11 Historias maravillosas que solo podían haberles pasado a los universitarios

Historias
hace 3 años

Los años universitarios son una época maravillosa, llena de momentos hermosos y sorprendentes. El primer amor, las fiestas, la romántica vida en la residencia... Y también la constante falta de dinero, noches sin dormir y maestros gruñones.

Genial.guru recopiló 11 historias encantadoras que demuestran que los años universitarios son una época difícil pero inolvidable en la vida de cada persona.

  • En una fiesta universitaria, mi compañera de clase (que sufría de la atención de un tipo extraño de nuestro curso), me pidió que pretendiera ser su novio y que me quedara sentado junto a ella por media hora, hasta que el sujeto se fuera. Y lo hice. Ella me besó en la mejilla. Después, la acompañé hasta la parada de autobuses, pero el hombre apareció y no la dejaba en paz. Le pedí que dejara tranquila a "mi novia", todo para ayudar a una compañera de clase. Nos salía bien fingir que estábamos saliendo. En resumen, hace poco ella dio a luz a mi segundo hijo. Creo que en algún momento exageré un poco con la ayuda...
  • Publico fotos en Instagram una vez al año. Y solo para que mis familiares no se olviden de cómo me veo. Estudiante de medicina.
  • Estoy yendo a casa en el metro de pie y con un terrible cansancio encima. Frente a mí va sentada una anciana que lee algo. Me quedo dormido y, de repente, el tren frena, haciendo que me caiga encima de la mujer. Por supuesto que inmediatamente me despierto y comienzo a disculparme. Las personas cercanas me llaman maleducado,y ella dice: "¿Por qué retan al chico? ¿No ven que es un estudiante? Debe tener hambre, pobrecito". Y luego me habla a mí: "No los escuches, no hiciste nada malo". Después saca de la cartera un bombón de chocolate y me lo da.
  • Cuando era estudiante rescaté a un gato, pero no tenía con qué alimentarlo porque no tenía dinero... Cuando comíamos fideos, yo le dejaba la única albóndiga al animal y me quedaba con la masa. ¡Pero ahora me ama mucho!
  • En mi universidad, el nombre de uno de los profesores era Helio Navarro y él, por supuesto, daba... química. Un joven no había asistido a sus clases. Un día, ese estudiante fue a dar un examen y les preguntó a sus amigos cuál era el nombre del maestro. Los chicos decidieron hacerle una broma y dijeron que se llamaba Helio Hidrógeno... Tuvo que volver a rendir.
  • Mi tío es profesor en una universidad. Me pidió comprarle un bolígrafo con esa tinta que desaparece después de un tiempo. Ayer llegó el pedido y hoy el hombre vino a visitarnos. Contento, me mira y dice: "¿Recuerdas que tenía ese grupo que no me gustaba? ¡Bueno, hoy les puse las notas con esa pluma!"
  • Pobres universitarios.
  • En los años 90 era una estudiante universitaria. Todos los días viajaba a casa con trasbordo y una vez olvidé la cartera en la parada final del autobús. Cuando me di cuenta, me sentí terriblemente mal: allí había dinero, llaves, ANOTACIONES y muchas otras cosas pequeñas pero importantes. Fui a la terminal, y un conductor entrado en años comenzó a preguntarme sobre el contenido de la billetera. ¡Mencioné cada una de las cosas! Pero él me respondió: "No nombraste todo, no te la voy a dar. ¿Qué es lo más importante para un estudiante?" Yo me puse a llorar, y él se echó a reír. Me entregó la cartera y dijo: "¡LOS SANDWICHES!"
  • Ser universitario es cuando cierras los ojos en la peluquería para que el cabello no se te meta en los ojos, y de repente te quedas dormido.
  • Me gradué de la universidad hace un par de años. Durante la preparación de la tesis, me di cuenta de que NADIE nunca la lee entera. A veces, ni siquiera el estudiante mismo. Aquí hay una cita del trabajo aprobado: "Se obtiene un parámetro de la evaluación del efecto del peso y la longitud de la lana de mamut en el débito de un pozo de petróleo".
  • Una vez bebí con un grupo de gente desconocida. Parecían típicos raperos. Entonces, de repente encendieron los parlantes, y quedé en shock. Prendimos fuego con Vivaldi de fondo, pusimos la mesa con las arias de Fígaro y así... Resultó que eran estudiantes del conservatorio. Beben como endemoniados, ¡pero son talentosos a más no poder!
  • Dos días antes del comienzo de clases, me mudé a una residencia universitaria. Compré dos patas de pollo para el almuerzo y decidí freírlas. Yo vivía en el 4° piso, y las cocinas estaban en el 3° y en el 1°. Tomé una sartén y fui a una de ellas, en donde no había nadie. Encendí la hornalla y me puse a cocinar. Las patas se doraron de un lado, y me di cuenta de que no tenía con qué darlas vuelta. De lo más tranquilo, dejé todo en el fuego y fui a buscar un tenedor. 3 minutos más tarde regresé, abrí la tapa, ¡y solo había una pata!

¿Qué momentos memorables te sucedieron a ti cuando eras estudiante universitario? ¡Compártelos en los comentarios!

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