Terminó desnuda en el consultorio por confusión y su historia hizo estallar TikTok
Todos hemos pasado vergüenza alguna vez en la vida, como tropezarnos en público o confundir a alguien con otra persona, pero hay historias que se llevan el premio mayor. En este caso, le tocó a Candela, quien se animó a contar una de sus meteduras de pata más épicas que le sucedió en el lugar menos pensado: El hospital.
En su cuenta de Tiktok, Candela contó que empezó a sentir un dolor en el pecho. Para sacarse la duda, buscó en Google qué podía tener y lo que encontró la asustó tanto que pensó que se iba al otro mundo. “Salí volando al consultorio”, explicó. Los médicos le hicieron de todo: análisis, estudios, preguntas. Le dijeron que se hiciera una placa del el tórax y la llevaron a la sala de rayos X.
“Ahí empezó mi historia de terror”, comentó. Había dos médicos, una chica y un chico. La médica le pidió que se sacara el brasier para que los metales no arruinaran la radiografía, pero Candela se lo tomó muy literal.
“Me saqué toda la ropa”, admitió. Cuando volvió al cuarto, la médica no daba crédito a lo que veía y le explicó entre risas: “No hacía falta que te desnudaras, con que te quitaras el brasier era suficiente”. Lo peor fue que Candela no se hizo nada y se quedó ahí plantada frente a los doctores como Dios la trajo al mundo. No obstante, eso no fue todo.
Después le dijeron que le tenían que poner una inyección. Candela preparó su brazo, como una vacuna, Sin embargo, le avisaron que debía ser en el trasero. ¿Por qué es así? Bueno, resulta que el lugar para colocar una inyección depende de varias cosas, entre ellas la cantidad de medicamento. El brazo solo aguanta dos milímetros de líquido, mientras que el glúteo aguanta hasta 5.
“Cuando volvió con los medicamentos para pincharme, ya se imaginan cómo la estaba esperando... Semi en cuatro, esperando la inyección”, confesó. La frase final de la médica fue demoledora: “Para la próxima ya sabes que no hace falta que te saques la ropa”.
El video de Candela relatando su anécdota en el hospital tuvo miles de reproducciones. Sin dudas, ella nos mostró que ante estas situaciones siempre hay que tener sentido del humor. Y si alguna vez nos toca desnudarnos en el consultorio, al menos que sea con estilo.
Gracias al internet podemos encontrarnos con historias inesperadas como estas. A veces, solo basta deslizar la pantalla para enterarnos de la extraña mascota de alguien o de sus experiencias románticas raras.