¿Qué cosas pueden sobrevivir en el espacio?
¿Qué puede sobrevivir en el espacio? Bueno, ¡la gente puede! Si tienen un excelente traje espacial. Estos trajes son, digamos, una especie de artículo necesario en el vacío del espacio. Sin uno, tendrás que quedarte adentro de la nave espacial o de la vivienda modular en la Luna o Marte. En la actualidad, la NASA solo dispone de varios trajes espaciales antiguos para utilizarlos fuera de la nave, como la Estación Espacial Internacional.
La misión Artemis de la NASA a la Luna planea tener nuevos trajes diseñados tanto para hombres como para mujeres. Para eso cuenta con un presupuesto de un cuarto de millón de dólares. Estos nuevos trajes son mucho menos voluminosos que los antiguos, y mucho más modernos. ¿Pero qué otras criaturas, además de las personas, pueden vivir en el Espacio? Tres animales con nombre fueron enviados al espacio y todos volvieron a casa sanos y salvos. ¿Eso cumple los requisitos?
Dos perros, “Belka” y “Strelka”, pasaron un día dentro de una nave espacial rusa en 1960 y se convirtieron en estrellas mediáticas a su regreso. Los Estados Unidos lanzaron a un chimpancé llamado “Ham” en un viaje de 16 minutos al espacio. El espacio comienza a unos 100 km sobre el nivel del océano y un cohete solo tarda unos minutos en llegar. Ham, que llevaba un traje espacial, realizó todas sus tareas de pulsación de botones de forma admirable y es honrado en el Salón de la Fama Internacional del Espacio en Alamogordo, Nuevo México. ¡Pero los tardígrados pueden de hecho vivir en el espacio!
Los tardígrados, u osos de agua, como se les suele llamar, son de color café y parecen osos grises diminutos, y son uno de los animales con patas más en miniatura. Tienen 8. La mayoría de las especies de tardígrados no tienen ojos, pero algunas sí. Es posible ver a los osos de agua con una buena lupa, ya que su tamaño promedio es de ½ milímetro. Rocía un poco de agua sobre el musgo y saldrán. Pueden caminar aproximadamente una longitud de cuerpo por segundo y correr a unas dos longitudes de cuerpo por segundo. Los huevos de oso de agua son más fáciles de detectar porque son de color blanco brillante.
La Agencia Espacial Europea llevó a los osos de agua a la Estación Espacial Internacional y los dejó fuera durante diez días. Sobrevivieron. Sobrevivieron sin aire, sin agua, con un vacío casi perfecto, con radiaciones solares nocivas, con frío y calor extremos. Eso no suena muy divertido, ¿cierto? En condiciones extremas, los osos de agua dependen de su exoesqueleto, o coraza, para protegerse. En las pruebas de laboratorio, este exoesqueleto podía soportar una presión inmensa de más de 599 843 884 Pa. Es un buen traje espacial el que tienen. Los osos de agua han llegado a estar congelados durante 30 años y, al calentarse, revivieron y siguieron siendo capaces de reproducirse. Mientras buscamos la vida en el espacio, mientras exploramos Marte, este tipo de formas de vida extremas se convierten en algo esencial de entender. Si los osos de agua pueden sobrevivir literalmente a todas las condiciones ambientales, ¿podemos concluir que la vida está en todas partes en el espacio?
Los extremófilos son formas de vida que viven en condiciones extremas, como las que podrían tener otros planetas. La Cueva de Movile, en Rumanía, es uno de esos lugares que bien podría estar en otro planeta. Toda la vida en la Tierra, en la superficie terrestre, está basada en el carbono. Esto significa que los átomos de este elemento actúan como un bloque de Lego universal al que se conectan los átomos de hidrógeno, oxígeno y nitrógeno para formar las moléculas de las que están hechas las células de los organismos vivos. Pero no en la Cueva de Movile. Esta fue sellada hace al menos 2,5 millones de años. El agua que se filtra a través de la roca caliza ha formado un lago en la cueva, una mezcla de ácido sulfhídrico, venenoso y corrosivo, y amoníaco. ¿Qué podría vivir en esta sopa tóxica? ¡Formas de vida basadas en el azufre!
En el interior de la Cueva de Movile existe todo un sistema ecológico sin luz ni fotosíntesis. La cadena alimenticia se basa en la quimiosíntesis, es decir, en microorganismos que se alimentan de sustancias químicas a base de azufre. En el entorno hostil de este sitio se han encontrado 33 especies de criaturas basadas en el azufre: camarones, escorpiones, ciempiés, caracoles, etc. La Cueva de Movile es un mundo alienígena en las profundidades del subsuelo lleno de formas de vida basadas en el azufre. Si existen criaturas así en este lugar en la Tierra, ¿qué podemos esperar encontrar viviendo en el espacio exterior? ¡Bacterias! Las bacterias pueden vivir en el espacio exterior. ¡Y también los hongos! Las bacterias forman la base de la cadena alimenticia. Y se ha demostrado que estas pueden vivir en el espacio exterior. En la década de 1980, los cosmonautas de la estación espacial MIR se quejaron de que algo crecía fuera de las ventanas de la estación y bloqueaba su visión de la Tierra. Tras la inspección, resultó ser una bacteria y un hongo..., hongos.
Las ventanas, hechas de cuarzo, estaban siendo dañadas y debilitadas por lo que estaba creciendo en la superficie. También se descubrió que los hongos se comían el cobre de algunos de los cables. El moho crecía en algunos lugares del exterior de la MIR. La estación espacial estaba siendo atacada por microorganismos. Los científicos se tomaron esto muy en serio y empezaron a investigar. Al parecer, en un entorno estéril como el del espacio, las bacterias salen de sus escondites cuando no hay otros microorganismos cerca. La radiación cósmica puede incluso ayudarlas a mutar y adaptarse al entorno espacial. Las bacterias parecían crecer aún más rápido en el espacio que en la Tierra.
Años más tarde, Estados Unidos decidió realizar un experimento con bacterias en la Estación Espacial Internacional. Recubrieron rocas con varias bacterias y las colocaron fuera de la Estación Espacial. Algunas bacterias no sobrevivieron a las duras condiciones del espacio. Pero muchas sí lo hicieron. Una cepa llamada OU-20 sobrevivió durante más de un año y medio fuera de la ISS. Japón también realizó un experimento bacteriano en la Estación Espacial Internacional. En el exterior del módulo japonés Kibo, el brazo robótico del mismo colocó tres paneles con la bacteria Deinococcus radiodurans, o D. radiodurans para abreviar. ¡Sobrevivió en el espacio durante tres años! El científico principal del experimento japonés calculó que la bacteria podría vivir hasta 8 años en el espacio. Eso es suficiente para hacer un viaje de ida y vuelta a Marte cuatro veces.
Esto plantea un par de preguntas interesantes. ¿Podría la vida haber llegado a la Tierra desde Marte en una roca espacial? Y, más concretamente, ¿podría una bacteria infecciosa llegar a la Tierra en una roca espacial? De repente, lo que solo se había considerado en libros y películas de ciencia ficción, era ahora objeto de un intenso escrutinio científico. Y entonces llegó el meteorito de Marte. La Antártida es el mejor lugar para encontrar meteoros porque está cubierta de hielo. El de la región de Allan Hills en la Antártida está bloqueado por la configuración de la montaña que lo rodea. El hielo aquí se sublima. Eso significa que se evapora, sin llegar a ser líquido, convirtiéndose directamente en vapor. Cuando el hielo de la región de Allan Hills se sublima, deja al descubierto todos los meteoros que han chocado con el hielo durante muchos cientos o miles de años.
Los cazadores de meteoritos circulan literalmente en motos de nieve y los recogen, con pinzas, sin tocarlos nunca para no contaminarlos con bacterias humanas. Los colocan en bolsas, numeran y registran la ubicación y cualquier otro dato pertinente sobre el mismo. Así es como se encontró el meteorito ALH 84001, uno de Marte. Dado que la Tierra es golpeada por unos 17 meteoros cada día, a lo largo de miles de años, los números se suman. Casi todos los lugares han sido golpeados por un meteorito en un momento u otro. Con once años de diferencia, dos casas de la misma calle en Weathersfield, Connecticut, ¡tuvieron perforaciones en sus tejados por meteoritos de medio kilogramo! Pero solo unos pocos provienen de Marte. En la actualidad se han identificado ciento veintiséis meteoros procedentes del Planeta Rojo.
El ALH 84001 vino de Marte. Los científicos lo saben porque Estados Unidos ha aterrizado en este planeta y tomó muestras de rocas marcianas y de la composición de la atmósfera marciana. ALH 84001 contenía los mismos gases que la atmósfera de Marte y una composición química similar a la de las rocas. Pero el meteorito también contenía algo más: una forma de vida fosilizada. Se ha debatido mucho sobre si el diminuto objeto del interior de ALH 84001 es esto o no, o más bien un depósito químico. Pero los estudios realizados a bordo de la Estación Espacial Internacional confirman que las bacterias pueden vivir durante mucho tiempo en el espacio. Así que es totalmente posible que algunas bacterias puedan hacer el viaje a la Tierra desde Marte en un meteorito.
El róver estadounidense “Perseverance” ha encontrado recientemente moléculas orgánicas en el interior de las rocas de Marte. Estas son de carbono e hidrógeno. No se sabrá si fueron producidas por organismos vivos o simplemente por reacciones químicas hasta que las muestras sean devueltas a la Tierra en algún momento antes de 2030. La búsqueda de vida en el planeta rojo continúa. Pero Marte no es el único lugar del sistema solar que podría tener vida. La luna de Júpiter, Europa, también es un buen sospechoso. Totalmente cubierta por kilómetros de grueso hielo de agua, esta podría tener un océano de agua salada bajo su corteza helada. El hielo actúa como una manta aislante, lo que combinado con posibles procesos térmicos internos en el núcleo de esta significa que el agua de su océano podría estar caliente.
La misión “Europa Clipper Express” planea confirmar las condiciones para la vida en Europa. Cargada con 9 equipos de observación, la Europa Clipper intentará observar todo lo que pueda ocurrir, orbitando por encima de Europa, incluida la composición química del misterioso material de color rojizo que ha sido expulsado a la superficie del hielo desde el océano. ¿Qué podría ser este material? ¿Una mezcla química específica? ¿O podría ser un kril? ¿Camarón? ¿Pez? ¿Formas de vida como en la Cueva de Movile? ¿O los restos de un narrador de Genial? Sigue en sintonía.