¿Qué pasaría si los humanos no tuvieran pelos de ningún tipo?
Pelo. Está por todo tu cuerpo. Pequeño, casi invisible, ¡o muy, muy largo! Negro, rubio, rojo, gris, o de cualquier color que quieras. Grueso y brillante, si tienes suerte. ¡Radiante, reluciente, atractivo, suave, sedoso! Puede que hasta intentes deshacerte de una parte, pero el cabello (al igual que ese musical de Broadway de los 60) regresa una y otra vez.
Son pocas las partes de nuestro cuerpo que no están cubiertas con pelo, como las palmas, las plantas de los pies y los labios. Las palmas no cambiarían en un mundo sin vello corporal, pero probablemente tendrías manos diferentes, sin una sola uña. Técnicamente, son cabello: también están hechas de queratina. ¡Sip, son cabello modificado en las puntas de los dedos! Tampoco tendrías uñas en los pies... ¡Si disfrutas el canto melodioso de los pájaros, la música o el sonido del océano, felicidades, tienes vellos! Suena raro, pero unos pelos diminutos en tu oído te ayudan a escuchar todo lo que te rodea. Se trata de unas células ciliadas con pelos pequeños en el oído interno que se “cepillan” contra las células sensoriales, lo que ayuda a detectar el sonido.
Cuando envejeces, algunos de esos vellos también se caen, por lo que escuchar cosas se vuelve más difícil. ¡Pero, en un mundo sin pelo, todos seríamos sordos! ¿Eh? Esos pelitos ayudan a que el fluido vibre dentro del oído interno, en la zona conocida como cóclea. Se parece a un caracol, ¿no? ¡Ah, caracoles en tu oído! Dentro de la cóclea, hay muchos vellos diminutos que vibran junto al fluido, y están conectados a los nervios. Pero eso no es todo. Los mismos vellos diminutos son responsables del equilibrio. Se encuentran en los conductos auditivos, que están llenos de líquido. Cuando te mueves, el fluido también se mueve, ¡y eso te ayuda a saber dónde estás en el espacio! ¡Sin esos vellos, no sabríamos hacia dónde es abajo!
Así que no podrías escuchar, no sabrías dónde es arriba, y puedes olvidarte de caminar. Necesitarías que alguien con pelo te guíe, todos usaríamos perros lazarillos. Hagamos unas cuentas: más de 7000 millones de humanos, y solo 900 millones de perros en el mundo... Necesitaremos más perros. Básicamente, usamos los vellos en cada momento de nuestra vida, incluso cuando respiramos. Los vellos nasales pueden ser bastante molestos, asoman de nuestra nariz para saludar y nos dan comezón... ¿Por qué no los arrancamos? Bueno, los vellos nasales son una de las mejores defensas de nuestro cuerpo. Un mundo sin vello nasal sería un lugar muy diferente. Tu nariz estaría indefensa, ¡pobrecita!
Inhalarías muchas cosas que no pertenecen ahí arriba. No es que vayas a inhalar un bolígrafo o un cotonete por accidente, no es de ellos de quien tienes que cuidarte. Además, son demasiado grandes para las fosas nasales, a menos que los metieras tú mismo... Como sea, a quien deberías temerle es al polvo. Tú y tu preciada nariz no estarían a salvo en ningún lugar, ni siquiera en casa. Tendrías que lavar los suelos al menos 3 veces al día, solo para no ahogarte en el polvo que normalmente ni siquiera percibes. ¡Si quieres hacer un gran regalo en una fiesta de cumpleaños, compra una aspiradora robot para el agasajado!
Sin vellos nasales, casi nunca te quitarías esa máscara de esquí que cubre tu cara, y deberías agregarle un escudo transparente desmontable. ¿Quieres salir? Tienes que ponértelo. Tal vez prefieras evitar los espejos, pareces un soldador de los viejos tiempos. No se ve bien, pero es la mejor manera de proteger tu cara. Incluso si tuvieras una cita, usarías esa cosa en todo momento. Y puedes olvidarte de llevar flores. El olor no es un problema: en un mundo sin vellos, también sentiríamos olores, buenos y malos. El vello nasal no tiene nada que ver con eso. Unas células sensoriales especializadas en tu nariz son las responsables de detectar el aroma.
Lo que preocuparía a las personas sería el polen. Si se mete en tu nariz sin vellos, se acabó el juego. Prepárate para estornudar sin parar (¡achú!), ¡tanto que los abdominales te dolerían! ¡No más rosas en San Valentín! Tampoco tendrías pestañas. Ese es un problema, ¡las necesitas y mucho para proteger tus ojos! Las pestañas son como el escudo de un caballero que protege sin problemas a tus ojos del polvo y la pelusa. Cuando tus ojos están cerrados, las pestañas agregan una capa extra de protección, ¡es como una fortaleza! Sin ellas, hasta podrías quedarte ciego.
Pero estos asombrosos escudos hacen más que solo proteger tus bonitos ojos. También mantienen la temperatura ocular estable. Son como pequeños árboles personales, te ofrecen una agradable sombra. Si quieres una idea de negocios para este nuevo mundo sin vello corporal, elige los lentes. Ganarías millones. Serían imprescindibles para todo el mundo: en días soleados, en días nublados, lo que sea. Pero se parecerían más a una máscara de buceo y menos a esos lentes de sol que compraste en el centro comercial. Tendrían un filtro incorporado para la nariz. Qué... ¿elegante? También serían bastante caros. ¡Como dije, ganarías millones! La mayoría de las personas probablemente se quedaría con su máscara para soldar; barata pero efectiva.
¿Qué tal si te expandes a los lentes y a las pestañas falsas? ¡Ganarías miles de millones! Las cejas tienen una mala reputación, como si no fueran importantes. Algunos incluso se las arrancan con vehemencia y terminan con dos líneas superdelgadas. Pero las cejas alejan el sudor de tus ojos, y son una especie de protección antidestellos. Resolver el problema de las cejas es bastante fácil: ¡simplemente ponte esa máscara tan útil! Pero escucha esto: ¡sin cejas, no hay emociones! Mírate en el espejo. Pon cara de enojado, cara de tristeza, de interés... Tus cejas se mueven por todas partes.
Pero los humanos son bastante creativos, así que probablemente comenzarían a dibujárselas. Tal vez harían unas líneas delgadas y estilizadas, o algo más loco: flores, diseños geométricos... ¿Qué tal dos gatos durmiendo donde deberían estar tus cejas? Y ya habrás imaginado que algunas personas se pondrían cejas falsas, probablemente de pelo sintético. Tal vez quieras agregar ese sector a la lista, ¡ganarías billones! Las partes de la piel cubiertas con vellos también sufrirían. Esos pequeños pelitos en tus brazos y piernas te protegen de todo tipo de polvo, tierra y grasa. Sin ellos, esas cosas se quedarían atascadas en tus poros y te darían una piel grasosa. Guácala...
Lo más obvio de un mundo sin pelo es que todos seríamos calvos: bebés, niños, hombres y mujeres. ¡Las pelucas de todo tipo se convertirían en industrias multimillonarias! Con suerte, contratarían a todos los peluqueros desempleados. Por cierto, adiós a depilarse o afeitarse. ¡Genial! ¡Y adiós a las canas! Cálmate, abuelo. El estrés, la dieta y el estilo de vida pueden contribuir a que esos frustrantes cabellos grises aparezcan por toda tu hermosa cabeza.
Hacer ejercicio con frecuencia, comer más frutas y vegetales y disminuir tus niveles de estrés en el trabajo y en casa puede ayudarte a desacelerar el proceso... ¡Claro que, en un mundo sin cabello, eso no importa! Tal vez sea mucho más difícil adivinar la edad de alguien sin cabello, ¡sobre todo si usamos máscaras de buceo todo el tiempo! Nuestro cuerpo tendría que cambiar y adaptarse mucho. La función principal de nuestro vello corporal es regular la temperatura. Esto se conoce como termorregulación. Pero, como las personas sudan y el pelo es el lugar perfecto para que las bacterias prosperen... tendríamos menos olor. Básicamente, la ausencia de vello deja a las bacterias sin hogar.
Las personas lampiñas podrían ser mejores en algunos deportes. Aunque no por mucho: los nadadores que se afeitan las piernas son de un 0,06 a un 0,07 % más rápidos que los que no se afeitan. También seríamos menos propensos a las heridas: las partes del cuerpo sin pelo no se hinchan tanto después de sufrir golpes o moretones menores. Si nuestro cuerpo no tuviera nada de pelo, nuestra piel podría ser completamente distinta. Al no tener vellos que mantengan el cuerpo a una temperatura perfecta, recurriríamos a la grasa. Desarrollaríamos grasa extra bajo nuestra piel para que la temperatura corporal se mantenga estable. Y despídete de la piel suave y delgada: probablemente tendríamos una piel más gruesa y áspera a modo de protección.
¡Seguramente tampoco tendríamos piel de gallina! Se forma en la base del pelo. ¡Es decir, si no hay pelo, no hay más piel de gallina! Tendríamos que inventar otra forma de expresar varias emociones, como cuando tenemos frío o estamos asustados o emocionados... Oye, tal vez nuestra lengua podría encargarse... ¿Y qué tal si pudiéramos cambiar la forma en que olemos? Por ejemplo, oler a café latte con sabor a calabaza... ¡Mmm, tostado! Sentiría pena por todas las personas que se queden afuera de nuestro nuevo mundo sin vello corporal.
Rapunzel viviría por siempre en esa torre... ¿Y qué hay de esos comerciales donde el cabello se mueve en cámara lenta? Voy a extrañarlos. Hoy tienes pelo, mañana se va. ¡Gracias por todo, cabello!