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9 Mitos y verdades sobre las vacunas y qué pasa si dejamos de aplicárnoslas

Al hablar de salud y, especialmente, sobre vacunas, la gente recibe mucha información incorrecta que podría ponernos a todos en peligro. El mensaje corre rápidamente de boca en boca, y es difícil eliminar por completo las nuevas creencias que se instalan en el colectivo popular. A pesar de que existen fuentes que desacreditan lo negativo que se dice sobre este tema, muchas personas ya tomaron la decisión de no vacunarse y, peor aún, dejan de vacunar a sus hijos. Al final del artículo encontrarás un bono en el que se explica lo que puede suceder si no se le da importancia a este asunto.

En Genial.guru creemos que es muy importante aplicar las vacunas recomendadas por los médicos, con el fin de prevenir enfermedades que podrían traernos problemas muy graves e incluso letales a lo largo de la vida, especialmente en la infancia. Es por eso que preparamos este artículo para ti, para que aprendas un poco más acerca de este tema.

1. “Si tengo una higiene adecuada y completa, no necesito vacunas”

  • Lo que pasa en realidad: la higiene es una de las cosas más importantes cuando hablamos de salud. Sin embargo, aunque lavarnos las manos y consumir agua potable podría prevenirnos de contraer ciertos tipos de infecciones, existen otras maneras de propagación a las que estaríamos expuestos.
  • ¿Por qué no es suficiente? Porque los virus y bacterias están en todos lados, aunque no los veamos. El ejemplo más claro de un portador gigantesco es el celular, el cual posee 30 veces más bacterias que un inodoro.

2. “Vacunarse es malo, puede tener efectos secundarios a largo plazo y algunas vacunas hasta pueden matarte”

  • Lo que pasa en realidad: a pesar de que algunas vacunas pueden ocasionar distintos malestares después de su aplicación, como dolor, fiebre ligera, pérdida de apetito, inflamación o irritación, no hay efectos perjudiciales a largo plazo.
  • ¿Por qué confiar en las vacunas? Existe un sistema de seguridad para vigilar su calidad y avalar su aplicación. Es más fácil que existan riesgos y complicaciones por causas relacionadas a las enfermedades que podrías prevenir con una vacuna, a sufrir daños si te aplicas una.

3. “Las vacunas contienen mercurio y eso es peligroso”

  • Lo que pasa en realidad: algunas contienen tiomersal, un compuesto que posee mercurio en pequeñas cantidades, el cual es usado como conservante para evitar que las bacterias y los hongos inicien un proceso de proliferación.
  • ¿Por qué es importante? Este compuesto es indispensable para garantizar la potencia y la esterilidad. Sin embargo, no hay pruebas que indiquen que es dañino para la salud, sino que es todo lo contario. No es tóxico y tampoco se acumula en el organismo. Por otro lado, existen vacunas que se aplican en niños menores de 6 años y no contienen mercurio en lo absoluto.

4. “La gripe es una molestia y no es necesaria una vacuna porque ni siquiera funciona”

  • Lo que pasa en realidad: la gripe no debería tomarse a la ligera. Cada año provoca miles de muertes alrededor del mundo.
  • ¿Debería ponerme esta vacuna? La aplicación de una vacuna contra esta enfermedad es la mejor forma de prevenir y reducir las complicaciones de la misma o la muerte. Es eficaz para protegernos de los virus de la influenza, pero, a su vez, es difícil que llegue a todos los microorganismos que la provocan. Los niños, adultos mayores y mujeres embarazas son los más vulnerables ante esta infección.

5. “Si una enfermedad es erradicada del país, no tengo que ponerme esa vacuna”

  • Lo que pasa en realidad: la única enfermedad erradicada en todo el mundo es la viruela, por lo tanto, es la única de la que podrías librarte. En el caso de otras afecciones, podrías decir que en tu país casi no se ven muchos afectados, pero en otros lugares del mundo no sucede lo mismo.
  • ¿Por qué debo ponérmela? Una persona puede transportar agentes infecciosos y llegar al país en donde vives. La enfermedad que pensabas y asumías no era un riesgo para ti, en ese momento podría comenzar a serlo. Entre más personas estén vacunadas, menor será la probabilidad de que una afección se propague. La gripe y la tos convulsa no han sido erradicadas aún.

6. “Aplicarse más de una vacuna puede sobrecargar el sistema inmunológico, especialmente en los niños”

  • Lo que pasa en realidad: a lo largo del día estamos expuestos a más bacterias de las que podría contener una vacuna. La aplicación de distintas dosis en manera simultánea, salvo una indicación precisa, no representa ningún peligro para la salud.
  • ¿Qué ventajas tiene? Es una acción inteligente que podría beneficiar a tu ahorro económico y temporal, puesto que no tendrías que visitar al doctor tan a menudo.

7. “Las vacunas causan autismo”

  • El rumor inició gracias a un artículo publicado en una revista científica en 1998. La información afirmaba que la triple vírica (vacuna contra el sarampión, paperas y la rubéola), o una infección provocada de forma natural por el virus del sarampión, podía causar autismo.
  • La realidad: debido a las irregularidades en la información del artículo, se realizó un estudio que comprobó que los datos eran falsos, así que no hay de qué preocuparse, porque en realidad no hay evidencia científica que respalde una relación entre las vacunas y el autismo.

8. “Si ya me enfermé de algo, soy inmune y no necesito vacunarme”

  • Lo que pasa en realidad: la protección que pueden brindarnos las inyecciones es superior a la que podríamos adquirir si contraemos una enfermedad. Al interactuar con nuestro sistema inmunológico, las vacunas generan una respuesta similar a la que produciría la infección en su estado natural, sin embargo, no exponen a la persona.
  • ¿Qué pasa si no lo hago? Si esperas a contraer la enfermedad en lugar de vacunarte estarás expuesto a sufrir los riesgos vinculados con una infección y, en algunos casos, estos pueden llegar a ser letales.

9. “Las enfermedades de la infancia que se previenen con vacunas no se pueden evitar”

  • Lo que pasa en realidad: algunas de las enfermedades que suelen aparecer en la infancia podrían prevenirse con una simple vacuna si fuera aplicada a tiempo y de manera adecuada.
  • ¿Por qué es importante? Si no somos vacunados desde niños como es recomendado por los médicos, entonces quedamos vulnerables a contraer enfermedades de manera innecesaria. Si la infección aparece cuando somos adultos, en ocasiones todo resulta ser más complicado, pues la fuerza de la bacteria o del virus puede ser aún mayor.

Bono: ¿qué pasaría si dejáramos de vacunarnos?

Las dudas siempre están, y con la información que circula en redes sociales sobre las vacunas, la incertidumbre de lo que es correcto o incorrecto aumenta cada vez más. Si la idea de dejarlas en el olvido sigue aumentando, entonces podría producirse una reaparición de las enfermedades que estaban en el pasado. ¿Cómo podríamos combatirlas si ya no se genera un medicamento para ello? Se desatarían, con la posibilidad de convertirse en una epidemia y, tristemente, en una pérdida innecesaria de seres humanos.

¿Qué puedo hacer al respecto?

  • Si no está respaldada por fuentes confiables, no confíes en toda la información que lees. Lo mejor será dirigirte a tu centro de salud mpas cercano y pedir que te eduquen en el tema.
  • No dejes de vacunarte ni de llevar a tus hijos a que les apliquen las dosis recomendadas. Si contraes una enfermedad grave, podrías ser una fuente alta de infección para ellos, lo que podría hasta convertirse en una epidemia.

¿De qué lado estás tú? ¿Crees que lo más conveniente es dejar las vacunas en el olvido? ¿O consideras que es mejor seguir previniendo las enfermedades a través de este método? Cuéntanos en los comentarios.

Ilustradora Alice Perkmini para Genial.guru
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