11 Lecciones de vida que aprendimos de “El Chavo del 8” sin querer queriendo

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hace 3 años

El 20 de junio de 1971 la televisión mexicana conoció a El Chavo del Ocho, un niño que vivía en una vecindad junto con un grupo de vecinos y solía esconderse dentro de un barril. Poco a poco, Iberoamérica lo descubrió y el Chavo enganchó tanto al público que fue exportado a más de 50 países. Pero la popularidad de El Chavo no se debe solo a su contenido humorístico, que hizo y sigue haciendo reír a generaciones, sino también a sus mensajes, que perduran en millones de corazones.

Genial.guru quiere recordar algunas lecciones de vida que la entrañable serie nos dejó.

1. El Chavo nos enseñó que la felicidad no depende del dinero

Si hay alguien que es buen ejemplo de esta frase es El Chavo, un niño que tenía como únicas posesiones su ropa raída y un barril. Pero a pesar de no tener casi nada material, encontraba la felicidad en las pequeñas cosas, como jugar con sus amigos, que compartieran sus juguetes con él, y volver locos a los adultos con sus travesuras.

2. De Doña Florinda aprendimos que a los hijos se los defiende ante todo

Muchas veces hemos visto a Doña Florinda consolar a Quico cuando lloraba o le pasaba algo malo. Su manera de defenderlo a veces se pasaba de la raya y llegaba a darle golpizas a Don Ramón, aunque en ocasiones, el padre de la Chilindrina no tenía nada que ver con lo sucedido.

3. Don Ramón nos enseñó que la violencia nunca es la respuesta

A pesar de que Don Ramón recibía las bofetadas de su vecina, este caballero nunca le levantó la mano, sin importar la ira que le generaran sus injustos ataques. Detrás de cámaras, Valdés nunca salió herido, ya que el sonido de las cachetadas se hacía en vivo al chocar dos maderas unidas por una bisagra.

4. Los vecinos demostraron que las familias pueden ser diferentes

En El Chavo del Ocho no se ve a ninguna familia conformada por una madre y un padre, sino que todas son diferentes: Doña Florinda es viuda y vive con su hijo, y también Don Ramón cría solo a la Chilindrina. Por su parte, Doña Clotilde es una mujer soltera, lo cual podía resultar algo escandaloso para la época.

5. De Don Ramón aprendimos que “la venganza nunca es buena, mata el alma y la envenena”

Si hay algo que tiene este programa es su gran repertorio de frases, y esta es una de las más célebres. Don Ramón se la repite a los niños cuando ellos quieren lastimar a quien les hizo daño. La frase tuvo tal repercusión que otros personajes también la usaron en diversos episodios, para recordarnos que no debemos responder pagando con la misma moneda.

6. El Chavo, la Chilindrina y Quico nos enseñaron a “juegar” con la imaginación

Como el Chavo y la Chilindrina eran niños de bajos recursos, no tenían muchas cosas con las que jugar, pero eso no era un impedimento para ellos, ya que siempre apelaban a su imaginación para inventar historias y escenarios. Y aunque Quico y Ñoño hacían alarde de tener mejores juguetes, terminaban prestándolos y se unían a los juegos de los demás.

7. Don Ramón demostró que puedes ser “pobre pero honrado” y solidario

Don Ramón era un buscavida y un padre soltero que no tenía dinero ni siquiera para pagar la renta. Aun así, más de una vez ayudó al Chavo invitándolo a comer a su casa, comprándole alimentos o regalándole dinero a cambio de favores. A pesar de ser uno de los más humildes de la vecindad, era quien más se preocupaba por él.

8. La vecindad nos enseñó que se nos puede “chispotear”, pero que no debemos juzgar a las personas

En un capítulo, una serie de robos alertaron a la vecindad y los objetos sustraídos aparecieron en el barril del Chavo. Los vecinos, entonces, lo acusaron de ser el ladrón y él decidió dejar su hogar; pero como tenía la conciencia limpia, volvió para demostrar su inocencia. Finalmente, descubrieron al verdadero ladrón y la razón por la que las cosas aparecían en el sitio del Chavo. Así, todos se dieron cuenta del error que habían cometido al culparlo.

9. Don Ramón demostró cómo no corresponder al amor de otro sin lastimarlo

Fueron innumerables las veces en que Doña Clotilde intentó conquistar a Don Ramón, a pesar de que él no estaba interesado en ella. Aunque la señora era insistente con cumplidos y comida, Don Ramón nunca le faltó el respeto. Además, siempre regañaba a los niños cuando la llamaban por el sobrenombre de “Bruja del 71”.

10. El Señor Barriga enseñó que, a pesar de los golpes, debes seguir adelante

La llegada del Señor Barriga (Edgar Vivar) a la vecindad siempre era recibida con un golpe, pero sin importar lo lastimado que pudiera salir, él se recomponía y continuaba con sus actividades. Este puede ser un bonito mensaje, ya que, aunque la vida nos sorprenda con algo doloroso, podemos ser capaces de levantarnos y seguir con lo que nos proponemos. Al final, “lo último que se pierde es la barriga, señor Esperanza”.

11. La vecindad nos enseñó que una familia no solo está unida por el ADN

Aunque El Chavo era huérfano, nunca estuvo solo, porque sus amigos y vecinos siempre lo cuidaron, lo alimentaron, lo educaron y lo hicieron feliz. Fueron la familia que nunca tuvo. El Chavo del 8 es un gran ejemplo de que una comunidad, por más disfuncional y disparatada que parezca, puede ser también un dulce hogar.

¿Qué enseñanzas te ha dejado esta serie? ¿Cuáles son tus episodios o momentos favoritos del programa?

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