Test de personalidad: ¿Cómo sostienes la taza?

Psicología
hace 5 años

Nuestros hábitos son, en gran medida, un reflejo de nuestras peculiaridades psicológicas individuales. Es por eso que los gestos pueden revelar mucho sobre el estado de ánimo en un momento concreto de una persona. No en vano, el análisis del comportamiento no tiene por qué terminar en eso: los gestos que se repiten una y otra vez demuestran también los rasgos del carácter más profundos. Por ejemplo, puedes aproximarte a saber qué tipo de persona se sienta frente a ti, prestando atención solo a cómo sostiene una taza o un vaso.

Genial.guru analizó estudios sobre gestos típicos que son inherentes en las personas con diferentes tipos de carácter y en qué forma se manifiestan cuando se toma café, té o una infusión. Averigua un poco más sobre ti mismo y prueba a repetir este truco con tus amigos: ¿coincide con la descripción?

1. Sostienes el asa sacando el dedo meñique

2. Sujetas la taza con ambas manos

3. Sostienes el asa, cerrando tu mano como un puño

4. La mantienes cerca de la base o la sujetas por la misma

5. Sujetas por el asa, apoyándote también en la otra mano

6. La sostienes con tus dedos por el borde superior

¿Elegiste? Aquí viene la descripción

Opción número 1. Eres un líder nato: confías en ti mismo, en tus fuerzas y siempre sabes exactamente lo que quieres de la vida. Y solo quieres lo mejor. Te sientes muy bien cuando tú llevas la gestión, sabes tomar decisiones en situaciones de emergencia y ordenar a las personas de manera efectiva. Al mismo tiempo, gozas de un corazón bondadoso y puedes encontrar fácilmente un lenguaje común con casi cualquier persona, mientras que tus compañeros de trabajo y numerosos amigos, por regla general, te adoran y siempre se esfuerzan por comunicarse contigo.

La desventaja más importante es que pecas de cierto narcisismo y, a veces, de una excesiva seguridad en ti mismo, que puede convertirse en arrogancia y generarte problemas. Trata de vigilar esta peculiaridad de tu carácter y mantenerla bajo control para protegerte de problemas innecesarios.

Opción número 2. Eres un excelente jugador en equipo: un gran oyente con una empatía desarrollada, puedes empatizar con sinceridad en una comunicación personal y ser el alma para cualquier compañía. Gracias a tu flexibilidad y franqueza, encuentras fácilmente un lenguaje común con tus compañeros de trabajo y sintonizas con la onda del equipo, mientras que la capacidad de conseguir tus metas y perseverancia natos estimulan en gran medida tu productividad. Te adaptas fácilmente a los cambios y condiciones diferentes y, a menudo, resultas ser la persona más alegre del grupo de amigos gracias a tu buen sentido del humor.

Tu problema parte de uno de tus propios méritos: como jugador de equipo, a veces, no puedes lucir solo ni demostrar tu valía a título individual. Te nutres de la energía del equipo, pero no siempre puedes producirla cuando estás a solas contigo mismo. Si sueñas con convertirte en el “jefe principal” algún día, trata de desarrollar habilidades de liderazgo individuales.

Opción número 3. Eres la verdadera encarnación de la calma y la prudencia. Cuesta sacarte de tus casillas gracias a una mente fría, que te permite no desperdiciar tus emociones en vano y salir victorioso incluso de las situaciones más difíciles y atascadas. No toleras las injusticias, siempre estás dispuesto a defender a la persona más débil e injustamente ofendida. Dentro de ti, por supuesto, como cualquier persona normal, a veces, habita una gran variedad de emociones, pero leerlas en tu rostro se antoja casi imposible.

Esta frialdad también puede conducir a tu aislamiento. Al mirar a tu rostro impasible, las personas temen preocuparte o molestarte con algo, incluso si quieren mostrarte su apoyo o animarte. Debes ser más abierto y no tener miedo de mostrar tus emociones, al menos, en el seno familiar y entre amigos para enseñarles que los ama y siempre estás feliz de comunicarte con ellos.

Opción número 4. Eres una persona extremadamente cautelosa y reflexiva. Prefieres meditar de antemano y con cuidado, tanto tus palabras como tus acciones, al objeto de no tener que pagar las consecuencias más tarde. En situaciones difíciles, siempre te guías por la lógica y en los asuntos del amor, escuchas a la razón en vez de a tu corazón. No toleras la soledad y prefieres estar rodeado de gente.

Parte de tu debilidad se sustenta en el hecho de que, a veces, bajo la presión de las emociones y el temor a no cometer un error, tu precaución razonable se convierte en una aprehensión poco saludable que te impide pensar objetivamente y te priva de muchas alegrías y oportunidades prometedoras. Confiar en los argumentos y los hechos es bueno, pero al menos, de vez en cuando, permítete escuchar y seguir la voz de tu intuición.

Opción número 5. Eres todo vulnerabilidad e impresionabilidad. Percibes con sensibilidad a los demás y no toleras una actitud superficial hacia ti mismo. Tus amigos serán solo aquellas personas que han sido capaces de ver en ti a tu niño interior y lo aceptan con todas sus rarezas y peculiaridades, así como también te regalan su atención ilimitada a cambio de tu lealtad y afecto. Realmente necesitas ternura y cuidado y no te gusta asumir las responsabilidades de otras personas ni tomar decisiones complicadas. Te resulta vitalmente necesario tener a una persona amorosa que sea capaz de protegerte de las dificultades de la vida.

Por contra, esa sensibilidad a veces te hace demasiado infantil. Si no trabajas sobre tu personalidad desarrollando tu autosuficiencia y una mente más estable, corres el riesgo de convertirte en un caprichoso insoportable y, al mismo tiempo, una persona muy dependiente de los demás, casi imposible de tolerar por muchos.

Opción número 6. Eres aficionado a lograr la máxima comodidad. No estás acostumbrado a preocuparte en vano, siempre te encuentras en el modo “ahorro de energía” y nunca prestas atención a los problemas menores. Tu tranquilidad no es el resultado de una concentración dolorosa, sino un estilo de vida. Al mismo tiempo, no eres una persona complicada y nunca te negarás a participar en una aventura divertida, por lo que muchas personas, que no te conocen de cerca, pueden considerarte un aventurero. Siempre tienes energía y, a diferencia de muchos, no sufres de la fatiga crónica ni de la impotencia, por lo que también eres un ejemplo a seguir como persona verdaderamente independiente.

El único peligro que te espera es el hábito de no reflexionar nada con antelación. No se trata de calcular cada paso que quieres, condenándote así al sufrimiento. Pero en situaciones complicadas y enredadas de la vida, cuando sientes que algo no va según lo previsto, es mejor tratar de prever posibles salidas y movimientos en vez de esperar humildemente lo que te deparará el destino, ya que a veces las consecuencias pueden ser muy desagradables.

Ilustrador Daniil Shubin para Genial.guru

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