Renta un bonito departamento en Airbnb y encuentra un montón de notas con reglas absurdas
Una influencer reveló una posible nueva táctica en las casas de alquiler a corto plazo, o al menos un intento de aprovecharse de un huésped poco informado. Joanna Anderson, la inquilina, compartió imágenes de los cargos adicionales que intentaban cobrarle por el uso de electrodomésticos, artículos de ocio, y hasta restricciones alimentarias impuestas.
La cuenta de TikTok @getlostwebsite publicó la historia de Anderson, quien alquiló un Airbnb en una ubicación no especificada. En las imágenes, se puede ver varios carteles colocados por la propietaria en lugares específicos de la casa, con mensajes e indicaciones sobre el uso de los electrodomésticos y muebles.
El primer cartel visible en el video estaba pegado en la lavadora e indicaba: “La lavadora se cobrará a $6,34 por uso. Sin excepción”. Similarmente, arriba del router de internet, se remarcaba que, “el Wifi es gratuito el primer día de su estadía, pero a partir de entonces, se le cobrará, $12,67 por día, por dispositivo”.
Los cargos adicionales también se aplicaban por el uso de otros aparatos, como el televisor, y por espacios de ocio, como una mesa de billar. Sin embargo, también había restricciones específicas: “No te sientes en esta silla, era la favorita de mi difunto marido”, decía uno de los carteles en un sillón individual.
En el video, Anderson comenta: “Estoy en este lindo Airbnb, pero no es tan agradable, porque hay notas”. En una sucesión de imágenes, se notan otras limitaciones en el uso del espacio, como una advertencia en el microondas prohibiendo su uso para carnes, y en el baño, un letrero indicando: “Por favor, no se duche ni se bañe después de las 20 hs. Estamos ahorrando agua”.
El cartel más llamativo estaba en el inodoro: “No uses este inodoro para el ‘número 2′, si lo tapas vas a recibir un cargo obligatorio de $1270”. Además, en la heladera se leía: “Esta casa es vegana, respétala”.
Después de mostrar los carteles, el video continúa con una conversación entre Anderson y la propietaria del lugar. La factura ascendía a $937,73 y Anderson preguntó de dónde provenían los cargos adicionales. “Usaste la mesa de billar dos veces y hay un pago que se hace por su uso”, explicó la propietaria.
Durante la conversación, la dueña también mencionó que Anderson había utilizado la lavadora dos veces. “Tengo curiosidad, ¿cómo lo sabe?”, preguntó Anderson. La propietaria respondió: “Estaba todo en lugares distintos”. Anderson replicó que siempre dejaba las cosas en el mismo sitio donde las encontraba, pero la propietaria insistió: “Es por esto que pongo etiquetas”.