Qué pasaría si nuestras casas y ciudades comenzaran a caminar
Día 1. Te despiertas de un salto, completamente desorientado. ¡¿Qué sucede?! ¡Tu casa tiembla y se sacude! ¡Debe ser un terremoto! Tomas tu almohada y tu gato, que está tan confundido como tú y ni siquiera se resiste. ¡¿Qué más?! Tus documentos, tu laptop... ¡¿Eh?! Parece que tu casa... ¡está moviéndose! Ves cómo los árboles de tu jardín pasan frente a tu ventana. No puedes moverte de tu lugar, tu gato está aferrado a tu pecho. El edificio que te envuelve, tu casa de 30 años, cruje, chilla y hace todo tipo de ruidos perturbadores.
Unos fuertes ruidos que provienen de tu cocina te sugieren que tu nuevo juego de té debe estar haciéndose trizas en este momento. Los muebles se mueven por toda la habitación, y te ves obligado a apoyarte contra una pared. Oh, mira eso, ¡ya estás en el jardín de tu vecino! Y parece que tu casa decidió tomar un descanso. Ya se detuvo. Sales con mucho cuidado. Te tiemblan las piernas, tu gato está sospechosamente inmóvil en tus brazos. El Sr. Brown está esperándote bajo un manzano. Está pálido y tiene los ojos abiertos de par en par. Después de hablar un momento, llegan a la conclusión de que debe haber sido un deslizamiento de tierra. Aún no saben qué harán para regresar tu casa a donde solía estar, pero están de acuerdo en que es un problema para otro día.
Día 2. A la mañana, todo parece en orden. Bueno, tu casa sigue en el jardín de tu vecino, y tu gato se rehúsa a salir de su caja de zapatos favorita, pero no ha ocurrido ningún otro evento dramático durante la noche. El fin de semana se termina y subes a tu auto; hora de ir a la oficina. Mientras conduces, te ves obligado a desviarte más de una vez. ¡Es como si varios de los edificios de tu ciudad hubieran cambiado de lugar! Qué raro. En el trabajo notas una conmoción general. ¡Parece que tu casa no fue la única afectada por ese deslizamiento de tierra! Más allá de eso, todo está tranquilo... si ignoras el hecho de que tu oficina parece saltar una o dos veces y hacer algo que describirías como “estirar los músculos”.
Mientras regresas a casa, sientes cómo tus cejas tiemblan por los nervios. Cuando estás por llegar, quedas atorado en un embotellamiento. Las personas salen de sus autos, ansiosas, y preguntan qué sucede. Ah, es una... casa. Una adorable cabaña de dos pisos apareció en medio de la calle. ¿Otro deslizamiento? Cada vez es más difícil creer esa historia: no ves los rastros de césped, arbustos o tierra que un deslizamiento habría dejado en su camino. Además, tu ciudad se encuentra en un terreno perfectamente plano. Tomas otra calle y poco después estacionas en tu casa. Solo hay un problema: ¡desapareció! No está en el lugar de siempre, y tampoco en el jardín de tu vecino. Llamas a la puerta del Sr. Brown. “¡Ah, tu casa! Se ha ido”, dice, y ríe nerviosamente. Lo único que puedes hacer es mirar a tu vecino, que no para de temblar.
El Sr. Brown sigue hablando. “Alrededor de las 10 de la mañana, tu casa comenzó a temblar. De pronto, se elevó por encima del suelo. Hizo mucho ruido. Vi algo similar a cuatro patas gruesas. La casa se estiró hacia arriba, se sacudió un poco y partió hacia el norte. Aquí está tu gato”. El Sr. Brown te da a tu pobre mascota, que está aterrada pero ilesa. Lo tomas, regresas a tu auto y conduces a la casa de tu hermana. Su familia está mirando las últimas noticias frente a la televisión. Tu casa no es la única que ha decidido huir. ¡Cientos de edificios en todo el país (y en todo el mundo) han comenzado a moverse!
Escuchas a científicos, profesores y expertos. Afirman que es una nueva realidad que las personas tendrán que aceptar. ¡Por alguna razón inexplicable, los edificios de todo tipo pueden migrar ahora! No hay nadie en todo el mundo capaz de explicar este increíble fenómeno.
Día 3. Despiertas con la noticia de que miles de ciudades y pueblos desaparecieron en medio de la noche. A la mañana, las personas que se quedaron dormidas en las grandes ciudades despertaron en bosques, a la orilla del mar o cerca de un lago. Un edificio quedó atorado en un pantano, otro decidió descansar demasiado cerca de un acantilado. En ambos casos, las autoridades tuvieron que evacuar a las personas y enviar unas enormes grúas para salvar a los edificios.
Día 10. Encuentras tu casa por casualidad. Se mudó a otra parte de la ciudad, a un vecindario mucho más bonito que el tuyo. Te lleva poco tiempo darte cuenta de que esta zona te gusta mucho más. Vas a la casa de tu hermana para tomar tus cosas. En el camino de regreso conduces tan rápido como puedes, mientras piensas que tu casa podría haber desaparecido nuevamente. Pero no: cuando llegas, ella sigue ahí, esperándote. Podrías jurar que se siente culpable. Tu gato intenta escapar de tus brazos, ya no confía en esa caja gigante que se mueve sola.
Día 20. Ya te has acostumbrado a despertar en un nuevo lugar cada mañana. Intentas verlo como una aventura emocionante. Un día, despertaste sobre la cima empinada de una gran montaña. Al principio te sentiste feliz, ¡tu casa tiene un corazón romántico! ¡La vista del amanecer desde la ventana de tu cuarto fue increíble! Pero, dos horas después, se hizo evidente que tu casa estaba atorada. No entendías cómo es que había logrado escalar tan alto en plena oscuridad, pero era dolorosamente obvio que ya no podía regresar a suelo firme. Por suerte, ahora existen toneladas de servicios especiales que pueden ayudarte en esta situación. Esa vez, hicieron falta dos grúas y un helicóptero grúa para salvar a tu casa. En fin, así es como cambió la Tierra en solo un mes.
La mayoría de las personas han abandonado sus casas y departamentos. Las tiendas de campamento están ganando una increíble popularidad. En estos días, los fabricantes de tiendas están convirtiéndose en las personas más ricas y exitosas del planeta. Han comenzado a desarrollar productos de vanguardia con control de temperatura, wifi incorporado, diferentes tipos de iluminación... lo que se te ocurra. Las tiendas más nuevas pueden soportar fácilmente temperaturas por debajo de los cero grados y proteger a sus habitantes del calor del verano. Otra ventaja de vivir en una tienda: no se irá a ninguna parte contigo y todas tus cosas.
Las ciudades han desaparecido casi por completo. Es imposible controlarlas con tantos edificios que pueden emprender un viaje literalmente en cualquier momento. Mientras se mueven, las construcciones arruinan las calles y las autopistas, derriban semáforos, postes de luz y letreros. Ahora nunca puedes encontrar una tienda cerca, y tu restaurante favorito siempre aparece en un vecindario diferente. Las personas que no quieren vivir en tiendas deben migrar junto con las ciudades y los edificios todos los días, cosa extremadamente agotadora. No hay manera de saber si volverás a encontrar tu casa después de haber salido a pasear a tu perro.
Los turnos, las citas y los calendarios ya no existen. No tiene sentido acordar una hora si no sabes cuánto tiempo te llevará llegar a tu destino. Siempre llegas tarde al trabajo por las mañanas, ya que nunca sabes dónde estará tu oficina. Primero tienes que ubicarla con la ayuda de una aplicación desarrollada hace poco. Pero, mientras conduces hacia allá, la oficina puede cambiar de lugar fácilmente. Y entonces comienza la persecución. El lado genial es que las personas están en mejor forma. A menudo sales de casa para encargarte de algunas cosas, y cuando regresas siempre terminas persiguiendo a tu casa errante.
Google Maps ya no sirve. Como los edificios no se quedan donde deberían, la aplicación ya no tiene utilidad. Si necesitas visitar a alguien o hallar un lugar al que nunca habías ido antes, difícilmente podrás hallar la dirección. No hay más calles ni números de casas, pero lo peor son los terremotos. Imagina un rascacielos de 100 pisos moviéndose por todas partes, ¡el suelo debajo de sus “patas” se sacudirá como loco! Esto provoca que algunas construcciones más pequeñas, como los puentes, las represas o las líneas eléctricas, colapsen. En algunas ocasiones hasta producen incendios e inundaciones. Los edificios también generan un ruido ensordecedor, y la mayoría de las personas no pueden dormir por las noches. Tienen que descansar durante el día; por alguna extraña razón, los edificios prefieren moverse por las noches.
Día 45. Hoy lograste llegar a la oficina. Te sientas en tu silla y miras a tu alrededor. Tus colegas se ven... mal. Todos tienen unas ojeras pronunciadas. Hasta el más pequeño de los ruidos los hace saltar. Están nerviosos y cansados. Ves tu propio reflejo en el monitor de la computadora, no estás mejor que ellos. Si los científicos no encuentran la solución pronto, la civilización colapsará.