Lo del apoyo del Estado es increíble
Una mujer bielorrusa se mudó a Australia y comparte varios hechos que son difíciles de creer
A veces sucede que vas a la ciudad vecina y allí encuentras algo que nunca has visto antes. Te quedas tan impresionado, como si hubieras visitado un mundo paralelo. ¿Qué decir entonces si una persona hace sus maletas y se dirige al otro hemisferio de la Tierra, directamente a los brazos de los canguros, koalas y los aborígenes con bumeranes? Allá, donde sobra espacio para descubrimientos.
Genial.guru quiere contarte la historia de una joven que se enamoró y cruzó medio mundo para estar con su novio: despegó en su nativa Bielorrusia y aterrizó en Australia. Al pasar 2 años en este país, acumuló muchas historias curiosas y hoy las comparte con nuestros lectores.
Todo comenzó cuando, en mi 24 cumpleaños, mis padres me regalaron un viaje a Grecia. El 90% de nuestro grupo turístico estaba formado por australianos, porque visitar Europa es el sueño y el objetivo de todo ciudadano de Australia y están dispuestos a gastar todas sus vacaciones en ello.
En este viaje conocí a mi futuro esposo. Al principio, era una relación a distancia, pero después de un año, decidimos que había llegado la hora de mudarme a su país.
En general, no tenía miedo a mudarme a un país extranjero: después de la escuela estudié en el exterior, pero Australia me daba un poco de miedo. Aunque escuchaba la frase “en Australia, todo te quiere matar”, decidí que, viviendo en un edificio residencial en Sídney, estaría alejada de todas las “sorpresas” de la vida silvestre, como serpientes en zapatos, arañas en la cama y cocodrilos que tienden a clavar sus colmillos en tus tobillos.
Al llegar a Australia, me di cuenta de que aquí las arañas y los cocodrilos no son los únicos con los que tienes que tener mucho cuidado. Después de mudarme, comencé a llevar una especie de diario de observaciones y ahora estoy feliz de compartir mis descubrimientos con ustedes.
Comida
- Aquí, las cafeterías cierran a las 3:00 p.m. en punto. No podía creer que, después de esta hora, los australianos no necesitaran café. Pero ya estoy acostumbrada. Los propietarios de los pubs se sorprenden si quieres comer poco después del almuerzo y vas al pub a tomar un bocadillo, te quedarás hambriento porque la cocina está cerrada hasta la hora de cenar.
- Las tiendas están llenas de productos con marca half price (a mitad de precio). Cada semana, los vendedores eligen nuevos “aspirantes” para participar en la campaña, estos productos se pueden comprar con un 50 % de descuento durante los próximos 7 días. No debes dudar en la calidad y la vida útil: todo está en orden, de esta manera los fabricantes estimulan la demanda.
- En todas las tiendas de comestibles de Australia hay un departamento de productos de carne de canguro: bistec, carne picada, salchichas. Sin embargo, es ilegal criar canguros en cautividad, es decir, la carne en los estantes proviene de canguros salvajes cazados por los agricultores.
- Por cierto, la cantidad de canguros en Australia supera la población del país. Estos saltadores peludos muestran actividad máxima en la noche, a menudo saltando en la carretera. Hay barreras y cercas a lo largo de todas las vías, pero los canguros logran saltar por encima de ellas. Es por eso que la conducción nocturna en este país es bastante peligrosa.
- De vez en cuando, compartimos la cena con nuestros amigos. Y cada vez, durante la cena, se hace la misma pregunta: “¿Quieres el bistec con ensalada o verduras?”. Cabría pensar que la ensalada está hecha de verduras, pero para los australianos, estas son dos cosas diferentes. La ensalada consiste en rodajas de verduras frescas, y las verduras son papas al horno, zanahorias y brócoli. Comer un bistec con una ensalada y verduras sería algo descarado. Tienes que elegir una de estas dos opciones.
- Muchos australianos son alérgicos a los cacahuates, lactosa y gluten. En este país, cada tercera persona bebe café con leche de soja o come pan especial sin gluten, y los niños tienen prohibido traer alimentos que contengan cacahuates a la escuela. Después de todo, tu hijo puede compartirlos con un compañero de clase que puede presentar reacciones alérgicas.
- Los platos tradicionales australianos son muy similares a los británicos. En este país son muy populares las empanadas de carne: son pequeños “platos” de masa rellena de carne picada. Se venden a cada paso y se consideran un gran almuerzo. El menú habitual de los pubs locales incluye: schnitzel con papas fritas, bistecs (siempre muy sabroso) o hamburguesas.
- En Australia, la Navidad se celebra de la misma manera que en otros países, en diciembre, solo que aquí es la temporada más calurosa. Para la cena festiva, los australianos preparan pastel “Pavlova”. Se elabora de merengue relleno de crema batida y viene decorado con frutas: frambuesas, arándanos o fresas. El postre lleva el nombre de la bailarina de ballet rusa Anna Pávlova, quien realizó una gira por Australia y Nueva Zelanda en 1926.
Vida sana
- Todos los días estás rodeado de un montón de motivadores, hay muchas personas hermosas que se mantienen en forma. Algunos surfean sobre las olas, otros montan a caballo o caminan por las rutas de senderismo, patinan o practican voleibol de playa. Me sorprendió que en Australia hay playas para todos los gustos. Personalmente, conocimos las playas para perros, nudistas y la llamada little bay (donde la gente va con niños pequeños).
- El deporte tres veces por semana en Australia se indica a personas mayores o personas con enfermedades crónicas y principiantes. Hacer ejercicio durante toda la semana es algo habitual para los australianos. No se sobrecargan, pero dedican al menos 30 minutos al día a su cuerpo. También acostumbran a sus hijos a practicar deporte.
- Una vez, fuimos invitados a visitar el pueblo de Townsville. Llegamos por la tarde, a las 5 en punto. Paseando por las calles vimos una montaña justo en el medio de la ciudad y mucha gente de diferentes edades subiendo la montaña como si fueran hormigas. Por ejemplo, por el camino pedregoso subió una mujer con un portabebés, detrás de ella, un par de ancianos que, a pesar de su edad, mantuvieron un ritmo vigoroso. Luego me explicaron que era una ruta tradicional de los residentes locales, “la conquista de la altura”.
- En Australia, casi no se fuma. Es una parte de la cultura local desde hace muchos años. El Estado promueve el rechazo de tabaco inflando los precios en las tiendas (25 USD por cajita). Fumar frente a un australiano tendrá el mismo efecto que quemar un billete de 50 USD. Aquí la gente cree que, si fumas, entonces eres un hombre rico o compras cigarros en lugar de comida y ropa. Por cierto, si una persona no ha pedido permiso a otros para fumar en su presencia, lo considerarán mal educado.
- Cualquier bebida alcohólica de producción extranjera te costará un ojo de la cara. Es más asequible en Duty Free, donde se vende a precios un poco más bajos.
Tradiciones y costumbres
- Australia es un país joven, así que apenas encontrarás tradiciones antiguas. Pero hay una, en mi opinión, especialmente “australiana”: a cada bebé recién nacido se le regala una suave piel de oveja. Al principio, puede servirle como una cama portátil, y cuando el niño crece, puede usarse como un elemento de decoración: la piel se coloca en el sofá o adorna la habitación.
- Las mismas botas UGG, que conquistaron todo el mundo por ser calzado de exterior cómodo, son utilizadas por los propios australianos en la mayoría de los casos en lugar de pantuflas. En las casas australianas no hay calefacción, por lo que en el invierno (junio-agosto) todo el mundo se pone estas botas, suéteres y se envuelve de mantas estando en casa.
- Por cierto, las botas UGG no son solo calzado, sino también un gran recuerdo. Los turistas que vienen a Australia encuentran en las tiendas locales un surtido muy peculiar de regalos memorables: rascadores de espalda hechos de la pata de canguro real con garras, botas UGG de todos los tamaños (hasta el tamaño de un llavero), vegemite (un plato nacional), y también stubby holders: porta botellas de cerveza para que la bebida no se caliente mientras las personas la sostienen en sus manos.
- Los residentes australianos aman sus chanclas. En el vestuario de cada australiano promedio, solo hay 2 tipos de calzado: los tenis y las chanclas (aunque tienen los tenis solo para los casos cuando están prohibidas las chanclas).
- Las chanclas en Australia se llaman thongs, que significa “tangas”. En el verano, paseando por las ciudades de Europa, resulta muy fácil identificar a un turista de Australia: tendrá puestas sus “tangas” de goma favoritas, incluso si está en una ciudad alejada de la costa.
- A los australianos no les gusta trabajar como las máquinas. No quieren trabajar los fines de semana ni siquiera cobrando el pago doble (que, por cierto, se establece a nivel estatal). Prefieren ir a la playa o hacer una barbacoa. Y, por cierto, nunca sacrificarán su amada “sesión” del domingo; es una tradición que los hombres se reúnan en un pub y beban cerveza local todo el día.
- Para mí, uno de los descubrimientos más agradables fue el hábito local de saludar a extraños en las calles. Y no estoy hablando de pueblos donde todos los vecinos se conocen, sino de grandes ciudades. Si la calle no está abarrotada y no estás en el centro de alguna metrópolis, entonces lo habitual es que la gente desconocida se intercambie de saludos sobre la marcha: “Hello, how are you?” — “Good, thanks, you?” — “Good!” (“Hola, ¿cómo estás?” — “Bien, gracias, ¿y tú?” — “¡Estoy bien!”).
- Por cierto, los residentes locales tienen algunas expresiones favoritas que muestran su actitud ante la vida. El dicho “She’ll be apples” (literalmente “Ella será manzanas”) significa “Todo estará bien”. Lo escucharás si estás preocupado por el resultado de alguna labor, y los que te rodean quieren animarte. También hay frases que suenan a tu alrededor las 24 horas: “No worries” (“No te preocupes”), “Take your time” (“Tómate tu tiempo”), “Take it easy” (Tómalo con calma). Al parecer, esta es la amabilidad australiana. Soy una extranjera, pero nunca sentí hostilidad hacia mi persona, solo sonrisas y “No worries”.
Naturaleza
- El mar de Queensland, debido al clima más cálido, es de color marrón en lugar de azul y no es tan transparente como, por ejemplo, en Sídney. En sus aguas podrás encontrar tanto al tiburón como al cocodrilo. Por lo tanto, suelen colocar una red protectora en la playa. Obviamente, no te salvará de los depredadores, además, hay que seguir una regla no escrita: “Si no quieres que te coman, no entres al agua por la noche”. Los cocodrilos no suelen atacar a nadie de día.
- Aquí hay otras criaturas que son más peligrosas: las pequeñas medusas bluebottle, que pican a miles de personas cada año, y una diminuta medusa (poco más de 1 cm) irukandji. Una picadura de esta medusa garantiza que su víctima va a pasar varios días en la cama hospitalaria sufriendo dolores irremediables. Por desgracia, también es posible un desenlace fatal.
- Por cierto, en todas las playas de Australia hay algo así como un buzón con una botella de vinagre, para que puedas verterlo de inmediato en el área de la piel picada por la medusa.
Vida familiar
- En lo que se refiere a las relaciones personales, en Australia: el número de mujeres y hombres es casi el mismo, y es lo que afecta su estilo de vida.
- Las australianas son mucho más seguras y exigentes eligiendo los hombres. Los australianos no son tan exigentes y tratan a las mujeres con mucho respeto. Aquí los hombres friegan los platos, cocinan, limpian la casa y toman bajas por paternidad.
- Un alto nivel de vida contribuye a que los australianos tengan muchos hijos. Están convencidos de que, cuanto más grande es la familia, mejor, por lo que las familias en este país son enormes. Por ejemplo, mi novio tiene 30 sobrinos y sobrinas, es decir, su familia, son aproximadamente tres equipos de fútbol.
- En las familias australianas, hay otra particularidad curiosa que yo llamo “maternidad sincrónica”: las parientes jóvenes intentan dar a luz al mismo tiempo para que los bebés puedan jugar juntos, ir a la escuela y ser más unidos. Con mucha frecuencia, los hermanos y hermanas tienen 1 año de diferencia de edad. Es decir, las madres suelen pedir la baja maternal de unos 5 años para dar a luz a varios hijos.
- A la edad de unos 20 años, los australianos piden un préstamo hipotecario para comprar su primera vivienda. Por lo general, no pueden permitirse el lujo de comprar la casa en la zona más cara de la ciudad, por lo que eligen una vivienda más accesible, incluso en otro estado.
- La primera vivienda es una inversión. Se alquila y de esta manera se devuelve la hipoteca. Después de un tiempo, el valor de la casa en el mercado inmobiliario sube y entonces se vende. Las ganancias obtenidas se invierten en la compra de una casa nueva, más grande y en un lugar mejor. Esta vez, los propietarios utilizan la vivienda para vivir, incluso pueden tener hijos, y luego venden esta casa para comprar una tercera.
Ayuda del Estado
- En cuanto al apoyo estatal, tengo un par de ejemplos impresionantes. En primer lugar, en Australia es técnicamente imposible quedarse sin hogar, porque existe una fundación para apoyar a los desempleados. Gracias a la fundación, una persona puede no trabajar en absoluto y recibir asistencia suficiente de los servicios sociales. Una vez le pregunté a una persona sin hogar sentada en un saco de dormir sucio en medio de la calle por qué vivía así si el Estado podía darle su vivienda. Y me respondió que era demasiado perezoso para llenar formularios y hacer colas.
- Al llegar a este país y leer las noticias locales, me sorprendió saber que el ejército australiano ayuda a su personal femenino a pagar la cirugía de mamas y, a todos los efectivos, la cirugía de reasignación de sexo. Es cierto que esto no se debe al capricho de la persona que lo quiere, sino por razones médicas. Por ejemplo, si una mujer sirve en el ejército y lesiona la parte superior del cuerpo o se deprime debido a que sus senos no son tan hermosos como los de otras mujeres con las que tiene que trabajar, ella tiene derecho a contar con asistencia financiera. El ejército hará feliz a sus soldados y mantendrá su moral. Los representantes del Ministerio de Defensa lo llaman “una parte integral del servicio militar”.
¿Te gustaría mudarte a Australia? ¿O crees que incluso el mejor apoyo del Estado no vale las “sorpresas” que pueden darte los representantes de la fauna local?
Comentarios
A mí me daría bastante miedo mudarme a Australia….
Nunca comería carne de canguro, por muy exquisita que sea
Lo de la vida sana es genial
Qué estrés eso de la maternidad sincrónica