella, y me llamó monstruo. Le dije que ella es la madre y que proporcionar estabilidad es su carga, no la mía.
Aunque creo que mi decisión estaba justificada, sigo sintiéndome culpable por Ella en esta situación. ¿Qué debo hacer?".