Qué pasaría si las 8000 millones de personas perdieran la memoria a la vez

Curiosidades
hace 1 año

Día 1. Estás caminando por la avenida principal de tu ciudad. En unos minutos, te encontrarás con tu mejor amigo; no se ven desde hace años. Llegaste temprano, así que lo llamas para saber dónde está. Él atiende la llamada y tú preguntas: “Espera, ¿quién eres?”. “¿Quién me llama?”, responde tu amigo.

Te asustas, cuelgas y te detienes. ¿Adónde estás yendo? Las personas a tu alrededor también se detienen. Todos se miran con sorpresa, nadie entiende qué sucede. Todas las personas del planeta han perdido la memoria, aunque no completamente. Aún sabes que eres un ser humano que vive en el siglo XXI, en una sociedad civilizada. Los problemas aparecen cuando intentas conectar los eventos del pasado con el presente y el futuro. Tampoco recuerdas las caras de los demás. No reconoces a tu mejor amigo cuando pasa a tu lado, y no recuerdas si tienes mascotas en casa.

No sabes dónde trabajas o quién es tu jefe. Sabes que el dinero tiene algún valor, pero no para qué sirve. Sin embargo, sabes conducir un auto, usar un teléfono, tomar una ducha, leer, escribir y cerrar la puerta de tu departamento. La memoria para las cosas cotidianas sigue intacta porque las haces automáticamente, sin pensar. El resto de tu mente está en blanco.

Se forman embotellamientos en la calle. Las personas detienen sus autos, no recuerdan adónde van. Los que recibieron una licencia de conducir hace poco olvidan las reglas de conducción y cómo usar un auto. Las noticias y los programas en vivo se interrumpen. El conductor le dice al especialista del clima “¿qué está pasando?”. Todos los blogueros y periodistas trabajando al aire tienen la misma pregunta. Enciendes la televisión y no ves más que caras confundidas. Saben que están siendo filmados por cámaras y que hay millones de personas viéndolos, pero nadie recuerda para qué están ahí. Los directores, los promotores y todo el resto del equipo de filmación no saben qué hacer. Poco después, las transmisiones se interrumpen.

La ciudad entró en pánico. Las personas comprenden que algo malo está ocurriendo en este momento. Mira, un hombre corre y llora con desesperación. Sabe que tiene una familia, pero no recuerda quiénes son. Una chica en la parada de autobús parece nerviosa. Está segura de que debe ir a algún lugar, pero no sabe qué autobús debe tomar. Un grupo de amigos sentados en la mesa de un restaurante se sienten incómodos, no entienden por qué están comiendo juntos.

Los estudiantes que están dando un examen son presa del miedo. Olvidaron todo lo que aprendieron en los últimos meses, hasta el nombre de la clase. Los profesores tampoco recuerdan lo que enseñan. Pasas varias horas caminando por la ciudad junto a muchas personas perdidas. Todos saben que viven en algún lugar, pero no recuerdan el lugar exacto.

Afortunadamente, no estás lejos de casa. Pasas por un edificio de varios pisos y te resulta familiar de inmediato. Subes diez pisos en busca de la puerta correcta. Por fin das con tu departamento, pero la llave no entra. Una anciana abre la puerta. “¿Eres mi hijo?”, pregunta, asustada. Le dices que tal vez cometiste un error y te diriges al próximo departamento. Esta vez la llave entra. Por fin estás en casa.

No puedes entrar a ningún sitio web ni hacer llamadas: los proveedores de todo el mundo olvidaron cómo proveer Internet. Luego, el agua y la electricidad dejan de funcionar. Tienes hambre y recuerdas cómo hacer un sándwich. Abres el refrigerador, pero casi no hay comida. Sabes que existe un lugar donde puedes conseguirla.

Sales, caminas por la calle y encuentras un supermercado. Dentro, ves varias personas deambulando por los estantes de comida. Tomas pan, vegetales y jamón y vas a la caja registradora. Sientes que deberías hacer algo, pero no logras recordar qué, así que te vas de la tienda sin pagar.

Si bien Internet y la televisión no funcionan, te diviertes redescubriendo el mundo. Las personas pasan a ser sus verdaderas versiones, ya nadie intenta fingir nada. Un jefe estricto se transforma en un sujeto amable y un poco inseguro. Una mujer que ha pasado varios meses meditando para controlar sus emociones se enfada por todo. Todos se vuelven más directos.

Las barreras internas y sociales se desmoronan. No tienes en cuenta lo que los demás vayan a pensar de ti, son todos extraños. Esto alegra a algunos, se sienten libres de gritar sin problemas en la calle. Otros temen dejar sus hogares, ya que no se sienten seguros.

Día 3. La basura se acumula en tu departamento. La mayoría de las personas arrojan sus desperdicios por la ventana, pero tú sientes que está mal, así que la dejas en un bote cerca de tu casa. Hay personas felices caminando por la calle. Escuchan música y redescubren sus canciones favoritas. Todos se comunican de manera feliz, nadie va a trabajar, la comida y la ropa son gratis. Sientes que esto no durará mucho. La batería de los celulares se agotará, al igual que el agua y la comida.

Día 4. Paseas en bicicleta por la ciudad. Hay cada vez más basura apilándose en las calles. Ves a muchas personas en los supermercados peleando por comida. De pronto notas algo extraño. La alarma de uno de los autos estacionados se activa. Un sujeto que pasa cerca se asusta y lo patea. “¿Qué eres?”, pregunta. Parece que la pérdida de memoria está empeorando. Encuentras una barrera más adelante y te das cuenta de que no sabes cómo rodearla. De acuerdo, hora de caminar. Después de una hora, comprendes que no sabes adónde ir. ¿Dónde está tu casa? El clima está agradable, así que no te asustas. Hacia el final de la tarde, encuentras un banco en un parque tranquilo y decides dormir ahí.

Día 5. La luz del sol te despierta. No recuerdas cómo terminaste en este banco, y no sabes con exactitud dónde estás. Tienes sed, así que buscas un poco de agua. Hay un pequeño estanque en el parque. Muchas personas están bebiendo de él, y tú te les unes. Has olvidado que no puedes beber de ahí. Podrías tomar una botella de refresco de la tienda, pero ¿qué es una tienda? ¿Qué es una botella? Casi todos tus recuerdos han sido borrados, solo quedan tus instintos.

Día 6. Te encuentras con una mujer asustada con un palo en la mano. Te está gritando algo. Quieres preguntarle qué sucede, pero no sabes hablar. La mujer hace gestos, salta, emite sonidos raros, te toma de la mano y te lleva a un lugar. Atraviesan las calles juntos.

Las personas se comportan como animales. Trepan árboles, rompen las ventanas de las casas y toman las sobras de la basura. La mujer se detiene repentinamente y te mira; olvidó adónde iba y lo que quería hacer. Tú tampoco recuerdas por qué la seguías, así que te vas.

Día... Mmm, ¿qué día es exactamente? ¿Qué es un día? Estás descalzo en algún lugar del bosque, persiguiendo ardillas, pero no logras alcanzarlas. Trepas a un árbol y ves unos extraños objetos verticales a lo lejos. Algunos de ellos emiten humo. Es una ciudad en ruinas, pero no recuerdas qué es una ciudad.

Llega la noche. Miras las estrellas y la luna. Estiras la mano para alcanzar el satélite de la Tierra, pero está demasiado alto. Trepas aún más arriba, pero la luna parece seguir a la misma altura. La observas y te quedas dormido en una rama.

Buenos días. Abres los ojos y gritas aterrado. ¿Qué haces ahí arriba? ¿Dónde estás? ¿Por qué la ciudad está tan lejos? ¿Por qué tu ropa está rota? ¿Dónde están tu celular y las llaves de tu departamento? Recuperaste la memoria, pero no recuerdas lo que pasó en los últimos 7 días.

Regresas a la ciudad y te encuentras con personas sorprendidas, tampoco saben qué pasó. Y lo más gracioso es que nadie puede resolver el misterio, ya que todas las cámaras de la ciudad se apagaron y las noticias no cubrieron los eventos. La humanidad ha despertado en medio del caos. Lo último que recuerdas es que estabas yendo a encontrarte con tu amigo y, de pronto, despertaste en un árbol.

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