Yo soy malísima para guardar secretos
Por qué tenemos la tentación de revelar nuestros secretos, según una investigación

Los humanos tenemos secretos (algunos más que otros), y podemos ser esclavos de ellos. Somos capaces de hacer cuanto esté a nuestro alcance para que no lleguen a oídos de los demás. Pero, como contracara, existe un impulso que también nos esclaviza: la necesidad de contarlos, de revelarle al mundo eso que tanto ocultamos y que nos dejará expuestos ante todos. O, también, que dejará expuesta a la persona que nos confesó algo que juramos no revelar.
Genial.guru buscó información sobre el tema y quiere compartir con sus lectores algunas razones por las cuales los secretos son tan importantes en nuestra vida, además de hablarles acerca de por qué nos cuesta tanto guardarlos.
Los secretos y la tentación
Le pasa a la mayoría de las personas (aunque difícilmente alguien sea capaz de reconocerlo): se jura absoluta discreción, “llevarse a la tumba” aquello que otro le ha contado bajo la condición de que se mantuviera en secreto, y, sin embargo, existe algo en nosotros que nos hace rumiar alrededor de lo que callamos. Nos movemos por los bordes de ese silencio prometido o autoprometido con la secreta esperanza de trastabillar y caer en la confesión. ¿Por qué?
Esa pregunta, sin dudas, lleva a otras: ¿nos atrae la necesidad de revelar algo? ¿Somos incapaces de comprometernos con los que prometimos? ¿Disfrutamos de hacer públicas las miserias de los demás? ¿Nos resulta atractivo exponer aquello que creemos que puede perjudicarnos? ¿Sentimos placer al delatarnos a nosotros mismos? Las preguntas son interminables, y las respuestas pueden ser miles.
Es por eso que un grupo de investigadores se propuso darle a este tema un marco académico, con el propósito de analizar con rigor nuestra relación con los secretos.
La investigación
Una investigación llevada adelante por miembros de la Universidad de Columbia, llamada “La experiencia del secreto”, mostró el análisis de 10 estudios que ponen el foco en la relación de los seres humanos con los secretos. Para el trabajo se realizaron entrevistas que recopilaron secretos catalogados en 38 categorías. Se trata de un trabajo completo en el que cada uno de los estudios intentaba obtener respuestas sobre distintos aspectos de los secretos de los entrevistados.
Los puntos más atractivos sobre los que indagó el estudio son los siguientes:
- ¿Cuál es el promedio de secretos que guarda una persona?
- ¿Cuánto afectan los secretos a nuestro bienestar mental?
- ¿Por qué necesitamos revelarlos?
- ¿En qué forma influyen nuestros secretos en nuestra vida social?
- ¿Con qué temas están vinculados?
Conclusiones
Aunque no se ha agotado el tema, el trabajo permite sacar algunas conclusiones que ayudan a tener un mayor conocimiento sobre cómo se vinculan las personas con los secretos, obligándonos también a reflexionar sobre nuestra propia relación con aquello que callamos. A modo de síntesis, podemos extraer lo siguiente:
- Al momento de realizar el estudio, en promedio, las personas entrevistadas guardaban 13 secretos.
- Al contrario de la creencia, no es común que los secretos pugnen por salir en las reuniones sociales. La lucha ante la tentación de no revelarlos públicamente no parece ser un problema para la gran mayoría de las personas, según la investigación.
- En realidad, el secreto pesa en el fuero íntimo. Ahí está el verdadero conflicto, y eso hace le dediquemos a lo que ocultamos buena parte de nuestros pensamientos. Lo que callamos suele absorber nuestra atención, rondamos en torno a nuestros secretos y así los mantenemos en actividad, hacemos que ocupen un lugar de relevancia en nuestra vida. Eso puede ocasionarnos ansiedad, angustia, culpa y otros tipos de malestares. Un buen ejemplo de eso puede encontrarse en el cuento El corazón delator, de Edgar Allan Poe, donde un personaje se ve atormentado por un secreto terrible, a tal punto que llega a alucinar.
- Cuando se revela un secreto, se experimenta una catarsis. La persona siente que se ha quitado un peso de encima. Sin embargo, eso no significa que el resultado de hacerlo sea positivo, ya que está condicionado a la reacción del interlocutor y, también, a la conversación posterior que se mantenga con él. Por lo tanto, puede entenderse que la tentación de revelar un secreto quizás tenga más relación con liberarnos de una carga que con exponernos o exponer a otros.
- Los temas que se relacionan mayormente con nuestros secretos son: elecciones personales, la pareja, el sexo, la infidelidad y la traición.
¿Has revelado algún secreto después de guardarlo por muchos años? ¿Alguien ha revelado algo que tú le habías confiado? ¿Cuántos secretos guardas en este momento de tu vida? Por favor, cuéntanos en los comentarios.
Comentarios
A mí me cuesta guardar los míos, pero para los de los demás soy una tumba
Yo prefiero no saber secretos porque se me escapan
Totalmente de acuerdo en los temas más típicos de los secretos
Yo cuando cuento mis secretos me quedo como liberada
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