Para elegir un vino de alta calidad solo necesitas conocer algunas simples reglas

Consejos
hace 3 años

Según los datos del Instituto del Vino (Wine Institute), los ciudadanos de Andorra beben 56,9 litros de vino por año (unas 76 botellas) por persona. Esta impresionante cifra sonará descabellada para muchos, pero hay que recordar que en muchos países europeos y sudamericanos la cultura del consumo de vino está muy desarrollada. No queremos incentivarte al consumo regular de bebidas alcohólicas, pero creemos que saber elegir vinos de calidad a precios asequibles no perjudicará a nadie. Después de todo, todos tenemos eventos festivos, y un buen vino es la decoración de cualquier mesa.

Genial.guru ha encontrado 11 simples reglas que te ayudarán a elegir un buen vino. Lo más importante es que puedes seguirlas sin salir de la tienda, lo cual es muy conveniente.

1. El etiquetado del vino

Si el fabricante cumple con todas las condiciones de elaboración, entonces la botella tendrá una marca del nivel de control de calidad nacional. Aquí hay algunos ejemplos de esta marca: para Francia: AOC, VDQS, VdP, VdT; para Italia: DOCG, DOC, IGT, VdT; para los EE. UU.: AVA: Varietal, Reserve, Meritage.
¿Cómo elegir el vino y no confundirse? Hay una regla simple: cuanto más cerca de la letra “A” comience el nombre de la categoría de control de calidad, tanto mejor es el vino. Y de las dos categorías que comiencen con la misma letra, será mejor la que sea más extensa.

2. No todos los aditivos son de temer

Muchas veces, en las etiquetas hay una inscripción que indica que el vino contiene dióxido de azufre (E220). Muchos se asustan, pero hay que recordar que los dióxidos están presentes en pequeñas cantidades (solo 10 mg/l) en casi todas las bebidas, ya que son el resultado de la fermentación de los ingredientes. Sin embargo, de no agregarse al vino dióxido de azufre, los costos de almacenamiento aumentarían: sería necesario crear almacenes especiales con una temperatura constante, que es muy costoso y lleva mucho tiempo.

El nivel permitido de E220 varía de un país a otro. Por ejemplo, en Australia, la concentración permitida es de 250 partes para los vinos secos, y en los Estados Unidos, de 350 partes para todos los tipos de vinos. Pero si después de un par de horas de haber consumido la bebida de forma moderada, comienza a dolerte la cabeza o el estómago, seguramente es porque se han excedido con la cantidad del aditivo.

3. El año de elaboración es muy importante

Al elegir un buen vino, revisa el año de su cosecha. Se puede evaluar la frescura del vino por la fecha de su elaboración. Es recomendable beber el vino de algunas variedades exclusivamente jóvenes. Por ejemplo, si eliges el vino blanco seco “Sauvignon-Blanc 2010”, debes saber que ese vino no se almacena durante tanto tiempo. Pero si está escrito que es un vino “Reserva” o “Roble”, es lógico que pueda ser más viejo.

Con los vinos espumosos es más difícil, en su etiqueta muy raramente dice el año de cosecha. En la provincia Champagne, los productores solo escriben en la etiqueta los años importantes, es decir, 2 o 3 años por década. Así que en esos casos hay que prestar más atención a la fecha del embotellamiento o etiquetado.

4. Presta atención a la variedad de la uva

Es deseable que en la etiqueta se indique la variedad de la uva con la que se hizo el vino. Muchas veces, en las botellas del vino barato está escrito: “hecho con las mejores variedades de uva”. Pero, muy probablemente, solo se trate de los restos de las mejores variedades. La excepción es Francia; allí no está permitido indicar de qué tipo de uva está hecho de vino, o más bien, no está permitido solo para la producción nacional, para la exportación, en cambio, sí.

5. Evita el calor y la luz

Al elegir un vino en una tienda, no te lleves la botella que haya sido expuesta a la luz directa, que haya estado en el escaparate o cerca de una fuente de calor. El impacto de la luz directa o el calor hace que el sabor del vino sea rancio y pierda frescura.

Si has comprado un vino para una ocasión especial por anticipado, busca un armario oscuro en tu casa en donde puedas guardarlo. Es mejor que sea un armario y no el refrigerador, donde la luz se enciende cada vez que se abre la puerta. El lugar ideal es la parte inferior del armario de la ropa. Lo principal es la estabilidad de la temperatura.

6. Elige botellas que se almacenan horizontalmente

Si el vino tiene un corcho natural, elige aquel que esté almacenado en posición horizontal. Es importante porque de esta forma el corcho se moja con líquido todo el tiempo y no se seca. De lo contrario, a través de las grietas del corcho el oxígeno puede llegar a la botella, y el vino comenzará a oxidarse. Si el corcho está hecho de plástico, el vino puede almacenarse verticalmente.

Además, el vino no debe estar sujeto a golpes o vibraciones. Para el vino es una especie de estrés y afecta mal su sabor.

7. Mira más de cerca el nivel del vino en el área del cuello

Verifica el nivel del vino en el área del cuello de la botella. Si colocas la botella en posición vertical, no debe haber más de 2-3 cm de aire sobre la superficie del líquido. De lo contrario, habrá demasiado oxígeno en contacto con el vino, y esto tiene un mal efecto en su sabor.

8. Verifica la forma del embotellamiento original

A primera vista, puede parecer que todos los vinos tienen el mismo envase, pero eso está lejos de ser verdad. Muchos fabricantes intentan protegerse y usan botellas asimétricas, y también le ponen al vidrio alguna clase de marcas. Si te gusta una determinada bodega, deberías buscar información sobre todas sus marcas en el sitio web del fabricante. Por regla general, copiarlos no es rentable y resulta difícil. Especialmente cuando se trata de un vino no muy caro.

Es mejor abstenerse de comprar vino económico en una botella excesivamente “adornada”. Después de todo, cuanto más elaborado sea el envase, tanto más caro es. Con lo cual puede resultar que el fabricante haya invertido la mayor parte del dinero en la botella en sí, y haya gastado muy poco en su contenido. Así que, aunque no se trate de una copia, puede tratarse de un producto de calidad muy dudosa.

9. Una gran cantidad de sedimentos debería alertarte

Antes de abrir una botella de vino, dirígela a la luz y gírala con el cuello hacia abajo. Si hay mucho sedimento, esto debería alertarte. Aunque en los vinos añejos y caros puede haber un poco de sedimento, no debe cubrir todo el fondo de la botella. E incluso si existe, luego de agitar la botella, cae al fondo muy rápidamente.

Una gran cantidad de sedimento suele indicar que la bebida no se almacenó adecuadamente, o que no se observaron las reglas de producción.

10. Cuanto más al sur esté el país productor, tanto mejor

Las uvas aman el calor y la luz, por lo que cuanto más al sur quede el país productor, tanto mejor. No temas probar vinos de Chile, España, Sudáfrica y Argentina. Pero al elegir los vinos italianos y franceses, por el contrario, hay que estar más atento. Contrariamente a la opinión común de que el vino europeo es el mejor, en realidad su sabor depende en gran medida del año de su cosecha. Por ejemplo, si la temporada fue lluviosa, entonces las uvas pueden estar agrias. No es una casualidad el hecho de que, al analizar el vino, los expertos muchas veces marquen el año de su elaboración.

11. Un buen vino no es necesariamente caro

El costo relativamente bajo de un vino no significa que necesariamente sea malo. Hay vinos maravillosos, frescos y ligeros por 10 USD. Muchos grandes productores tienen propuestas de marcas económicas, en las que se puede confiar. No vierten allí desperdicios, es solo una táctica de trabajo en el mercado.

Al comprar un vino por un valor de 10 USD, no le des preferencia a las marcas francesas ni italianas, es mejor prestar atención a los vinos del Nuevo Mundo (Chile, Argentina), Sudáfrica, porque allí la probabilidad de encontrar un buen vino a un precio asequible es mayor.

¿Y tú a qué le prestas atención cuando eliges y compras vino? ¡Compártelo en los comentarios!

Imagen de portada depositphotos

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