Este artículo pone fin al debate de si uno puede o no enfermar a causa del frío

Salud
hace 3 años

El debate eterno sobre si uno debe ponerse un gorro y envolverse en un abrigo para no enfermar a causa del frío viene alimentado por una enorme cantidad de mitos. En este artículo, finalmente, se descubrirá la verdad sobre cómo las personas pueden sentirse mal durante las estaciones más frías y cómo es posible salvarse de sufrir un resfriado estacional.

A pesar del estereotipo persistente "frío = resfriado", Genial.guru te recomienda no olvidar que las gripes, principalmente, aparecen a consecuencia de distintos virus. Si en tu entorno no los hay, no enfermarás aunque te congeles por completo. ¡Parece que todo es extremadamente sencillo, más de lo que comunmente se cree!

¿Por qué en otoño y en invierno enfermamos con mucha más frecuencia?

  • Cuando hace frío en el exterior, pasamos más tiempo dentro de las instalaciones, lo que significa que mantenemos más contacto de lo habitual con lo que nos rodea. Y este es el motivo por el que nuestras posibilidades de contraer un virus se disparan.
  • La humedad juega un papel importante y, más todavía, su disminución: en estas condiciones, el patógeno no solo se propaga con facilidad, sino que también penetra casi libremente en el cuerpo debido a la deshidratación de la mucosa nasal. Y esta es, precisamente, nuestra barrera protectora natural.
  • Los días cortos de invierno, no solo socavan nuestro estado de ánimo, también recortan las captaciones de la vitamina D que producimos cuando nos exponemos al sol. La deficiencia de esta vitamina conduce, de forma inevitable, a un debilitamiento del sistema inmunológico. Puedes reponerla con la ayuda de algunos alimentos o suplementos dietéticos. Sin embargo, recuerda que la presencia de una "hambruna" de nutrientes debe indicarla siempre un especialista.

Relación entre el frío y los resfriados

Los científicos, durante mucho tiempo, no pudieron encontrar la conexión entre la baja temperatura y un resfriado común, hasta que realizaron un experimento simple con agua helada. Parte de los sujetos que ponían sus pies en ella, caían enfermos de manera estable, en contraste con aquellos que mantenían sus extremidades calientes. Así nació la teoría de que el frío hace que los vasos sanguíneos se estrechen, lo que a su vez, provoca una ralentización de los glóbulos blancos, nuestro principal ejército contra los virus. Como resultado, nuestra sistema inmunológico se debilita.

También, durante el experimento, se descubrió el truco principal que tienen los virus: a temperaturas bajas, la capa exterior de ellos se endurece y los protege como si fuera un caparazón, permitiéndole propagarse con facilidad. A mediciones más altas, la coraza se vuelve similar a un gel, lo que hace que el patógeno sea mucho más vulnerable.

Por lo tanto, vale la pena rendir un homenaje a quienes nos recomendaron abrigarnos con gusto. Sin embargo, no debes olvidar lo importante que es, en todo esto, pasar más tiempo al aire libre.

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