No veo porque el debería dar explicaciones en vez de que ella fuera preparada...
Un hombre enciende polémica por negarle su asiento a una mujer embarazada
Dicen que los modales se aprenden en casa y en la calle se ponen en práctica. Pero a veces es la misma calle, con su estrés y agitación, la que hace que mandemos el Manual de Carreño a volar. Al parecer, eso fue lo que le pasó a este hombre, quien explicó por qué se negó rotundamente a darle su asiento a una mujer embarazada y gracias a ese gesto, ganó tanto detractores como defensores. ¿De qué lado estarías tú?.
En ese momento, vino la respuesta del hombre, que hizo que la situación se empezara a volver incómoda para ambos.
La mesa del debate está servida
Lo que este hombre quizás no imaginó cuando ventiló este episodio de su vida en las redes sociales, fue que muchas personas se volcarían a opinar al respecto. Algunos de los usuarios que comentaron, manifestaron su desacuerdo con la actitud que el hombre tomó, pero muchos otros, le dieron toda la razón e incluso lo felicitaron por haberse mantenido firme en su posición.
Hay quienes fueron más allá e imaginaron cómo habría sido la situación, si el dueño de la silla no hubiera tenido ninguna dificultad de salud.
A final de cuentas, la balanza terminó inclinándose más hacia el lado del hombre y a la embarazada, por el contrario, le llovieron críticas desde varios frentes.
Qué podrían haber hecho mejor ambas partes
Este es uno de esos casos en que se podría decir que cada uno tiene un poco de razón. Si bien, ambos están en condiciones desfavorecedoras para aguantar tanto tiempo de pie esperando, se podría haber evitado el altercado.
Por un lado, el hombre asumió que la mujer en gestación comprendería sin problema las razones por las que él necesitaba su silla. Al parecer, él no le dio muchos detalles a ella sobre sus molestias en pies y rodillas que le hacían imposible, en ese momento, compartir su silla. Tal vez, si él, de manera amable, le hubiera explicado muy brevemente que se sentía adolorido, ella habría entendido su negativa más fácilmente.
Por otro lado, la alternativa que le ofreció el hombre de esperar en su auto, habría sido válida. La mujer pudo haber ido a su auto o a otro lugar público cercano donde hubiera un asiento disponible y esperar, mientras el hombre le guardaba su puesto en la fila. O, su pareja, en vez de haber llegado para insultar a este usuario, pudo directamente haber hecho la fila o conseguido una silla para ella.
Hay que recordar que, durante el embarazo, las mujeres pasan por muchos cambios físicos y mentales que pueden hacer, hasta de las tareas más sencillas, todo un reto. Así que la empatía debe primar de parte de su círculo social más cercano y en general, de quienes la rodean, escuchando sus necesidades y siendo conscientes de que necesita cuidados especiales.
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