17 Historias sobre personas cuyo comportamiento rompió todos los estereotipos y patrones

Psicología
hace 3 años

Todos, al menos una vez en la vida, nos hemos enfrentado a prejuicios sobre nuestra apariencia, comportamiento o estatus social. La opinión pública tiene sus propias reglas: es por ella por lo que, a menudo, tomamos decisiones irracionales, tratando de construir nuestra vida sobre su base.

En Genial.guru estamos seguros de que cada uno de nosotros merece una buena actitud de parte de los demás, independientemente de nuestra apariencia o de la cantidad de ceros en nuestra cuenta bancaria. Para probarlo, encontramos 17 historias breves, cada una de las cuales puede poner el mundo que nos es familiar al revés.

  • Estaba sentada en la sala vip de un banco cuando entró un hombre descuidado: barbudo, desgreñado, con una chaqueta andrajosa con agujeros de quemaduras y zapatos gastados... Y de repente, todos comenzaron a alborotarse. Le llevaron café y lo invitaron a pasar a la cabina de inmediato. Pude verlo sacar del bolsillo un fajo de dinero en una bolsa de plástico sucia. En el camino de regreso, miré más de cerca y me di cuenta de que llevaba ropa de marca, solo que muy gastada. No sé qué clase de rey de los vagabundos era, pero realmente no hay que juzgar por las apariencias. © Zabastovka / Pikabu

  • Una vez, cuando tenía alrededor de 16 años, viajé en un tren. En el compartimiento de enfrente había cuatro hombres caucásicos. Por la noche, en una gran estación, salieron para hacer las compras... Yo pensé: “Bueno, ya empezó, ahora tendré que aguantarlos toda la noche”. Estaba sentada tensa, con la nariz metida en un libro. Y entonces, uno de ellos puso frutas y unos dulces en mi mesa y dijo: “Sírvase, señorita”. Y eso fue todo, ya no volvieron a acercarse a mí y se portaron muy decentemente. Gracias, gente que rompe estereotipos tontos. © “Oídoporahí” / Ideer

  • Fue hace mucho tiempo, en esos días trabajaba como cuidadora en una colonia de verano. Era el cambio de turno y ese día era el cumpleaños de una preciosa cuidadora, a la que su colega de otro grupo quiso felicitar con un ramo dulce. Vale la pena señalar que el joven era bastante grandote y parecía un delincuente empedernido. Y allí estaba, con un ramo muy bonito y bien pensado de papel ondulado y dulces. Después de regalarlo, le pregunté dónde lo había comprado. Y luego de un breve silencio, esta montaña desvió la mirada con las palabras: “Lo hice yo mismo”. © SDariaV / Pikabu

  • Sabes, estoy estudiando para ser bibliotecaria. Y te diré un secreto: no soy una solterona y no soy fea. En nuestro grupo, todas las chicas son hermosas, y cada una tiene muchos pretendientes, somos divertidas y sociables. Al fin y al cabo, cómo es una persona no depende de su profesión, estatus social o religión... ¡Así que abajo los estereotipos! Por qué todo el mundo está obsesionado con la opinión pública, ¡me saca de quicio! © “Oídoporahí” / Ideer

  • Un chico nuevo vino a trabajar a la oficina. Trabajó durante un año y hace poco comenzó a quejarse:
    — Nuestras señoras de la limpieza son increíblemente insolentes: todo el tiempo que llevo trabajando aquí las saludo y ellas simplemente me ignoran.
    — ¿Y no te pareció raro que nunca te hayan respondido?
    Es que tenemos un director de gran corazón que emplea a personas con discapacidades, y todas las señoras de la limpieza son sordomudas. Solo puedes saludarlas haciendo contacto visual directo y asintiendo con la cabeza. Y son mujeres muy simpáticas y sonrientes.
    El colega se sintió muy avergonzado. Fue a una tienda, compró una barra de chocolate para cada una y se las dio al día siguiente. Deberías haber visto sus caras y ojos felices, agradeciendo de manera mucho más expresiva que cualquier palabra. © drumaha / Pikabu

  • Conseguí un trabajo de analista de inteligencia de negocios en un gran banco suizo. Durante 6 días hábiles, solo vi trabajando a la chica que estaba enseñándome a mí. El resto resolvía crucigramas, leía cómics o incluso dibujaba en Excel, cambiando el tamaño y el color de las celdas. Mi estereotipo sobre la fiabilidad y la calidad de los bancos suizos está desmoronándose. Los propios trabajadores también se ríen: hicieron una insignia de “Empleado del año” y la pegaron en la máquina de café. © unknown author / Bash

  • Mi papá me contó una historia después de la cual dejó de juzgar a la gente por su exterior. Trabajaba como constructor, eran fines de los 90, principios de los 2000. Construyeron edificios de gran altura y ese día estaban sentados en la oficina: el director, mi padre, que era el ingeniero jefe, y un chico que era secretario-vendedor-estimador de precios. Entró una anciana mal vestida, con toda la ropa vieja, probablemente de la misma edad que mi padre. En sus manos solo había un bolso... Dijo que había venido a comprar un departamento de tres ambientes con dinero en efectivo. No le creyeron y empezaron a bromear diciendo; “Señora, de qué departamento habla. Mejor le damos nosotros un poco de dinero para que compre pan y leche”. La anciana volvió a preguntar persistentemente el precio. Finalmente se lo dijeron y no podían creer lo que veían cuando ella sacó de su bolso un paquete grueso. En él había dos bolsas de celofán, y dentro de cada una había dinero. Ella contó la cantidad necesaria y pronunció: “Lo compraré”. Mi padre me dijo que después de eso dejó de juzgar a la gente por su apariencia. © Lyashkakonya / Pikabu

  • Trabajaba en una gran cadena de tiendas de electrodomésticos. Un día estábamos esperando al director general, propietario de toda la red de esos negocios en todo el país. Afuera había estado lloviendo durante medio día, no había gente en la tienda. Y entonces entró un hombre con unos viejos jeans gastados (bueno, en apariencia), zapatillas raídas, una camiseta estirada... Pasó caminando, y la limpiadora nos asintió con la cabeza desde la esquina y nos lo señaló con expresión de importancia. Resultó que ese era el dueño: llegó en un lujoso Jeep, pero no se preocupaba en absoluto por la ropa. © Elena Chemoidan / Facebook

  • Hay una chica en mi clase. Es una de las que no son consideradas populares entre sus compañeros: no demasiado hermosa, atractiva o algo así. Sin embargo, es la más sincera y honesta de la escuela. Ahora estamos saliendo, ¡y me parece la chica más hermosa del mundo! © crimsonbolt405 / Reddit

  • Un hombre hinchado y sucio entró en nuestra tienda de electrodomésticos. Los guardias inmediatamente comenzaron a vigilarlo. Se acercaba a los vendedores y ellos se alejaban de él. El director de la tienda justo estaba en el pasillo, así que se acercó a él. Como resultado, el hombre compró un televisor de casi 1 300 USD. Y el director también le vendió un montón de accesorios especiales. Unas servilletas, el estabilizador... Este hombre le pidió que le ayudara a llevar todo al auto. Cuando el director regresó, contó que en la calle había un Jeep completamente sucio. Y, mientras cargaban las cosas, el hombre le contó que había tenido un descanso tremendamente largo en un viaje de pesca y que ahora tenía miedo de volver a casa con las manos vacías a enfrentar a su enojada esposa. Recordó que ella quería un televisor nuevo, así que pasó de camino a buscar su “deseo”. © Anidag78 / Pikabu

  • Un limpiador de la calle, nativo de Asia Central, barría un camino de la ciudad por la mañana y hablaba por unos manos libres el francés más puro y fluido. Los estereotipos salieron volando como palomas asustadas... © “Oídoporahí” / Ideer

  • Hace unos 3 años, olvidé mi nuevo teléfono en un café y lo descubrí recién cuando ya casi había llegado a la casa. Bueno, sufrí un poco, pero qué podía hacer. Un poco más tarde, mi hijo me llamó al teléfono de casa y me dijo que unos chicos lo llamaron porque habían encontrado mi celular. No solo eso, también terminaron llevándomelo directamente a mi hogar. Les ofrecí dinero, pero no lo aceptaron. © Vlada Milevskaya / Facebook

  • El otro día me subí a un autobús. No estaba abarrotado de gente, pero tampoco había demasiado lugar: solo había un asiento libre junto a una típica anciana de edad muy avanzada, que estaba murmurando algo para sí misma. La gente trataba de mantenerse alejada: ¿quién sabe qué está diciendo? Tal vez comience a hablarte si te le acercas... ¡¿Y si es una especie de bruja?!
    Bueno, estábamos viajando. La gente miraba con recelo a la anciana. La mujer periódicamente fruncía el ceño hacia las personas. Después de un par de paradas, de repente, con una voz de parodia deliberadamente alta, declaró: “¿Hola, Gaby? ¡No me lo vas a creer! ¡Imagínate, todavía hay salvajes que no saben lo que es un auricular de manos libres!”. Y se sacó el pañuelo de la cabeza y se volvió hacia la ventana. Por supuesto que no escuché el crujido del estereotipo romperse, pero creo que muchos se sintieron avergonzados. © unknown author / Bash

  • Llevo saliendo con una linda chica durante casi un año. Su altura es de 160 cm como máximo, es delgada, a menudo usa vestidos, ama los musicales. Un día decidí ir a visitarla de sorpresa, tenía la llave de su departamento. Abrí la puerta y escuché unos sonidos inhumanos. Una mezcla de un jabalí moribundo y sonidos del inframundo. Asustado, entré y vi a mi amada creación cantando con un grupo de rock de fondo. Bueno “cantando” es una forma de decir, más bien era growling (growling: técnica vocal extrema, aclaración de Genial.guru). A todo volumen, de tal forma que cualquier metalero envidiaría. Todos mis estereotipos quedaron rotos y solo pedí que fuera yo quien les cantara canciones de cuna a nuestros hijos. © “Oídoporahí” / Ideer

  • Trabajaba en una pretenciosa tienda de informática. Vinieron dos ancianas en abrigos de piel de felpa (era 2001). Compraron equipos por el valor de mi salario anual. Yo las asesoré y luego también les instalé los productos en su casa. Resultó que eran hermanas, maestras de física y matemáticas, y ganaban dinero con tutorías. Me entregaron todo el equipo viejo como parte de pago. © KHTN1311 / Pikabu

¿Con qué estereotipos curiosos que todavía tiene la sociedad te has encontrado?

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