Comentarios sobre el artículo «17 Desafortunados que se convencieron por sí mismos de que la codicia humana no tiene fronteras ni límites»
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Cami Gomei
hace 1 año
Lo de juntar las sobras de otros clientes para comer es demasiado
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Gabriela Solano
hace 1 año
Cami Gomei
totalmente de acuerdo
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Elena Rayo
hace 1 año
Nunca llevaría ropa interior de segunda mano
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Gabriela Solano
hace 1 año
Elena Rayo
yo tampoco... que asco
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Ximena Agudeo
hace 1 año
Qué gente más tacaña hay por ahí suelta
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Suri Gomes
hace 1 año
Alucino con la historia del ex y el conejito de peluche
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Jenny
hace 1 año
Qué desastre el que metió cartón para tapar el agujero de los zapatos
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Eduardo Goffard
hace 1 año
¿Salió a comer con otra persona y tenían que pagarle la comida? O sea, el feminismo se termina cuando se trata de pagar las cuentas. Hombres y mujeres tienen los mismos derechos Y OBLIGACIONES. O si no, NO ES IGUALDAD.
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