10 Maneras de lidiar con tu hijo si este se ha convertido en un “monstruo”

Crianza
hace 4 años

Los niños son un reflejo de sus padres, pero a veces es difícil creer que tengamos algo que ver con sus caprichos y sus rabietas emocionales. Reconocer los patrones de comportamiento del niño y tratar con ellos puede ser una tarea difícil, incluso para los padres más experimentados. Sin embargo, enfrentar cada problema y solucionarlo, puede ayudar a construir una fuerte conexión emocional entre tu hijo y tú, aumentando de esta manera sus habilidades para resolver problemas.

Genial.guru entiende cuán desafiante y frustrante puede ser el comportamiento de los niños, por lo que descubrimos qué técnicas pueden ayudarte a llegar a un acuerdo incluso con el niño más travieso.

1. Muestra a tu hijo la conexión entre su comportamiento y sus consecuencias

Los niños tienen que ver las consecuencias naturales de sus actos y de su comportamiento para que ellos se puedan dar cuenta de que han hecho algo mal. Esta técnica ayuda al niño a comprender cómo funciona el mundo y los hace más independientes para así poder prever las consecuencias de sus propias acciones.

Cómo funciona esto: Los padres no deben tratar de evitar que sucedan cosas naturales causadas por el comportamiento del menor. Sin embargo, no significa que deben dejarlo pasar, especialmente cuando el comportamiento del niño se vuelve peligroso. Los padres no deberían tratar de actuar como los malos del cuento o mostrar su superioridad al niño. Es importante ser solidario y estar preparado para lidiar con el resultado del comportamiento del menor.

Ejemplos:

  • Si el niño se niega a almorzar, tendrá que pasar hambre hasta la cena.

  • Si el niño actúa como un acosador o intimida los demás, nadie querrá jugar con él hasta que se disculpe.

2. Deja que tus hijos aprendan de sus errores

Los padres pueden ser sobreprotectores con sus hijos a veces, por lo que es importante enseñarle al niño a solucionar las consecuencias de su comportamiento y aprender de esa experiencia. Además, algunos niños se pueden poner a la defensiva cuando sus padres comienzan a regañarlos, cuando intentan dejarlos en vergüenza enfrente de los demás o intentan que el niño se sienta humillado.

Cómo funciona esto: Esta técnica es una versión más profunda de la anterior, ya que requiere que los niños puedan corregir sus errores por sí mismos. Los padres deben ayudar a sus hijos a procesar sus emociones y ayudarlos si es necesario. Pero no deberían interferir demasiado, el objetivo es moderar la respuesta adecuada del niño. Por ejemplo, cortésmente pueden pedirle al niño que se disculpe y así por el estilo.

Ejemplo: Se supone que la fecha límite para la entrega de la tarea escolar es mañana, pero el niño no se ha esforzado lo suficiente para terminar su trabajo a tiempo. En lugar de quedarse despierto hasta ya tarde en la noche y ayudar al niño con su tarea, los padres deberían permitir que el niño saque una baja calificación y descubrir como podrá solucionar la situación.

3. Encuentra las verdaderas razones de su mal comportamiento

Tu hijo puede estar haciendo un berrinche no por su mal genio, sino porque todavía no sabe cómo manejar sus emociones. Es por ello que es esencial brindarles la oportunidad de hablar y determinar la razón de su malestar.

Cómo funciona esto: Cuando un niño comienza a actuar de manera caprichosa, retíralo de la situación. Encuentra un lugar tranquilo donde puedas hablar sobre su comportamiento, sentimientos y acciones. Explícale al niño que es completamente normal sentir diferentes tipos de emociones, pero que deben responder a ellas de una manera aceptable. Muéstrale a tu hijo con amor que le quieres y elabora un plan sobre cómo manejará esas emociones similares en el futuro.

Ejemplo: Vas de compras con tu hijo, y en algún momento, el niño se frustra o se irrita sin razón aparente. Es mejor alejarse del lugar y descubrir qué desencadenó el comportamiento negativo. El niño podría estar hambriento, cansado o simplemente aburrido, pero no expresó sus sentimientos a tiempo.

4. No olvides que eres un adulto y no te permitas comportamientos infantiles

Cuando hables con tu hijo, concéntrate en ser un adulto. Si los padres se sienten irritados o desesperados, esto significa que ya no están en la posición de adulto o que no tienen la situación bajo control. Los problemas con el comportamiento del niño pueden “despertar” a nuestro niño interior y podríamos comenzar a sentirnos indefensos. Esto haría que tomáramos malas decisiones y que actuáramos de manera inapropiada en una situación difícil.

Cómo funciona esto: Si sientes que comienzas a gritar o que no puedes controlarte en respuesta al comportamiento del niño, es mejor tomar un descanso. Deja a tu hijo por un par de minutos (si esto es posible), respira profundamente y pregúntate si estás actuando como un adulto en ese momento. Intenta ordenar tus emociones, relajarte y vuelve a la conversación con tu hijo.

Ejemplo: Tu hijo te pide más dulces, pero tú sabes que si come demasiados, se agitará mucho y sufrirá cambios de humor. Entonces un padre en una posición adulta diría: “Lo siento pero no puedo dejar que comas más dulces, un pedazo de pastel es suficiente para el día. De lo contrario te pondrás de mal humor y queremos pasar un buen rato esta noche, jugando juegos de mesa, ¿no es así?”.

5. Elige el castigo que corresponda con la edad del niño

Muchos padres quieren que sus hijos actúen como adultos lo antes posible. Sin embargo, debes explicar las cosas a los niños a un nivel que vaya de acuerdo a su edad para que puedan escuchar y comprender. Es esencial encontrar el enfoque y el punto medio que funcione para la edad de tu hijo y modificarla a medida que va creciendo.

Cómo funciona esto: Tienes que tener en cuenta que el niño no tiene la experiencia y el conocimiento que tú tienes, por lo que a veces puede ser un total desafío para ellos hacer conexiones lógicas y llegar a conclusiones correctas. Por lo tanto, el castigo tiene que coincidir con la edad del niño y su nivel de desarrollo. Ya que de otra manera, el niño no entenderá por qué está siendo castigado.

Ejemplo: No tiene sentido mantener una conversación de más de una hora, explicando al menor sobre sus emociones y las consecuencias de su comportamiento. Los niños pequeños, a esta edad, simplemente no pueden concentrarse durante tanto tiempo en un tema.

6. No amenaces ni asustes a tu hijo

No amenaces a tu hijo y no uses castigos corporales. El abuso emocional y físico influye negativamente en el desarrollo del niño y puede causar problemas psicológicos en el futuro dentro de la personalidad del menor. Además, tal comportamiento daña la conexión emocional entre los padres y el niño, socavando la autoridad de los progenitores.

Cómo funciona esto: El uso de métodos abusivos puede tener un efecto inmediato en el comportamiento del niño, pero a la larga no le enseñará al niño cómo comportarse adecuadamente. Deberías enseñarle a tu hijo a manejar sus emociones y demostrar que la violencia y la agresión son inaceptables en cualquier forma ya que no pueden usarse de ningún modo para resolver conflictos.

Ejemplo: Tu hijo fue a una fiesta sin tu permiso, por lo que lo vas a castigar durante 3 meses. En lugar de aplicar medidas tan duras que solo pondrán al niño en tu contra, habla sobre cuánto lo amas y explica por qué ese comportamiento es inadecuado. No significa que tu hijo pueda salirse con la suya, pero la severidad del castigo no debe exceder la gravedad del asunto.

7. Deja que tu hijo sienta que su opinión es importante

Recuerda que no importa cuán pequeño es tu hijo, es un individuo separado con sus propias necesidades, deseos y su propio carácter. A veces los niños sienten demasiada presión para actuar de cierta manera o para aparentar ser “perfectos”, por lo que pueden comenzar a actuar para mostrar su independencia.

Cómo funciona esto: Si sientes que a veces no puedes llegar a un acuerdo sobre los asuntos más simples, es hora de evaluar el aporte de tu hijo en el proceso de la toma de decisiones en tu familia. No tienes que considerar el consejo financiero de tu hijo, pero sería beneficioso si apreciaras su opinión y no usaras la frase: “Puedes tener tu propia opinión cuando tengas suficiente edad”.

Ejemplo: Tu hijo quiere ver un programa de televisión que nunca se pierde, pero fueron invitados a una fiesta. Tu hijo se niega a ir contigo e insiste en quedarse en casa para mirar su programa preferido. En lugar de disminuir o reducir las necesidades de tu hijo y decir cosas como “perder esa serie no importará. Vas a ir con nosotros”, busca un compromiso que satisfaga las necesidades de cada miembro de la familia.

8. Mantente consistente con tus demandas y tus patrones de comportamiento

Los padres deben tener un enfoque estable y opiniones de lo que es correcto e incorrecto. El niño debe conocer las reglas y comprender qué acciones son inaceptables independientemente de las circunstancias. Además, los padres deben mantener su palabra y ser modelos de conducta para sus hijos.

Cómo funciona esto: Es importante que la forma en que los padres reaccionen siempre sea de la misma manera al mal comportaminto de sus hijos, no cambiando esta dependiendo de diferentes factores. El menor deberá ser castigado por su comportamiento inaceptable y esto no dependerá del estado de ánimo de los padres. Estos siempre deben cumplir sus promesas y no abandonar una situación solo porque no tienen ganas de enfrentarla en ese momento.

Ejemplo: El niño mira la televisión durante demasiado tiempo, por lo que el padre le pide que la apague, pero este se niega. Si el padre está de buen humor en ese momento, es probable que permita al niño continuar viéndola. Si está de mal humor, puede regañar al niño y castigarlo de alguna manera. Con esta forma de actuar, el niño no entenderá cómo debe comportarse porque la reacción de los padres siempre es diferente y no lleva un seguimiento.

9. Muéstrale a tu hijo que tú eres el jefe

Si bien tus hijos sienten que pueden recurrir a ti en busca de apoyo siempre que lo necesiten, también deben comprender que eres más que simplemente su amigo. Eres su padre, que a veces tiene que tomar decisones difíciles para cuidar la salud y el bienestar de ellos mismos.

Cómo funciona esto: Tu hijo debe sentir tu autoridad y comprender que tu opinión es mayor que la de ellos. Pero no deberás de actuar como un mal jefe. Ya que gritarle a tu hijo e intentar persuadirlo de que tú estás a cargo solo porque eres su padre no será suficiente. Los niños tienen que sentir tu confianza y verte como una persona que admiran, para que te escuchen y te hagan caso, haciendo esto no pensarán que pueden salirse con la suya con un mal comportamiento.

Ejemplo: Tu hijo hace un berrinche y se niega a salir de la tienda hasta que no le compres un juguete. En lugar de gritarle o jugar con esta manipulación, mantén la calma y actúa como su tuvieras la situación bajo control. Deja que el niño exprese sus emociones y luego habla con él. Deja que el niño sienta que le puedes decir “no” a sus demandas irrazonables y dile que tu palabra será la final y definitiva.

10. Enseña a tu hijo a apreciar las cosas buenas de la vida

Queremos darles lo mejor de nosotros a nuestros hijos, pero a veces notamos que los niños simplemente no aprecian las cosas que tienen y siempre piden más. El consumo excesivo y la falta de apreciación pueden ser problemas serios que influirán en el comportamiento del niño. Es por ello que es primordial enseñarle al niño cómo practicar la gratitud desde una temprana edad.

Cómo funciona esto: La técnica de la gratitud depende de la edad del niño. Con los niños pequeños, es mejor comenzar enseñándoles buenos modales, como decir “gracias” y “por favor”. Los padres también pueden tratar de cambiar la atención del niño de querer tener más cosas, por medio de obtener más experiencias y emociones positivas. Es esencial explicar el valor del dinero y el por qué damos prioridad a unas cosas sobre otras.

Ejemplo: En lugar de centrarse en los regalos durante las vacaciones, intenta crear recuerdos felices para tus hijos que no estén relacionados con regalos o cosas materiales. Patinar, jugar juegos de mesa o invitar a amigos no anima a tu hijo a consumir más, y haciendo esto les muestras que pueden ser felices sin gastar dinero.

¿Has probado alguna de estas técnicas para tratar con tu hijo cuando se está portando mal? ¿Conoces alguna otra estrategia que pueda ayudar? Comparte tu experiencia en los comentarios a continuación.

Ilustrado por: Polina Koshel para Genial.guru

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