Cómo decidí viajar gratis y por qué nunca más volveré a hacerlo

Consejos
hace 2 años

Este verano, me animé a hacer el viaje más aventurero de mi vida: una amiga y yo decidimos repetir el viaje alpino de varios blogueros de viajes de Instagram. Nos armamos con hojas y marcadores para hacer dedo, nos comunicamos con los residentes de las ciudades cercanas a los Alpes a través del sitio de CouchSurfing (para aquellos que no lo conocen: este servicio le permite a las personas pasar la noche en la casa de la gente del extranjero gratis y también recibir extranjeros en casa), armamos las mochilas y nos encaminamos a conquistar las montañas. Esta era mi primera experiencia de este tipo. Y, debo confesarlo, la última.

Hoy les contaré a los lectores de Genial.guru qué se puede esperar de esta clase de diversión gratuita, y también desacreditaré o confirmaré algunos mitos sobre el CouchSurfing y el autostop. ¡Comencemos!

Una breve aclaración: nuestra ruta de 5 días transcurría a lo largo de los Alpes orientales, comenzando en Múnich y terminando en Graz (Austria). Dormimos todas las noches en la casa de la gente que forma parte del CouchSurfing, superábamos las distancias cortas y difíciles en autobuses, y, las largas, haciendo dedo.

Mito N° 1: el CouchSurfing es un claro análogo de un sitio de citas. Y a veces es peligroso

Este es un rumor muy popular entre aquellos que nunca han usado el servicio. Confieso que yo sentía lo mismo, pero finalmente nos hospedamos en los hogares de personas de lo más educadas: un ingeniero alemán de BMW, un arquitecto italiano, un estudiante austríaco de la Facultad de Ingeniería Biomédica y un diseñador francés de motores. Todos estos chicos tenían más de 30 años, eran solteros, intelectuales, viajaban mucho, hablaban muchos idiomas y seguían explorando el mundo a través del CouchSurfing. No hubo ningunas insinuaciones extrañas, ni momentos incómodos, todo era perfecto. Hasta que llegamos a la casa de nuestro último anfitrión, en la ciudad austríaca de Graz. Allí fue donde mis sospechas más escépticas se hicieron realidad, ¡y mi amiga y yo finalmente nos cruzamos con un pervertido!

En un principio, lo tenía todo a su favor: un gran número de críticas positivas en su perfil, mensajes con promesas de mostrarnos la ciudad y organizar una fiesta, a pesar de que era día de semana, etc. Pero cuando llegamos, nos encontramos con un hombre tirado en calzoncillos en un sofá, con un cigarrillo armado entre los dientes, que nos decía de mala manera que tenía flojera, por lo que no iríamos a ninguna parte. Y cuando mi amiga y yo descubrimos que no teníamos nada de qué hablar con él, excepto de los clubes nocturnos, vimos no solo el plan que él tenía “entre manos”, sino también en su cabeza. Y entonces, como si hubiera leído nuestros pensamientos, nos hizo tener el diálogo de 10 minutos de duración más embarazoso y desagradable de nuestras vidas, con el objetivo de que todos nos diéramos un placer especial. En resumen, apenas logramos calmar a este sujeto de imaginación y testosterona excesivas. Como resultado, se enojó y dejó de hablarnos: todo un caballero del siglo XXI.

Después de haber atravesado esas emociones, el CouchSurfing de Austria en general me dejó una mala impresión. Aunque será justo aclarar que a mi amiga, cuya experiencia de CouchSurfing se cuenta en docenas de hosts (personas que reciben a los invitados en su casa), algo así le sucedía por primera vez; por lo tanto, podemos decir que el 98 % del servicio es seguro. No le dejamos un comentario negativo a este austríaco porque pensamos que un hombre así, para vengarse, también podía escribir algo malo en nuestro perfil, lo que bajaría la calificación de nuestra página (o sea que, en muchos casos, en el sitio no se dejan críticas negativas, un dato a tener en cuenta).

Para no terminar en una nota negativa, les dejo la foto del gato dormido de nuestros anfitriones intelectuales de Innsbruck.

Mito N° 2: gracias al CouchSurfing, conocerás el país por dentro

Sí, la gente local te contará mucho más de lo que se puede leer en las guías de viajes, o encontrar en los foros de turismo. Pero aquí voy a hacer una pequeña aclaración personal: si te quedas en la casa del host por un solo día (y generalmente es lo que se suele hacer), es probable que no tengas tiempo de ver nada: solo llegarás a escuchar sobre los lugares de interés.

Porque hay que entender que el CouchSurfing no es solo pasar la noche gratis en un lugar, sino que es un intercambio cultural. Si llegas a la casa de un extranjero, él te ve como una persona que debe distraerlo, entretenerlo, contarle algo nuevo, y no solo aprovecharse de su habitación disponible. Por lo tanto, por un lado es genial, pero por el otro puedes terminar pagándolo con pasar más tiempo conociendo a los anfitriones que conociendo la ciudad. Pero todos tienen sus propios intereses, así que no pretendo juzgar qué es mejor.

En cuanto a mí, solo sugiero mirar este collage.

El de la izquierda es un lugar en Múnich que realmente quería conocer, y el de la derecha es el lugar donde pasé la mayor parte del tiempo que estuve en esa ciudad. Creo que sobra decir lo apenada que estaba.

Mito N° 3: los hombres solo aceptan ser “host” de mujeres, y las mujeres solo de hombres

En parte, es verdad. Cuando mi amiga me dijo que todos nuestros anfitriones serían hombres, me preocupé un poco y me metí en Google para buscar algo sobre la teoría de los géneros en el CouchSurfing. No existía nada parecido, por lo que, basándome en un foro de Reddit, y en la experiencia de mis amigos, decidí crearla yo misma: los hombres “hosts” (que reciben a los visitantes), generalmente prefieren hospedar a las mujeres o a grupos mixtos, ya que se suelen sentir mejor y más cómodos en una compañía femenina o mixta, que en una puramente masculina. Las mujeres, en un principio, “alojan” menos, y no eligen por género, sino por los comentarios de la página y basándose en la primera impresión.

Mito N° 4: con el CouchSurfing y el autostop no gastas dinero en absoluto

Hay blogueros profesionales que afirman que no se necesita dinero para viajar, basta con el deseo y, es más, todos los límites solo están en nuestra cabeza. Aquí, disiento categóricamente: es imposible arreglárselas sin nada de dinero.

Sí, el CouchSurfing es una forma económica de viajar, pero durante nuestro viaje de 5 días gasté casi 200 euros. Y esto fue para lo que los necesité:

  • Para la comida. A pesar de que no pagábamos la estadía, sí comprábamos los alimentos, incluso cuando preparábamos una cena conjunta.
  • Para los cócteles y otras bebidas en bares y durante los paseos, que pagábamos no solo por nosotras, sino también por nuestros host (después de todo estábamos de visita en sus hogares). Aunque, si eres un poco atrevido, puedes no ofrecerte a pagar.
  • Para los recuerdos para nuestros anfitriones. Después de todo, tampoco es lindo llegar a una casa con las manos vacías. Aunque, según nuestros anfitriones, muy poca gente sigue esta “filosofía de la hospitalidad”, la mayoría suele llegar sin ningún obsequio de nada.
  • Para los viajes. Como ya escribí más arriba, no ahorrábamos en distancias cortas pues hacerlas en autobús no implicaba un gran gasto y, además, no queríamos perder mucho tiempo paradas en la carretera con la mano en alto.

Y un poco más sobre los blogueros: dejo una comparación de sus fotos con la realidad que vimos.

Castelrotto, Italia.

Ortisei, Italia.

Lago Braies, Italia.

Está claro que aquí no falta photoshop, pero quiero enfatizar la idea de que no solo “procesan” las fotos, sino todo el trasfondo de los viajes en general: las historias sobre las aventuras, los consejos y los cuentos sobre lo fácil que es todo. Así que no hay que creer tan ciegamente lo que cuentan los viajeros y envidiar demasiado sus perfiles en las redes sociales.

Mito N° 5: gracias a CouchSurfing haces muchos nuevos amigos alrededor del mundo

Si eres extrovertido, entonces es cierto: tendrás muchos amigos en el extranjero. Pasa directamente al siguiente punto.

Si eres introvertido, entonces todo es más difícil. Hasta diría que el CouchSurfing no es para nosotros, chicos. Imagínate: un día difícil, vuelos, viajes, muchas impresiones... Y entonces, por la noche, llegas a la casa del host y tienes que... ¡oh, el horror!, hablar con él toda la noche. Y toda la mañana. Y, tal vez también, todo el día... De hecho, es un serio problema emocional para muchas personas. No es gracioso en absoluto.

Tuve mucha suerte: mi amiga es totalmente extrovertida. Ella compartía su energía con gente nueva alegremente y sin ningún esfuerzo. Yo respaldaba la conversación activamente solo cuando hacía falta ayudarla, ya que a veces la conversación se reducía al silencio, interrumpido por el sonido de los grillos, por la falta de temas en común con los hosts (aparte de los culturales, por supuesto). Mientras tanto, después de un día duro, yo solo quería acostarme con el teléfono entre las manos y quedarme en silencio. Con nuestro cronograma, según el cual pasaríamos los 5 días en casas de hosts diferentes, esta necesidad de un respiro emocional creció hasta dimensiones increíbles, superando ampliamente la necesidad de hacer nuevos amigos.

Mito N° 6: el autostop es una ruleta rusa

Cuando escribíamos carteles con nuestros destinos en un baño en una aldea alpina, sospechando que en los Alpes, en general, nadie hace dedo, tenía miedo.

Todo se teñía de un matiz arriesgado por el hecho de que hacía un calor insoportable y, por lo tanto, solo vestíamos faldas o pantalones cortos. En resumen, en el borde de aquella carretera parecíamos una especie de chicas fáciles. Pero una aventura es una aventura, ni un paso atrás.

Finalmente, nos dieron un aventón unos personajes bastante inesperados: una joven italiana con su madre, un abuelo austríaco, una abuela eslovena hippie, y dos georgianos maduros. Todos eran muy buenos, gente muy interesante, y los últimos incluso nos llevaron a nuestro destino final, Budapest (que ya no tenía que ver con nuestra ruta alpina), a pesar de que, inicialmente, tenían que pasarlo de largo. Aun así, nos llevaron hasta el la puerta del departamento donde íbamos a alojarnos, a pesar de haber tenido que soportar un embotellamiento de 40 minutos en el centro de la ciudad. Tanta amabilidad fue muy avergonzante, pero insistieron en que los verdaderos caballeros no podían actuar de forma distinta.

Mientras que la joven italiana nos contó que es muy raro que alguien haga dedo en los Alpes, porque hoy en día no es muy popular, ya que existe todo tipo de servicios como, según lo llamó uno de los georgianos (¡en serio lo llamó así!) “bla-bla-bla-car”, carsharing o alquiler de autos. La abuela eslovena que, según resultó, había viajado mucho a dedo en su juventud, nos llevó en muestra de su solidaridad, ya que también nos confirmó el hecho de que hoy en día este fenómeno es raro. Cuando nos despedimos, la señora nos dijo: “¡Recuerden que lo estamos haciendo por todos nosotros!”, y nos miró enigmáticamente, con un brillo extraño en los ojos. Pensamos que estaba un poco loca, pero igual estábamos inmensamente agradecidas con ella.

En resumen, ¡el autoestop superó todas nuestras expectativas! No es muy popular, por lo que los “maníacos especializados” no operan en esta área, al menos en Europa. Se puede usar tranquilamente. Además, es hermoso, y te da la sensación de que quien está conduciendo eres tú.

Pero les recuerdo que antes de eso deberán soportar una incierta cantidad de tiempo en la carretera, con una sensación de total impotencia.

Entonces, ¿vale la pena repetir mi experiencia?

  • Como ya dije, si eres introvertido y no estás listo para, figurativamente hablando, entregar una parte de ti mismo a cambio del intercambio cultural, piénsalo cien veces antes de implementar todas estas formas de viajar. O, al menos, alterna: un host, un hotel, un host, un departamento, para poder descansar emocionalmente cada tanto.
  • Si lo que quieres es ahorrar dinero, entonces sí, vale la pena. Pero no podrás reducir el gasto a cero: no le creas a los motivadores incansables de los viajeros de Internet.
  • Bueno, y ahora es el momento de un punto hipersubjetivo: a pesar de que este viaje fue increíble, durante su transcurso me di cuenta de que, para mí, todas estas formas de viajar, vivir, comer y existir “gratis” son, honestamente, un tanto humillantes. Tal vez muchos no estarán de acuerdo conmigo, pero yo prefiero gastar más dinero, viajar mucho menos, y tal vez a causa de estos principios no ver la mitad del planeta, pero, para mí, es mejor viajar a un ritmo más lento, con mi propio programa y solo en compañía de personas cercanas a mí. Esto es lo que yo entiendo por un viaje placentero.

Si tienes tus propios puntos de vista o historias similares (especialmente sobre el CouchSurfing), ¡cuéntanos sobre ellos en los comentarios!

Imagen de portada oasisjae / instagram

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