¿Podrías sobrevivir en el fondo de la fosa de las Marianas?
¿Sabes nadar? Bien, porque te irás de viaje al punto más profundo del océano Pacífico. Ponte las aletas de buceo. El mismísimo fondo de la fosa de las Marianas te espera. Entra al agua. ¡En serio, vamos! ¡Muy bien! 30 cm bajo el agua. A esta profundidad puedes nadar sin un equipo especial, como una máscara. ¡Oye, mira! Deben ser algunos turistas. O ballenas.
3 m bajo el agua. Esto es un poco más profundo que las piscinas y las playas públicas de los Estados Unidos. Puedes ver peces de colores y hasta el fitoplancton que se alimenta de los rayos del sol.
8 m de profundidad. En este nivel se encuentran los cimientos de la ciudad flotante de Venecia, en Italia. Los constructores instalaron columnas a esa profundidad; después, construyeron casas y calles sobre ellas.
10 m bajo el agua. Empiezas a sentir mucha presión. En la superficie, estás sujeto a la presión atmosférica. Un kilogramo por cada centímetro cuadrado. Pero aquí, a 10 metros, esa presión se duplica. Todos los espacios con aire de tu cuerpo, como los pulmones o los oídos, comienzan a comprimirse y a traerte molestias. Pero no te preocupes: tus órganos son suaves y elásticos, así que puedes seguir buceando.
12 m bajo el agua. ¡Ups! Te estás quedando sin aire. La persona promedio puede aguantar la respiración de 30 a 90 segundos. ¡El récord actual es de unos increíbles 24 minutos y 37 segundos! Bien, necesitarás un equipo de buceo para continuar tu descenso. Aquí tienes. ¡Muchas gafas! [en lugar de “muchas gracias”] Jaja. Los turistas se sumergen a esta profundidad para ver los arrecifes y los corales. No necesitas habilidades especiales para lograrlo, pero no podrás seguir descendiendo sin entrenamiento o una licencia.
14 m de profundidad. Ten cuidado: hay tiburones nadando en busca de comida. A veces los turistas descienden a este nivel en una jaula segura para verlos de cerca. Es mejor que te alejes de estos depredadores y no llames su atención. Asegúrese de no llevar ninguna joya brillante y reluciente, a los tiburones les encanta ese tipo de cosas.
19 m bajo el agua. A esta profundidad podrías ver la Base Aquarius Reef, si estuvieras en Florida. Se trata de todo un edificio con habitaciones para explorar el fondo marino, accesible a través de una escotilla.
Ya descendimos 32 m. Ves una extraña campana colgando de una cadena. La gente solía usarlas para bucear hace unos 400 años. Bajaban una campana asegurada con cadenas y con buzos en su interior. Dentro de ella había suficiente aire como para que pudieran respirar. De esta manera, podían explorar barcos hundidos con tesoros.
42 m. A esta profundidad, podrías encontrar una ciudad entera hundida en el lago Qiandao, en China. Todavía se pueden ver las calles, las casas y los templos.
100 m. ¡Guou! Casi te chocas con una enorme ballena azul. ¿Cómo no la viste? Estos sujetos, del tamaño de dos vagones de tren, suelen encontrarse a profundidades como esta. Shhh, vamos a escucharlas cantar un rato. Qué hermoso. ¡Sigamos!
200 m. Aquí es donde termina la mayor parte de la vida del océano. Los rayos del sol prácticamente no alcanzan profundidades superiores. Todo lo que hay debajo son peces inusuales, como este pejesapo. Tienen una apariencia tan rara porque tienen que adaptarse a la presión elevada.
215 m. Este es el último nivel donde verías un humano sin un equipo de buceo. Este hombre ostenta el título de “el hombre más profundo de la Tierra”, y es el único que ha logrado alcanzar esta profundidad. La presión del agua sobre su cuerpo aquí era 20 veces más grande que en la superficie.
300 m. ¿Qué fue ese ruido? ¡Guau, un submarino! Esta es la profundidad máxima a la que pueden sumergirse. Algunos alcanzan velocidades de 40 kilómetros por hora. Un dato curioso: un avestruz puede correr el doble de rápido... pero no puede nadar.
330 m. Despídete de este buzo. No verás a nadie después de este punto. El récord mundial fue establecido en el mar Rojo. El buzo solo tardó 12 minutos en alcanzar esta profundidad, pero necesitó 15 horas para regresar a la superficie, ya que debía evitar la enfermedad por descompresión. Así que ahora tienes un traje de buceo atmosférico. Está completamente sellado, y no sentirás la increíble presión del agua sobre tu cuerpo.
445 m. Si metieras el Empire State Building en el agua, su punta estaría aquí. Y las alfombras de su interior... estarían mojadas.
700 m de profundidad. La presión del agua aquí es 70 veces mayor que en la superficie. Las partes de plástico flexible de tu traje no pueden soportar este tipo de presión, así que aquí tienes una entrega urgente: un submarino para grandes profundidades. Ahora podrás continuar tu viaje hasta el fondo.
830 m. Aquí verías la punta del edificio más alto de la Tierra, el Burj Khalifa. Muy bien... ¡¿quién está hundiendo todos los edificios altos?!
1640 m. Esta es la profundidad de uno de los lagos más antiguos y profundos del mundo, el lago Baikal. Su superficie es un poco más grande que la de toda Bélgica.
2450 m. Este es el récord de profundidad que la plataforma petrolífera Perdido alcanza en el golfo de México. Su parte sobre el agua, con tres cubiertas, es casi tan alta como la torre Eiffel.
3640 m. Esta es la profundidad media del océano Atlántico. Puedes ver un enorme tubo tan ancho como el cuello de una jirafa. Y parece no tener fin. Este cable conectaba a Europa y América del Norte, y era utilizado en las comunicaciones telegráficas.
3750 m bajo el agua. De pronto, en medio de la oscuridad, ves la silueta de un barco. ¡No puede ser, es el mismísimo Titanic! A esta profundidad, la intensa presión del agua aplastaría a una persona. Solo es posible bucear hasta el Titanic en un submarino.
4000 m. Aquí terminaría la mina más profunda del mundo. Hablamos de la mina de oro Mponeng, en África. Pero todavía hay lugares más profundos por conocer. ¡Aceleremos!
6100 m. En este nivel verás los restos más profundos de un barco. El USS Johnston se hundió hace más de 70 años. Aún puedes ver con claridad el número 557 en su proa.
8000 m. Aquí, en esta oscuridad total, se encuentra el pez que gobierna en las profundidades a nivel mundial: el pez caracol de las Marianas. Es tan largo como un gato doméstico y tiene una piel casi transparente. Sus ojos están poco desarrollados para la visión, ya que la luz del sol no llega a estas profundidades.
8850 m. Si tomaras el Monte Everest, le dieras la vuelta y lo metieras en la fosa de las Marianas, aquí es donde verías su punta. Si bien este monte es el punto más alto del planeta, aún debemos descender mucho más.
10 900 m de profundidad. Aquí, en el abismo de Challenger, aún puedes ver vida. Sin embargo, necesitarías un microscopio para lograrlo. Las bacterias que viven aquí se alimentan de moléculas orgánicas similares al petróleo. Un poco más profundo... ¡Felicidades! ¡Has tocado el fondo!
Llegamos a los 11 000 m. La presión aquí es 1071 veces mayor que en la superficie. Pero no eres la primera persona que ha estado aquí. Una de las últimas expediciones al fondo de la Fosa de las Marianas tuvo lugar en 2012. Un cineasta estadounidense descendió hasta aquí en un submarino que él mismo diseñó, pero la presión rompió algunos de los motores, por lo que le resultó difícil maniobrar. El sonar también se dañó, y algunas de las baterías se agotaron. Estuvo en el abismo de Challenger durante unas tres horas y tomó muchas fotos y videos. Si miras de cerca el suelo, podrás ver burbujas; se trata de dióxido de carbono y azufre. Este último es líquido debido a la presión extrema y la temperatura cercana a la congelación.
Pero también hay vida en estas duras condiciones. Los tres microorganismos más comunes aquí son los xenofióforos, los anfípodos y los pequeños pepinos de mar. Son muy pocos, ya que no hay comida suficiente aquí abajo. Normalmente hay muchas hojas de palmera en el fondo del océano, que llegan allí desde la tierra. Pero la Fosa de las Marianas se encuentra a 200 kilómetros de las islas más cercanas, así que el único alimento aquí es el plancton viejo y las escamas de peces de las capas superiores del océano. Sin embargo, tienen que viajar decenas de miles de metros para convertirse en alimento de los habitantes del fondo. ¿Podríamos viajar aún más profundo, hasta la corteza de la Tierra? Bueno, tendrás que usar tu taladro gigante y encender los motores a reacción. Estás descendiendo otros 57 kilómetros a través de la corteza terrestre, y aquí se encuentra su límite. Acabas de ingresar al manto superior, un océano de lava caliente, de 2900 kilómetros de profundidad. Tendrás que atravesarlo nadando, literalmente, para alcanzar el núcleo externo, con otros 2270 km de profundidad. Luego llegarás al núcleo interno. Otros 1200 kilómetros y... ¡felicidades! ¡Estás en el centro de la Tierra! Eh... odio preguntar, pero ¿cómo saldremos de aquí?