Quería darle una sorpresa del Día de la Madre a mi esposa, pero tuve que cancelarla

Todos saben que la convivencia es complicada y difícil de llevar. Cuando una pareja decide vivir bajo el mismo techo y, con ellos, llevar a sus hijos, puede llegar a ser un caos. Hay casos en los que todos congenian de tal manera que la calidad de vida mejora del cielo a la tierra, pero a la mayoría le toca trabajar en reforzar su relación por el bien de todos.

Cuando conocí a mi esposa, yo era viudo. Ella tiene una hija de 16 años y yo un hijo de 13 años. Todo marchaba bien; generalmente, estábamos en buenos términos. Mi hijo era el callado de la casa; es muy, muy reservado, pero nada de qué preocuparse. En cambio, mi esposa y mi hijastra son todo lo contrario.

Las dos lo alentaban a unirse a reuniones familiares, ser más extrovertido y hasta le sugerían algunos comportamientos o actitudes. Pero a él le incomoda ser forzado constantemente a salir de su zona de confort. Tuve que hablar con mi esposa y mi hijastra, y les pedí que le dieran espacio y libertad para pasar su tiempo como quisiera. Ellas se disculparon y prometieron dejarlo en paz.

Quería hacerle una celebración sorpresa a mi esposa, ya que se acercaba el Día de la Madre,
pero mi hijastra no se aguantó y le dijo que se alistara. Entonces, como quería hacer los arreglos finales, salí más temprano del trabajo. Había hecho una reservación en un restaurante para ir con toda la familia. Cuando llegué a casa, abrí la puerta principal y las escuché hablado con mi hijo.

Mi esposa le preguntaba a mi hijo si podía convencerme de que lo dejara quedarse en casa y que no fuera con nosotros al restaurante para celebrar. Hice una pausa y decidí seguir escuchando. Mi hijo le preguntó por qué, y ella le dijo que su “actitud” introvertida haría que su familia se sintiera incómoda y arruinará el estado de ánimo de todos. Él le prometió que se portaría bien y que trataría de interactuar y socializar con todos, pero ella le dijo que no le creía. Él siguió tratando de convencerla, pero ella se desesperó y le dijo que, técnicamente, ella no era su madre, así que no entendía por qué quería celebrar el Día de la Madre con ella.

Mi hijastra lanzó un comentario ambiguo que no recuerdo y luego todos se sorprendieron al verme. Se quedaron viendo sin decir nada. Les dije a mi hijo y a su hermanastra que fueran a sus habitaciones, y luego le dije a mi esposa que la celebración estaba cancelada. Ella discutía, preguntando por qué repetidamente.

Trató de explicarme que no lo había dicho con mala intención y que yo solo había escuchado una parte de la conversación. Le dije que había terminado de discutir y que la decisión ya estaba tomada. Gritó, diciendo qué le iba a decir a su familia y que estaba cometiendo un tremendo error con ella. La ignoré mientras ella seguía teniendo rabieta tras rabieta.

Al día siguiente, temprano en la mañana, tomó a mi hijastra y se fue a vivir con sus padres; ni una sola llamada o mensaje de texto de ella hasta ahora. La situación está llena de tensión y yo todavía estoy molesto, pero más dolido, para ser honesto. Es decir, sí, le prometí esa celebración, pero creo que lo que le dijo a mi hijo fue demasiado duro para ignorarlo.

• Desempeñar el papel de padrastro o hijastro no es fácil. Hay que tener en cuenta que, como “nuevo padre”, te conviertes en una figura central en la vida del niño y le enseñas a construir una relación sólida con otro adulto.
• También puede ser una oportunidad para fortalecer la relación en pareja, dividendo las cargas que la crianza conlleva.
• Al principio, siempre habrá desacuerdos: el niño puede ser tímido o sentirse incómodo, pero eso es completamente normal. Construir una relación de confianza en la que ambos se sientan cómodos toma tiempo y dedicación.
• Además, hay que tener en cuenta que, en la mayoría de los casos, debemos lidiar con las reacciones negativas del otro padre del niño. Esto podría afectar la forma en que el hijo se siente y comporta. A esto se le suman las diferencias que ya existen en la pareja sobre la crianza de los hijos.