13 Historias guardadas por años que terminaron rompiendo el alma


Las fiestas de diciembre, con su promesa de unión y calidez familiar, a menudo vienen acompañadas de una imprevista: la complicada coreografía que representan las relaciones después del divorcio. Cuando un ex cónyuge no solo tiene un pasado de infidelidades, sino también una descendencia grande y desconocida, la línea que separa la generosidad de la autoprotección se vuelve difusa.

Mi exesposo y yo llevamos divorciados poco más de 5 años ya. Nuestro divorcio fue superdifícil para mí y para nuestros hijos (que ahora tienen 11 y 9 años) porque no terminamos en buenos términos. Justo cuando pedí el divorcio, me enteré de que me había estado engañando por varios años y le estaban haciendo pruebas de ADN por 6 posibles hijos que pudo haber tenido durante nuestro matrimonio. Mi ex intentó darme mil excusas por lo que hizo y trató de convencerme un montón de veces de que me quedara, pero yo no acepté y le puse punto final a nuestro matrimonio tan pronto supe lo que se traía entre manos.
Resultó que 5 de los 6 posibles hijos sí eran suyos y él intentó meterme en las conversaciones con las mamás de esos niños. Yo le dije que eso no tenía nada que ver conmigo. Nunca he hablado con esas mujeres y tampoco he hablado con esos niños.
Pero eso no es todo con respecto a sus hijos. Resulta que él ya sabía de otros dos niños biológicos que nacieron durante nuestro matrimonio. Terminaron viviendo con él un año después de nuestro divorcio y la mamá de ellos parece no estar por ahí.

Él ve a nuestros hijos un fin de semana al mes y no es muy involucrado. Lo único que hace es llamar e intentar hacer planes para que pasemos tiempo juntos como familia, y yo siempre lo corto y le recuerdo que ya no somos una familia. Pero él nunca quiere hablar o ver solo a los niños. Siempre está tratando de involucrarme en eso.
A pesar de la mala onda entre nosotros, he mantenido una relación razonablemente buena con sus papás y ellos ven a los niños. Mis hijos adoran a sus abuelos. Pero ahora estamos teniendo problemas porque ellos sienten que sería mejor para los niños, que ambos lados se junten para Navidad y que yo invite a mi exesposo y a sus hijos (los que tenga ese día) y que actuemos como una familia que se apoya. Les dije que eso no iba a pasar y que no iba a fingir que él o esos otros hijos suyos son mi familia. Me dijeron que no debería guardar tanto rencor hacia él y los niños, y que como madre debería querer que mis hijos conozcan a sus hermanos, sean de sangre completa o medios hermanos. Se ofrecieron a comprar el pavo como una forma de ayudar a que funcionara. Yo seguí diciendo que no, y ellos querían más razones, y les dije que no tenía que dar ninguna razón, y mi respuesta seguía siendo la misma.

La verdad es que toda esta idea me parece horrible. Odio a mi ex y pasar el día entero con él enfrente de nuestros hijos podría cargarlos injustamente con mis sentimientos. Ellos no necesitan ver nada de los problemas entre nosotros. Tenerlo a él y a sus hijos también significaría comprar regalos para sus hijos, lo cual no es algo que quiera empezar a añadir a mis pendientes. Yo no tengo nada que ver con esos niños. Sin mencionar que los que tiene todo el tiempo no tienen relación con sus mamás, y cualquier posibilidad de que él les mienta y les diga que yo voy a ser su nueva mamá, quiero evitarla. Él ya intenta hacernos una familia, así que eso me preocupa. Yo jamás podría ser maternal o tener una relación familiar con sus otros hijos. Eso nunca va a pasar.
¿Mi negativa a hacer esto me hace ser mala? Lo pregunto porque sé que siempre decimos que hay que poner a los niños primero, y creo que esta es la manera de hacerlo para que no vean ni escuchen nada de los problemas entre su papá y yo. Creo que esta es la mejor forma de no ilusionarlos (si es que tienen alguna ilusión) de que volvamos a ser una familia.


La salud emocional del principal cuidador, en este caso la madre, es esencial para el bienestar de los hijos, según la psicología. No se puede exigir que una persona acoja a un ex infiel y a sus hijos actuales si esto le causa un profundo malestar. Es evidente la ira y la ansiedad de la madre, y someter a los niños a un ambiente de tensión extrema o engaño puede ser más dañino que tener una “familia unida” obligada.
Atendiendo a las afirmaciones de la psiquiatra infanto-juvenil y terapeuta familiar, la Dra. Michele Barreau, los niños tienen derecho a conocer a sus hermanos (sean medios o de sangre), pero la presentación tiene que ser gradual, voluntaria y sin conflictos. Es deber del papá determinar adecuadamente la conexión entre sus hijos más pequeños y los mayores sin presionar a la exesposa. No es responsabilidad de la madre promover esa conexión, sobre todo si esto la pone en contacto no deseado con el ex.
¿Cómo fue la peor infidelidad que te tocó vivir o de la que fuiste testigo?
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