17 Historias sobre taxis que podrían competir con cualquier thriller

Hay días en los que logras preparar el desayuno, la lonchera, evitar una crisis por calcetines que “pican raro” y salir de casa sin perder la compostura (bueno, más o menos). Justo cuando crees que tu esfuerzo no está siendo visto, tu hijo o hija te mira con esos ojos brillantes y enorme para decirte: “Mami, tú eres la más fuerte del mundo”. Y claro, se te pone el corazón chiquitito. Porque sí, lo haces todo, pero muchas veces lloras en silencio. Este artículo no trae soluciones mágicas ni frases hechas. Pero sí algo que a veces necesitamos más que consejos: historias reales de mujeres como tú, que también se han sentido agotadas, culpables, sobrepasadas y aun así, admiradas por esos pequeños ojos que todo lo ven. El relato que estás a punto de leer empieza con un dibujo pegado en la puerta del refrigerador y termina con una madre soltera diciendo la verdad.
Mi hijo de 6 años me ve como una heroína. El otro día en su clase dijo que tiene “la mamá más genial del mundo” porque, según él, yo horneo las mejores galletas, arreglo sus juguetes cuando se rompen y ahuyento a los monstruos que se esconden bajo su cama. Incluso me dibujó con capa y la pegó en el refrigerador, para que todos vean que soy su supermamá.
Lo que él no sabe es todo lo que hay detrás de esa capa invisible. No sabe que casi todas las mañanas lloro en la ducha, tratando de sacudirme la tristeza antes de enfrentar el día. No sabe que practico una sonrisa alegre frente al espejo antes de ir a buscarlo a la escuela, porque quiero que él solo vea a la mamá fuerte, la mamá que siempre está bien. Tampoco sabe que muchas veces salto comidas, para poder comprarle esos bocadillos que le encantan y que él merece.
Hace 14 meses tuve que tomar una decisión que cambió todo: escapé de una relación abusiva con solo dos maletas y mi pequeño en brazos. Desde entonces, trabajo limpiando oficinas por las noches y durante el día me entrego por completo a cuidar y criar a mi hijo con todo lo que tengo, aunque a veces siento que no es suficiente.
Hay momentos en los que siento que estoy a punto de colapsar, que apenas puedo mantenerme en pie. Pero cuando mi hijo me abraza y me dice que soy “valiente”, encuentro la fuerza para seguir adelante, incluso cuando no me siento así. Porque ser madre no es ser perfecta ni invencible. Es seguir luchando, aunque el corazón esté cansado.
A simple vista, y a juzgar por los testimonios que acabamos de presentar, lo difícil de ser madre soltera parece ser: todo. Sin embargo, un estudio publicado en febrero de 2021 revela que los mayores desafíos para las madres solteras por elección son tres: el estrés emocional, la libertad personal limitada y la respuesta social negativa, es decir, la estigmatización por parte de quienes consideran que no se les está ofreciendo un entorno “seguro” a los hijos. Como si eso fuera poco, también podríamos sumar:
Pero no tienes que estar sola siempre. Si necesitas ayuda, búscala. En tu familia, en tus amigos, en un profesional. Porque sí, puedes con mucho, pero no tienes que poder con todo.