El amor lo puede todo, incluso desafiar un pronóstico médico, y este padre y su pequeña lo demuestran

Historias
hace 1 año

Aunque los momentos difíciles puedan ser abrumadores, hay personas que nos recuerdan que el amor hace el camino más ligero. Un padre y su pequeña hija se han enfrentado juntos a una dura enfermedad y son el claro ejemplo de que la esperanza nos puede ayudar a hacer frente hasta a lo que se piensa imposible.

Un duro comienzo

Michelle y Michael son los amorosos padres de Lacey, una pequeña de dos años que, a pesar de su corta edad, ha tenido un camino difícil. Cuando Michelle estaba embarazada, ambos se sentían muy emocionados, pero un día después de enterarse de que tendrían una niña, los médicos detectaron en su bebé una condición llamada espina bífida, la cual afecta el desarrollo de la columna vertebral.

Después de algunas pruebas, los doctores vieron que la afección de Lacey había provocado que se formara una burbuja en su espalda. Tuvieron que hacerle una delicada cirugía, en la que la operaron aun estando dentro del vientre de su madre. Michelle tuvo que mantener estricto reposo durante los siguientes 3 meses que faltaban para dar a luz. Durante ese tiempo, Michael estuvo a su lado en todo.

Cuando Lacey nació, ya había pasado por una cirugía, tenía una gran cicatriz en su espalda y las piernas extendidas y parcialmente paralizadas. Pero sus visitas al hospital no habían terminado. A los cinco meses de edad, tuvo que pasar de nuevo por el quirófano por hidrocefalia, otra consecuencia de su condición, que hace que se produzca líquido dentro de la cabeza.

Afortunadamente, Lacey salió bien y se recuperó de la operación, siempre acompañada de sus padres. Siendo solo una bebé, demostró llevar dentro de sí una gran fortaleza.

Amor incondicional

“Solo porque la vida sea dura no significa que debas rendirte. ¡No renuncies!”. Al recibir el diagnóstico, varios doctores les dijeron a los padres de Lacey que lo más probable era que nunca podría caminar ni gatear y que su calidad de vida sería muy limitada. Ellos decidieron que darían lo mejor de sí como padres y comenzaron una travesía para apoyar incondicionalmente a su hija. Todos los días buscan mejorar la vida de su bebé y la hacen sentir amada.

Adaptarse a lo nuevo

Michael y Michelle prestan atención a las necesidades de su pequeña Lacey y se han ido adaptando a los retos que implica una condición con la que antes no se habían topado. A pesar del pronóstico de algunos médicos, hubo otros que sembraron un poco de esperanza en que Lacey algún día podría caminar.

Así que, desde un inicio, sus padres le enseñan todos los días a apoyarse, pararse, la llevan a terapias y la estimulan para mover sus pies. Su padre fabricó una pequeña silla de ruedas para que pudiera moverse con más facilidad en su hogar e incluso le enseñaron a prestar atención a sus piernas para no lastimarse.

Una bebé muy activa

“Está parcialmente paralizada, pero eso no la hace detenerse”. Aun con sus limitaciones, Lacey es una niña muy activa y alegre. Suele jugar haciendo travesuras por su casa mientras se impulsa con sus pequeños brazos. Por su falta de sensibilidad y lo mucho que se mueve, sus padres constantemente tienen que vigilar sus piernas para que no se lastime sin darse cuenta.

El sueño de caminar

“Las pequeñas cosas que otros podrían dar por sentadas son las cosas de las que están hechos los sueños para nosotros”. Aunque el progreso es lento y requiere de mucho esfuerzo, Lacey ha demostrado estar atenta a lo que le enseñan y poco a poco ha aprendido a ganar movilidad por sí misma. Ahora se para con más facilidad, aprendió a dar pasos y, con ayuda de una andadera, camina con más autonomía.

Así, después tanta incertidumbre, llegó el día que el pronóstico médico le dijo a Michael que tal vez no llegaría. “Siempre soñé con tomar la mano de mi hija y caminar”.

Propagando esperanza

Su padre ha registrado el progreso de su hija y comparte su camino a través de redes sociales con el nombre @Laughlikelacey, que se traduce al español como “Ríe como Lacey”. Así nos dice que debemos sonreír frente a cualquier reto, por más difícil que parezca.

Además de hacer conciencia acerca de la inclusión y cómo la discapacidad no le impide a su hija ser una niña feliz, su mensaje es de esperanza y fortaleza para inspirar a otros a enfrentar los obstáculos en la vida. Ningún científico tiene la capacidad de decidir si una vida vale la pena o no. “Cuando te digan que no es posible, no te des por vencido”.

¿Qué hicieron tus padres para demostrar su amor incondicional?

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