Creo que los hombres tenemos mucha culpa de esto
Por qué la sociedad prohíbe a las mujeres envejecer y exige que aparenten 20 años a los 35
En todas las épocas, las mujeres quisieron gozar de una apariencia digna de mención: Cleopatra se bañaba en leche y las romanas pasaban muchas horas en los baños para hidratar bien su piel. En general, el deseo de ser bella y joven es inherente a cada una de nosotras. Sin embargo, en la actualidad, la juventud está en un pedestal, mientras que las señales propias de la edad se han convertido en algo vergonzoso: las arrugas deben alisarse; los cabellos grises, teñirse; y las manos y el cuello, ocultarse bajo la ropa. ¿Por qué los cambios naturales del cuerpo femenino se han convertido en un tabú?
Genial.guru averiguó quién tiene la culpa de que las mujeres teman envejecer. Resulta que tu disgusto por tus imperfecciones beneficia a alguien.
El rechazo a la vejez es inherente en nosotros por naturaleza
El envejecimiento es una parte inseparable de nuestras vidas. Y, al parecer, la más triste. Tenemos miedo a la edad porque con ella llegan las enfermedades y la impotencia, el cuerpo se vuelve flácido y la memoria comienza a echarse a perder.
Los científicos señalan que resistirse a aceptar la vejez es algo genéticamente inherente en nosotros. La evolución hizo que por el olor podamos identificar si el que está delante de nosotros tiene capacidad de dejar descendencia. Desde el punto de vista de la naturaleza, una persona incapaz de reproducirse es un material biológico dado de baja.
Sin embargo, la vejez que se aproxima afecta más a las mujeres. Además de los problemas de salud, nosotras “debemos envejecer con dignidad”. Esto significa que una mujer de más de 40 años necesita ocultar las canas, esconder sus arrugas y mantener su cuerpo en buena forma. Y también un centenar más de otros “necesita”, con frecuencia, contradictorios: no te inyectas la toxina botulínica, entonces, no te cuidas; si te la inyectas, tu rostro se asemeja al de un espantapájaros.
Envejecer da miedo, y para una mujer, además, es vergonzoso. El culto moderno de la juventud nos prohíbe aparentar nuestra edad real. Incluso estrellas de Hollywood como Gillian Anderson están siendo atacadas por el sector más crítico de Internet: los espectadores no quieren aceptar la apariencia natural.
Qué decir de las mujeres normales y corrientes: estamos acostumbradas a pensar que después de superar la barrera de los 30 la vida se termina. Incluso las revistas de moda aconsejan a las jóvenes utilizar cosméticos antiedad a partir de los 20 años y sugieren combatir las arrugas mucho antes de que estas aparezcan. Desde muy temprana edad, las chicas están convencidas de que la vejez es algo desagradable y repulsivo. No en vano, el miedo a la edad no surge por sí solo: existen personas y circunstancias específicas culpables de que las mujeres teman envejecer.
Las mujeres deben comprar cremas antiarrugas y someterse a tratamientos antienvejecimiento
Toda la industria se alimenta del deseo de las mujeres por lucir jóvenes:
- El 62 % de las féminas de 35 a 54 años usa cremas antienvejecimiento.
- En un año, en el Reino Unido, se realizan 28 mil tratamientos cosméticos (alisamiento de arrugas, inyecciones de toxina botulínica y similares).
Según las estimaciones más conservadoras, el ingreso neto de las compañías que venden “juventud” ronda los 200 mil millones USD. Cremas antiarrugas, suero contra las estrías, tintes para el cabello y productos similares convierten a los fabricantes en millonarios. Las corporaciones apoyan el mito de que la vejez es desagradable y antinatural. Si pierdes la fe en esto, ¿quién comprará cientos de frascos y cremas?
Sin embargo, existe un tremendo “pero”: los científicos aún no saben por qué estamos envejeciendo. Hace unos años, los biólogos averiguaron el funcionamiento del mecanismo de “envejecimiento” de las levaduras simples, mientras que el cuerpo humano es una cosa mucho más complicada e incomprensible. Los médicos y los expertos en genética simplemente suponen que las arrugas pueden aparecer debido al sol, por los efectos de los radicales libres o por agotamiento de las células madre. Pero esto, como dicen, no es exacto.
Las cremas y tratamientos con componentes “milagrosos” como huevas de pescado o liposomas pueden ayudar, como pueden resultar inútiles. El elixir de la eterna juventud no existe, pero el mercado de productos antienvejecimiento, sí. Toda la industria trabaja para garantizar que te surja una cadena lógica: piel suave + glúteos firmes + [ añade lo necesario ] = felicidad.
Al llegar a los 40 años, la mujer se vuelve “invisible” para el empleador
Dicen que a los 40 la vida solo comienza. Pero no en el ámbito laboral. Las mujeres temen volverse innecesarias y esto parece tener una razón:
El salario de las mujeres es menor que el de los hombres, y después de los 40 ni siquiera hay esperanzas de que este aumente. A esta edad, una mujer toca techo en su carrera laboral: no tiene por dónde desarrollarse. En los hombres, la situación es exactamente la opuesta: con el paso de los años, se vuelven más valorados en el trabajo y en la sociedad.
Las mujeres experimentan dos efectos sociales negativos a la vez. Es edadismo: prejuicios sobre una persona debido a su edad. Y sexismo. En otras palabras, ser una mujer en el mundo de los negocios es complicado y ser una mujer mayor es aún más complicado. Existen dos razones para esto:
- La discriminación afecta negativamente a la salud. Las mujeres de más de 50 años dijeron a los investigadores que el 30 % de su tiempo de trabajo están invadidas por pensamientos depresivos. Al fin y al cabo, todo esto se convierte en enfermedades somáticas.
- Los sociólogos señalan que los problemas relacionados con el edadismo para las mujeres comienzan con la pregunta: “¿Quién se quedará en casa criando a los hijos?” Por tradición, esto lo hacen las mujeres, perdiendo, mínimo, varios años de su carrera profesional. Los hombres, con menos frecuencia, abogan por tomarse la licencia por paternidad ya que temen perderse algo importante en su trabajo. Sirva de ejemplo Rusia, un país donde solo el 2 % de los padres se toman la licencia de paternidad (13 mil hombres frente a 670 mil mujeres).
¿Los hombres tienen toda la culpa?
El año pasado, las redes sociales fueron sacudidas por una fotografía de Tom Cruise y Kelly McGillis con un “antes” y un “después”. Los comentaristas de Internet hablaron con detalle sobre la apariencia de la actriz que luce mayor que su compañero de pantalla.
En inglés existe un dicho: “Los hombres envejecen como el vino. Las mujeres, como la leche”. A pesar de la popularidad de las ideas del feminismo y la emancipación, las mujeres no se han ganado aún el derecho de envejecer como les apetezca.
La sociedad parece asignar a las mujeres una “fecha de caducidad”, mientras que “el reloj biológico hace tic tac”. Cuando el valor de un individuo viene determinado por su capacidad de tener hijos, surgen distorsiones. Sin embargo, los psicólogos afirman que la causa de una actitud negativa hacia su edad está en las propias mujeres y los hombres no tienen nada que ver con esto:
Los miedos, los complejos, la inseguridad de sí misma son las razones principales del rechazo a la vejez. ¿Quizás si nos queremos un poco más, entonces los demás también nos tratarán de manera diferente? Un ejemplo vívido de amor propio es Céline Dion. A los 50 años, la cantante volvió a convertirse en un ícono de estilo, no oculta sus arrugas y lleva ropa “no acorde a su edad”. Es completamente natural aquí y ahora.
¿Las revistas de moda, Hollywood y la publicidad nos inspiran temor a la edad?
Las revistas de moda y Hollywood añaden más leña al fuego. Las actrices y modelos parecen someterse a un proceso de congelación a la edad de 30-40 años y ya no envejecen más. La “fábrica de sueños” alberga leyes severas:
Se puede entender a los famosos: un rostro y cuerpo hermosos los ayudan a ganar dinero. En su caso, el culto a la juventud es una necesidad comercial. Según los directores de cine, la vejez no puede ser atractiva y el público está más dispuesto a ir a ver una película si esta cuenta con personajes jóvenes. Pero este estado de las cosas no es eterno.
Los tiempos cambian y la proporción de la población mayor está creciendo rápidamente. En Japón, por ejemplo, es del 30 %, y en Italia, del 20 %. Nuevos personajes aparecen en escena: personas activas de mediana y mayor edad. Ahora no está de moda ocultar las arrugas y, por el contrario, las personas adultas se convierten en protagonistas de películas y anuncios comerciales.
Hace solo 10 o 15 años, nadie hubiera pensado que una mujer en edad de jubilación podría convertirse en la protagonista de una película de acción. Este 2019, se lanza “Terminator: Dark Fate” y Linda Hamilton regresa a la franquicia. Por cierto, Linda tiene 63 años y ella será capaz de hacer picadillo a las máquinas.
Quizás, la audiencia ya haya tenido suficiente viendo a chicas angelicales con pechos voluminosos y prefieren ahora ver a personas reales, o bien los expertos en marketing y directores de cine finalmente se dieron cuenta de que las personas maduras son una audiencia bastante solvente y decidieron incluirlas entre su público objetivo. En cualquier caso, hoy día puedes decir la edad de tu pasaporte sin sentir vergüenza.
Bono: tenemos dos noticias, una buena y otra mala
Primero, la mala: las personas de mediana edad se sienten especialmente infelices. El intervalo entre 35 y 50 años es el momento más depresivo de nuestra vida. Además, las mujeres sufren más de esta infelicidad que los hombres. A la mediana edad, nos enfrentamos a muchos problemas: inseguridad sobre el futuro, dificultades profesionales, cuidado de los hijos y de familiares mayores.
Las mujeres tienen que combinar varios roles sociales, y de ahí que sientan un malestar emocional (tristeza e impotencia, entre ellos, al menos eso cuentan a los científicos).
Y ahora la noticia buena: con la edad, la felicidad también se hace más grande. Y todo gracias a la neuroplasticidad. Es una característica del cerebro humano de cambiar bajo la influencia de la experiencia y capacidad de adaptarse a diferentes circunstancias.
Esto significa que las cosas que antes nos parecían terribles (recuerda los sufrimientos de los adolescentes) ya no importan tanto. Así que, como dicen los científicos británicos, después de los 50 años, el nivel de felicidad aumenta constantemente y alcanza su pico máximo a los 70 años de edad.
Y a ti, ¿te da miedo la edad que refleja tu documento de identidad o no prestas atención a la misma?
Comentarios
Es muy injusto que se mida de diferente manera el envejecimiento de las mujeres que de los hombres
La presión por estar siempre jóvenes nos la imponemos nosotras mismas
Todo lo que rodea al mundo de las mujeres hace referencia a la estética, la belleza y el cuidado a partir de cierta edad
Esto de no querer envejecer y querer vernos siempre estupendas nos acaba afectando psicológicamente