Por qué la gente culpa a la víctima por una desgracia, y no al criminal

Psicología
hace 4 años

“¡La culpa es tuya, no deberías haberte casado con un tirano!”, “¡Tenías que mirar a tu alrededor cuando cruzaste la carretera!”, “¡Si no presumieras de tu nuevo teléfono no te lo habrían robado!”, A menudo, las personas reaccionan a las tragedias como si la víctima, deliberadamente, hubiera provocado lo sucedido. Pero, ¿son justas estas afirmaciones? Y, ¿por qué son tan comunes? Sorprendentemente, la respuesta radica en el anhelo humano de que reine la justicia.

Genial.guru ha querido tratar de averiguar de dónde proviene el deseo de culpar a la víctima de una situación desagradable y por qué esto no beneficia a nadie.

Fe en un mundo justo

La fe en un mundo justo, o la Teoría del Mundo Justo, es un trastorno cognitivo que se basa en el hecho de que las personas reciben lo que merecen en base a sus cualidades y acciones. Es decir, la gente buena merece recompensas, mientras que la mala, castigos. En pocas palabras, la gente quiere creer que el mundo es justo. Y cuando se topan con acontecimientos que refutan esta afirmación, es más fácil para ellos relacionar los hechos con una “mala conducta” de la víctima. Es más fácil culparla a ella que reconocer que una tragedia así puede pasarle a cualquiera, independientemente de sus acciones.

Esto conduce al hecho de que, no solo se culpa a las víctimas de delitos e intimidaciones, sino incluso a pacientes con enfermedades, por ejemplo, aquellos que sufren de cáncer de estómago o neumonía. A los pobres también se les suele atribuir la plena responsabilidad de su situación, ignorando los factores que contribuyen al deterioro de la salud.

La existencia de este sesgo cognitivo se ha confirmado en múltiples experimentos. Por ejemplo, a los participantes de un estudio les mostraron cómo a otras personas les daban descargas eléctricas (estas eran incómodas, pero no peligrosas para la salud). Al principio, los observadores estaban preocupados por lo que sucedía, pero cuando se daban cuenta de que no podían intervenir y poner fin a la prueba, comenzaron a atribuir rasgos negativos a las víctimas. Pero cuando a los participantes se les dijo que las personas recibirían una compensación por esta prueba, entonces no trataban de encontrar una excusa para la injusticia.

La víctima se culpa a sí misma

Son comunes las situaciones en las que las víctimas de un crimen se consideran culpables, aunque para eso no exista ninguna razón. Esta es una de las consecuencias de la fe en un mundo justo. La víctima puede considerar que, si no se lo merecía, de algún modo, atrajo a la tragedia, por ejemplo, se comportó mal o debería haber previsto lo que sucedió.

¿Por qué ocurre esto? Una de las razones puede ser los comentarios de los demás: cuando la mayoría te considera culpable, es fácil creerlo y transmitir esta opinión aún más. Otra razón es que tal comportamiento crea en la víctima una sensación de control sobre la situación y su vida que había perdido debido a lo que sucedió.

Error fundamental de la atribución

El error fundamental de atribución es la tendencia a explicar las acciones de los demás por sus características personales, mientras que el comportamiento propio en base a circunstancias externas. Es decir, cuando una persona descubre que su compañero de clase reprobó el examen, primero supone que era perezoso y acudió a la prueba mal preparado. Si ella misma reprobó el examen, recuerda los factores externos: el profesor era demasiado quisquilloso, le tocó una pregunta difícil, era complicado concentrarse por los que la rodeaban y así sucesivamente.

Lo mismo ocurre con las víctimas de delitos: las personas ven la causa de la tragedia en las cualidades personales de la persona afectada. Les parece que la víctima acabó en esta situación debido a su carácter y sus propias acciones. Por ejemplo, era demasiado descuidado, imprudente y se buscó este problema.

El deseo de proteger a su grupo

A veces culpar a las víctimas es una reacción defensiva. Para algunas personas, son imprescindibles los valores necesarios para unir y preservar la comunidad (por ejemplo, dedicación y sumisión al liderazgo). Consideran que la protección del grupo es más importante que tener en cuenta las características propias del individuo (por ejemplo, a menudo, apoyan sanciones severas por traición).

Tales creencias dejan su huella en su actitud hacia las víctimas. Un estudio reveló que este tipo de personas tienen más probabilidades de responsabilizar a las víctimas de una violación y un robo por la tragedia que les sucedió, al menos en parte.

Juicio retrospectivo

Esta característica también se llama el fenómeno de “¡Lo sabía!”. Cuando las personas recuerdan algún hecho del pasado, sienten que podrían haber previsto el resultado negativo y comportarse de manera diferente: “¡Oh, si hubiera ido a esa tienda, no habría pagado en exceso por las zapatillas de deporte en otra!”.

Este juicio retrospectivo, las personas lo transfieren también a los demás, incluidas las víctimas de delitos o accidentes: “¿Te has intoxicado en un restaurante? ¡No tenías que haber ido a un lugar nuevo!”. La gente piensa que la víctima podría haber previsto el resultado y así salvarse del mismo.

¿La gente siempre culpará a las víctimas?

Resulta que la tendencia a culpar a la víctima es inherente en las personas. ¿De verdad, no podemos hacer nada al respecto? Sí, podemos. La solución es sorprendentemente sencilla.

Los investigadores repitieron el experimento que mencionamos al principio de este artículo. Pero esta vez, pidieron a los participantes que no solo observaran cómo las personas pasaban por la prueba, sino que imaginasen cómo se sentirían ellos en su lugar. Esto fue suficiente para desencadenar una reacción empática que redujo la tendencia de los participantes a culpar a la víctima.

Si recordamos de dónde proviene el problema de acusación de la víctima, será más fácil para nosotros rastrear nuestras emociones y ponernos en el lugar del afectado. Así, tal vez, no saldrá de la boca de alguien la típica frase de “te lo buscaste tú mismo”.

Cuéntanos, ¿has presenciado alguna vez cómo se acusaba a una víctima de ser culpable del daño recibido? ¿De qué lado estabas?

Ilustrador Daniil Shubin para Genial.guru

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