¿Qué pasaría si cada segundo durara una hora?
¡Oh, no! Tu gato acaba de tirar tu taza. El café cayó sobre tu alfombra cara. Congelemos el tiempo y veamos exactamente cuánto tarda el café en derramarse por el suelo. En un tiempo normal, necesitaríamos cerca de un segundo para que el impacto en la taza y la gravedad hagan su trabajo. Tu gato pone una mirada amenazante mientras lo hace. Cielos... Un video de 24 o 25 fotogramas por segundo avanza exactamente a la misma velocidad que la vida real. Cuando se hicieron las primeras películas, las cámaras no tenían la tecnología necesaria como para soportar 25 fotogramas. Por eso, los movimientos parecían rápidos y exagerados. Si avanzamos hasta la actualidad, veremos que disponemos de una tecnología capaz de captar hasta el más mínimo detalle.
Con las nuevas cámaras, podemos ver videos de 90 000 fotogramas por segundo. Si lo reprodujeras a una velocidad de 25 fps, cada segundo duraría una hora. Algunas cosas podrán verse bastante aburridas, pero a veces en un segundo ocurren muchísimos acontecimientos emocionantes. Si tu gato derriba la taza y la taza cae sobre la alfombra, verás cómo se derrama cada una de las gotas que están a punto de caer al suelo. En un mundo donde cada segundo en tiempo real dura una hora, las pequeñas cosas cotidianas prácticamente se congelarían en el tiempo. Tienes una hora entera por cada segundo para hacer lo que quieras. Vuelves a dejar la taza en la mesa y llevas a tu gato a otra habitación. Por supuesto, recoges todo el líquido suspendido en el aire y vuelves a ponerlo en la taza.
Ves a un colibrí afuera, revoloteando alrededor de unas flores y almorzando. Un colibrí puede batir sus alas entre 10 y 80 veces por segundo mientras vuela. Te paras a su lado y ves los detalles de sus alas y cada uno de sus movimientos. Una abeja está recogiendo polen de una flor. Te acercas y ves que sus alas también se mueven en alta definición. Una mosca zumba a tu alrededor y tú sigues tu camino. Ves a tu vecino paseando a su perro con la correa. El perro está a punto de perseguir a un gato callejero, por lo que puedes ver sus ojos desorbitados y al gato huyendo.
Para ti ya han pasado unos 15 minutos, cosa que ni siquiera equivale a un segundo en la vida real. Tu cuerpo sigue actuando a su tiempo, y de pronto te da hambre. Vas a la cocina y buscas un bocadillo, sin perder de vista a ese colibrí que agita sus alas afuera. Todavía te quedan unos 45 minutos de tu nuevo tiempo. Decides utilizarlos sabiamente y hacer algunas tareas en la casa para ahorrarte algo de tiempo real. Abres el grifo para lavar los platos, pero el agua no sale. Recuerdas que debe pasar un momento para que aparezca. Te das cuenta de que la primera gota está a punto de caer, pero lo hace demasiado despacio en tu nuevo tiempo, así que decides pasar a otras cosas, como quitar el polvo de los estantes. Pasas el plumero por tus muebles. El polvo se levanta lentamente en el aire y permanece inmóvil.
Puedes estudiarlo en detalle mientras flota como humo. Te alejas e intentas atrapar las bolas de polvo en el aire y arrojarlas a la basura. Te das cuenta de que limpiar el polvo no tiene sentido en este momento. Aún te quedan 35 minutos y no sabes qué hacer. Quieres revisar tu teléfono, pero la pantalla led tarda una eternidad en encenderse. La luz tarda algo más de 8 minutos en viajar desde el Sol hasta la Tierra. Eso significa que, si te encuentras en este mundo en cámara lenta al amanecer, el Sol tardará 20 días en llegar hasta ti. Esas serían muchas horas de vigilia.
Cuando enciendes las luces de tu habitación, la luz viaja tan rápido que no hay tiempo suficiente como para procesarla, mucho menos verla. Este número ha cambiado de valor a lo largo de los siglos, pero la comunidad científica ya ha zanjado el debate. Si el tiempo fuera más lento, podrías estar ante la única forma de medir correctamente la velocidad de la luz. El número establecido es solo una estimación basada en la física factible que tenemos. Lo primero que hay que saber para medir la velocidad de la luz es la distancia entre dos puntos y el tiempo que tarda un objeto en viajar del punto A al punto B. Si divides la distancia por el tiempo, obtendrás la velocidad de la luz. Una buena forma de medirla es utilizando espejos y haces de luz. Podrías crear un entorno controlado para el experimento con igual distancia e igual velocidad. Pero el principal problema es que obtendremos el viaje de ida y vuelta del rayo de luz desde el punto A hasta el punto B, en lugar de obtener solo el viaje de ida del rayo desde A hacia B.
Esto es importante porque la velocidad de la luz que rebota del punto B al punto A podría no ser igual a la velocidad desde el punto A inicial hasta el punto B. Sé que es confuso, pero déjame explicártelo para que sea más sencillo. Estás en un tren, a la espera de regresar a casa tras un largo día de trabajo. El tren llega a tiempo y, mientras comienza a moverse, tú te quedas dormido en tu asiento. Un segundo antes, revisas el reloj y ves que son exactamente las 9 p. m. Más tarde, despiertas en el mismo punto en que te encontrabas cuanto te quedaste dormido. ¡Pero esta vez son las 11 de la noche! Dormiste durante todo el trayecto y tendrás que esperar más para llegar a casa. Asumimos que el tren tardó una hora desde la estación de tren hasta tu casa y otra hora desde tu casa hasta la estación de tren. Esto parece lógico si lo extrapolamos a los rayos de luz, pero Albert Einstein dijo lo contrario. Él asumió que el espacio y el tiempo son absolutos y que la velocidad de la luz puede variar.
En el caso del viaje en tren, Albert Einstein habría dicho que es posible que el viaje desde la estación hasta tu casa haya durado una hora con 59 minutos y solo 1 minuto desde tu casa hasta la estación. O cualquier otro valor. Inicialmente, algunos científicos no apoyaron esta idea, pero siguió apareciendo mucho. Así que la pregunta es: ¿cómo podemos medir la velocidad de la luz sin el viaje de vuelta? Probablemente podríamos utilizar esas cámaras de alta velocidad para grabarla fotograma por fotograma hasta obtener un resultado definitivo, pero no es tan sencillo. No sabremos nada con certeza porque la luz que vemos desde la lente ya es un reflejo de la luz real, no la vemos en su forma más pura.
Lamentablemente, de momento no hay forma de medir la velocidad real de la luz. El número que los científicos han establecido es solo una forma de concebirla sin saber su valor real preciso. Necesitamos ese número para hacer cálculos en matemáticas y física y entender mejor nuestro mundo. En una realidad donde un segundo equivale a una hora, las leyes de la física funcionan de otra manera y puedes observar cada proceso paso a paso. Regresas a tu cocina e intentas encender el horno para ver cómo nace el fuego. Puedes ver en detalle cómo se forman las chispas junto a una pequeña llama.
Un poco de agua a su alrededor se convierte lentamente en vapor. Si 60 segundos equivalen a una hora, entonces un minuto durará 2 días y medio, y una hora durará unos 5 meses. Un día durará un poco menos de una década, y un mes tendrá una duración de unos 300 años. Un año completo equivaldría a unos 3600 años normales. En esta realidad, nuestros cuerpos envejecerían según su funcionamiento interno. Por lo tanto, si la vida de tu cuerpo se extendiera durante tantos años y 365 días equivalieran a 3600 años, ni siquiera todo este tiempo te alcanzaría para dejarte crecer una cola de caballo.