Si hay un anillo alrededor de la Luna, entra a tu casa

Curiosidades
hace 1 año

Estás corriendo por una amplia llanura en medio de la noche, como si algo te persiguiera. La luz de la luna llena ilumina tu paso, hay un círculo luminoso a su alrededor. Sigues corriendo mientras buscas un lugar donde resguardarte. El problema no son los hombres lobo, famosos por aparecer en noches de luna llena. Pronto, este lugar será el epicentro de una enorme tormenta.

Este círculo alrededor de la Luna se conoce como halo, y es el producto de unos cristales de hielo en el cielo. Cuando la Luna está llena, refleja mucha luz solar. Estos rayos vuelan a la superficie terrestre, pero su trayectoria se curva y se divide a medida que pasan por los cristales de hielo hexagonales. Como resultado, tenemos un halo de diferentes colores, casi como un arcoíris. El borde interno del halo es rojo y el externo es azul. Es hermoso, pero la presencia de hielo en las nubes indica que pronto se convertirá en agua y comenzará a caer sobre nosotros. Y está lluvia será muy intensa; más te vale buscar un lugar seguro antes de que aparezca.

Si el clima es bastante cálido y las nubes están cerca del suelo, podrías ver un fenómeno similar: una corona. Es mucho más pequeña que un halo, pero también más colorida. El disco azulado interno se vuelve entre rojo y marrón en la parte externa. A diferencia de los halos, las coronas están hechas de gotitas de agua. Mientras más pequeñas sean, más grande la corona. Si las gotas de agua son grandes, la corona parecerá un punto brillante del tamaño de la mismísima Luna. Las coronas y los halos pueden aparecer en pleno día, mientras el sol brilla. Asegúrate de usar lentes de sol antes de mirarlos, ya que son brillantes y muy malos tus ojos.

Justo cuando encuentras un lugar donde resguardarte, comienza a llover intensamente. Guau, ¿qué es eso? ¿Alguien te tomó una foto? No, el destello que acabas de ver es un relámpago. ¡Bam! El trueno es tan fuerte que las ventanas de la casa tiemblan. Te enseñaré un truco para saber si estás lejos del epicentro de la tormenta. Cuando veas un relámpago, comienza a contar. Un mastodonte, dos mastodontes, tres... Etcétera. Una vez que escuches el relámpago, detente. Ahora, divide ese número por cinco. Si llegas a contar hasta uno, significa que el epicentro de la tormenta se encuentra a una milla, o 1,6 kilómetros.

Si no encuentras un lugar seguro antes de que la tormenta estalle y sigues al aire libre, aléjate inmediatamente de cualquier lugar elevado. Las montañas o colinas son lugares de alto riesgo. Ni siquiera pienses en esconderte debajo de un árbol. Los objetos altos son los primeros blancos de un rayo. Los postes de electricidad también son peligrosos. Si una tormenta te atrapa mientras viajas en bicicleta, déjala de inmediato y corre. Lo mismo si estás en un convertible, un carrito de golf o una motocicleta. Si una tormenta estalló mientras estás en campo abierto, el objeto más alto eres tú. Échate al suelo e intenta cubrirte de alguna manera. Si estás con alguien más, mantengan la distancia.

¡Uf! Ahora, admiremos el hermoso amanecer. Parece como si alguien hubiera derramado pintura en el cielo. Esta hermosa vista indica que está a punto de llover. Puedes ver un cielo rojo al amanecer porque la zona de presión alta acaba de alejarse. A esto le sigue una zona de presión baja con un contenido elevado de agua en el aire. Lleva un paraguas encima o regresa a tu cama y quédate en casa. Existe una vieja frase que lo deja claro: “Cielo rojo a la mañana, alerta del marinero; cielo rojo a la noche, delicia del marinero”.

A veces puedes predecir que lloverá con solo oler. Las responsables son las moléculas de ozono. Las corrientes de tormenta traen ozono de la atmósfera superior. Cuando una tormenta está a punto de aparecer, puedes percibir un olor a limpio. Es como si acabaras de lavar el suelo con agua fresca. Tu olfato se vuelve más sensible antes de que comience a llover, y no por tu nariz, sino porque el aire es más húmedo. Las flores rocían su esencia, y las moléculas de agua se adhieren a ella, esparciéndola mucho mejor. Por eso, la misma flor huele diferente cuando la hueles al aire libre o en un invernadero húmedo y cerrado.

Las plantas también te ayudan a predecir cambios climáticos. Si tocas el césped a la mañana y está mojado, el día estará despejado. Esa agua matutina en el césped se conoce como rocío, y aparece en el momento más frío de la noche. Los cielos despejados permiten que la Tierra se enfríe un poco, y las moléculas de vapor de agua en el aire se transforman en líquido que se asienta en varias superficies.

Echa un vistazo a las hojas de los árboles: a veces pueden estar al revés. Por ejemplo, las hojas de maple responden bien al aumento de humedad antes de la lluvia. Sus tallos se vuelven muy blandos, y el viento puede dejarlas al revés.

Pero los mejores indicadores son las piñas. Las semillas están dentro de la piña, como debajo de escamas. El pino debe mantenerlas lo más secas posible para que el viento las transporte a una gran distancia y un nuevo árbol pueda nacer. Por eso, cuando siente que la lluvia se acerca, da la orden a las piñas de cerrar sus escamas, lo que protege a las semillas del agua.

En lugar de los aburridos pronósticos del clima, puedes prestar atención a los animales y los insectos. ¿Acaso escuchaste el canto de los grillos? Ese será tu termómetro hoy. Programa el cronómetro para que suene en 15 segundos y cuenta cada sonido. Suma 37 a ese número, y obtendrás la temperatura exterior en grados Fahrenheit. Esto se debe a que la temperatura del aire afecta directamente el metabolismo de los grillos, que pueden grillar más lento o más rápido según el calor que haga. Deshazte del termómetro y consíguete uno de estos amiguitos.

Si no te gustan los insectos, busca aves en el cielo. Si están volando alto, será un día soleado y despejado. Antes de que llueva, la presión del aire impide que los pájaros vuelen alto. Tal vez los veas volando en bandadas y a bajas alturas, probablemente en busca de un refugio. Por más que el cielo esté despejado, la presión del aire te indica que la lluvia se avecina.

Si vives cerca de un río o un lago, podrás escuchar el canto de los sapos. Aunque no podrás entender la letra, ya que no hablas sapo. Cantan particularmente fuerte antes de una lluvia intensa. En general, los sapos adoran el clima húmedo, por lo que se entusiasman en estas situaciones. Además, la lluvia es el mejor momento para que las hembras pongan huevos, lo que las lleva a gritar más fuerte para buscar pareja.

¡Auch! Un mosquito acaba de picarte. Si los mosquitos están siendo inusualmente agresivos, será mejor que busques resguardo, y rápido. Los insectos intentan comer más antes de verse obligados a pasar hambre durante la tormenta. Además, el aire cálido y húmedo nos lleva a sudar más, por lo que somos aún más atractivos para los mosquitos.

Por otro lado, los insectos forman enjambres antes de una tormenta. Adoran la humedad del aire y comienzan a describir un baile circular. Pero, de pronto, se desvanecen en medio del aire. Eso significa que tienes una hora antes de que una lluvia intensa caiga. Para predecir el clima del día siguiente, observa a las abejas. Si lloverá mañana, comenzarán a trabajar de más y a polinizar las flores activamente, ya que saben que no podrán salir del panal al día siguiente.

Las ardillas son capaces de predecir el clima de toda la estación. Normalmente almacenan comida para las épocas de frío. Si comienzan a hacerlo antes de tiempo, se avecina un invierno duro. Podrás verlas corriendo por todas partes en busca de bellotas. Las esconden en el suelo y corren a buscar la siguiente. No es raro que olviden dónde escondieron su comida, así que estas bellotas se convierten en pequeños brotes. Tiempo después, tenemos árboles nuevos, ¡y todo gracias a las ardillas!

Los animales también pueden predecir desastres naturales, como los terremotos. Los científicos realizaron una investigación en una región europea de terremotos frecuentes. Colocaron rastreadores en las vacas, los perros y las ovejas. Durante ese período hubo cerca de 18 000 terremotos. La mayoría de ellos fueron insignificantes, pero hubo 12 con una magnitud de 4 en la escala de Richter.

Antes de la llegada de un terremoto, los investigadores registraron comportamientos extraños en los animales. Era como si intentaran escapar de la zona. Los científicos creen que los animales pueden percibir la ionización del aire antes de la llegada del desastre usando su pelaje. Además, su buen olfato les permite oler el gas que surge de lo profundo de la tierra y que intenta abrirse camino a través de pequeñas grietas en la superficie. Los primeros registros de estos comportamientos en los animales provienen de la Antigua Grecia. Los gatos, las ratas, las serpientes y los ciempiés abandonaban sus hogares y huían a lugares seguros antes de que un terremoto atacara a Grecia.

Algunos peces pueden predecir el clima de la región. Si los tiburones se acercan a la orilla, no necesariamente buscan comida; puede que estén escondiéndose de una gran tormenta en medio del mar. La peor señal en la costa es que el agua comience a retroceder abruptamente. Puedes ver toda la orilla, e incluso a los peces y el coral que quedan sobre la arena. Huye inmediatamente: en poco tiempo aparecerá un enorme tsunami que barrerá todo lo que encuentre.

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