Mi nuera quiso echarme de mi propia casa, pero yo iba un paso por delante

Quizás los viste en televisión, en redes sociales, o te cruzaste con alguien que llevaba uno en un carrito de bebé... Los bebés reborn parecen haber surgido de un día para el otro. Pero lo cierto es que existen desde hace décadas. La diferencia es que ahora tienen mamás y papás que los visten, les hablan y hasta los sacan a pasear.
Como era de esperarse, las polémicas no tardaron en aparecer en internet. Por un lado, están quienes apoyan a los creadores y compradores de estos muñecos hiperrealistas. Por el otro, quienes los consideran algo extraño o incluso perturbador.
Si todavía no tienes una opinión formada, no te apures. En este artículo, te invitamos a conocer la historia y la psicología detrás de los bebés reborn. ¿Se trata de una moda, un estilo de vida, una herramienta terapéutica... o una señal de alarma?
Los bebés reborn parecen reales, pero lo cierto es que son muñecos creados para imitar a los bebés de carne y hueso. Surgieron como un hobby en los Estados Unidos en la década de 1990, cuando algunas personas se dedicaron a modificar muñecas para imprimir en ellas trazos humanos.
Con el tiempo, y gracias al laborioso y delicado trabajo de sus creadores, estos bebés de silicona se volvieron más y más realistas o —como lo sugiere el término, renacidos. Pronto, personas con nuevas necesidades y deseos se interesaron por ellos, ¡y el resto es historia!
Hoy por hoy, el costo de una muñeca reborn es de 250 dólares, aunque las de silicona —que son las que parecen y se sienten más realistas— comienzan en 1000 dólares y pueden llegar a costar 4000 o incluso 5000 dólares.
Fabricar un bebé reborn requiere paciencia y dedicación. La artista Maria Trigg explicó a la Revista People que existen dos métodos: pintar moldes de silicona ya existentes y añadir detalles complejos como piel y cabello realistas, o bien hacerlas completamente desde cero.
Comienza con un trozo de arcilla y la foto de un bebé como inspiración. Luego de finalizar la escultura, fabrica un molde y lo rellena con un tipo diferente y más blando de silicona para hacer una réplica. Y así es como “nace” un reborn, al que luego pintará para lograr el efecto de piel realista y darle un acabado suave al mejor estilo recién nacido.
Para muchas personas, los bebés reborn representan mucho más que simples muñecos; se han convertido en una fuente de conexión emocional y un camino hacia la sanación.
Es el caso de mujeres que han sufrido pérdidas gestacionales, lidian con problemas de fertilidad o atraviesan el duelo por un hijo. Para ellas —y en algunos casos también para sus compañeros— los muñecos hiperrealistas adquieren un rol simbólico y actúan como una herramienta de consuelo.
Al parecer, existe una respuesta biológica que se activa al manipular un muñeco con proporciones similares a las de un bebé. Inclusive, algunos estudios sugieren que la terapia con bebés reborn puede reforzar los sentimientos de apego y el bienestar emocional en ciertos pacientes con demencia.
Como con todo fenómeno social, más aún en la era de internet y las redes sociales, las controversias sobre los bebés reborn no demoraron en aparecer. Especialmente cuando un grupo de mujeres con sus respectivas muñecas se reunió en un parque de San Pablo, Brasil, para pasar el rato al aire libre junto a sus hijos hiperrealistas.
Este hecho, sumado a los videos virales que simulan nacimientos y paseos en familia, encendió el debate en las redes y en el parlamento brasileño, cuando un legislador del estado de Amazonas se presentó con una muñeca en la Asamblea Legislativa con planes para prohibir que estas reciban atención en el sistema público de salud.
Aunque el contenido online sobre los bebés reborn —rutinas matutinas, paseos, recorridos por la guardería y cualquier otro aspecto del cuidado infantil que uno pueda imaginar— genera un serio interés, los videos reciben muchas críticas negativas que ridiculizan a los adultos que interactúan con estos muñecos como si fueran reales.
Es el caso de Kelli Maple —una figura popular en el mundo de las reborn, que recibe un promedio de 82 millones de visualizaciones en sus videos—, quien desactivó los comentarios en su canal de YouTube.
Si bien ante los ojos de ciertas personas este hobby puede resultar atípico, y la crítica puede ser, hasta cierto punto, saludable, lo cierto es que los bebés reborn parecen haber llegado para quedarse. O, al menos, para acompañar a muchas personas.
Y tú, ¿qué opinas sobre el auge de los bebés reborn? ¡Déjanos tu comentario!