El sombrero de ala ancha y plana se ha convertido en una especie de marca registrada de todos los vaqueros, pero en realidad nadie los llevaba en el viejo Oeste. Los vaqueros, o, mejor dicho, los ganaderos, eran en su mayoría hombres analfabetos que realizaban trabajos sucios con trapos igualmente sucios, y esos sombreros eran caros. Muy caros. Esos hombres no podían permitírselos, aunque quisieran, y no lo hacían. Los sombreros anchos eran poco prácticos, ya que pesaban y estorbaban. La mayoría de los vaqueros prefieren los bombines ligeros. Ahora imagina a ese legendario Clint Eastwood entrecerrando los ojos bajo el ala de un bombín. No, mantengamos los anchos en las películas del oeste.
Así que, ¿con qué tipo de gasolina llenas el tanque? Bueno, los tacos suelen ser suficientes para mí, pero en la gasolinera, probablemente habrás notado diferentes pestañas con algunos números en los botones del surtidor de gasolina. Son los niveles de octanaje, que varían desde el regular y el medio hasta prémium. Cada uno proporciona un nivel diferente de octanaje que tu tipo de motor específico requiere para funcionar eficazmente. Tu elección debe basarse en la relación de compresión del motor. Por lo tanto, el mito de usar prémium para un carro que requiere gasolina regular para obtener un mejor rendimiento o para mejorar la salud del motor es falso. Es mejor quedarte con el combustible recomendado para tu auto. Ahorrarás dinero comprando el correcto. Pero ¿qué pasa si llenas el depósito en una mañana fría, dejando que el combustible se reduzca? ¿No hará que sea más denso, proporcionando más valor por tu dólar? Este es otro mito falso. Los tanques de suministro están enterrados a tanta profundidad que la temperatura del interior no cambia en absoluto.
En enero de 1996, Charles O’Rear conducía desde su casa en Napa Valley, California, a visitar a su novia que vivía en San Francisco. Era algo que hacía todos los viernes por la tarde. Pero esta vez, ¡terminó tomando una de las fotos más vistas de la historia! Charles llevaba trabajando como fotógrafo de National Geographic por 25 años. En ese momento, estaba recolectando materiales para un libro. Probablemente por eso no pudo simplemente pasar por esos caminos con curvas, uvas maduras y exuberantes campos verdes. Solo tomó cuatro fotos usando una cámara analógica. Llamó a la imagen Bucolic Green Hills y la envió a Westlight, una agencia de fotografía. Un par de años más tarde, Microsoft encontró y amó tanto la foto que la eligió como fondo de pantalla para su nuevo sistema operativo Windows XP.
El cociente intelectual es un indicador que mide qué tan por encima o por debajo de su grupo de pares se encuentra una persona en relación con su habilidad mental. Por supuesto que se trata de un número y, teniendo en cuenta la teoría de las inteligencias múltiples, probablemente el IQ esté muy lejos de definir o condicionar las capacidades de un ser humano. Sin embargo, siempre resulta atractivo saber cuál es el cociente intelectual de los famosos, tarea que se vuelve aún mejor si los comparamos con grandes genios de la historia.
En serio, ¿cómo podría un “grano de polen” cambiar el mundo? Bueno, ¡sí que lo hizo! En 1827, Robert Brown, el principal botánico de Inglaterra antes de Charles Darwin, estaba estudiando la polinización de las plantas cuando notó que algo extraño pasaba bajo su microscopio. Un grano de polen se movía en una gota de agua. Brown observó con curiosidad el grano de polen a través de su microscopio durante mucho tiempo, y nunca dejó de moverse. Seguía temblando y estremeciéndose. No había ningún patrón en absoluto, solo un zigzag aleatorio y continuo. No podía entender por qué. Robert Brown trató diligentemente de averiguarlo. Intentó cambiar la temperatura de la gota en la que estaba suspendido el grano de polen. La enfrió. Este zigzagueaba menos. Calentó la gota de agua y zigzagueó más.
Nueva York, 1991. Una hermosa mujer de cabello negro y oscuro está sentada en el despacho de una famosa revista estadounidense. Mira hacia la esquina más alejada de la habitación. Hay una enorme pila de sobres cerrados. En los últimos meses ha recibido unas 10 000 cartas de todo el país. Se las envían todos los días. Alguien llama a la puerta. Un joven le informa que tiene correo nuevo. Le da a la mujer un paquete de cartas y se va. Ella abre uno de los sobres e inmediatamente lo arroja a un lado. “¡Tú eres una cabra!”, dice la carta. La mujer abre otra. “¡Estás completamente equivocada! ¡No deberías trabajar ahí!”.
Hoy en día, hay al menos cuatro misterios apremiantes que la física aún debe resolver. Los humanos siempre han querido volar, pero siempre ha parecido imposible. Los antiguos griegos contaban el mito de Dédalo y su hijo Ícaro, que se construyeron unas alas de plumas y cera y salieron volando de la torre en la que estaban encerrados. Pero ese era solo un mito. Alrededor del año 1500 d. C., Leonardo da Vinci construyó varios artilugios de madera con los que esperaba que los humanos pudieran volar. Pero no funcionaron. Obviamente, había un problema de física que debía resolverse.
¡Oh, no! Tu gato acaba de tirar tu taza. El café cayó sobre tu alfombra cara. Congelemos el tiempo y veamos exactamente cuánto tarda el café en derramarse por el suelo. En un tiempo normal, necesitaríamos cerca de un segundo para que el impacto en la taza y la gravedad hagan su trabajo. Tu gato pone una mirada amenazante mientras lo hace. Cielos... Un video de 24 o 25 fotogramas por segundo avanza exactamente a la misma velocidad que la vida real. Cuando se hicieron las primeras películas, las cámaras no tenían la tecnología necesaria como para soportar 25 fotogramas. Por eso, los movimientos parecían rápidos y exagerados. Si avanzamos hasta la actualidad, veremos que disponemos de una tecnología capaz de captar hasta el más mínimo detalle.
Cada tanto, Internet reflota historias de una época en la que no todo era inmediato. Una de ellas es la de Cha Sa-soon, una mujer coreana que pasó de ser una completa desconocida de un pueblito a convertirse en una especie de celebridad nacional por su paciencia y tenacidad.
El debate sobre la medición de la inteligencia o si existen inteligencias múltiples, como lo propuso en su teoría el psicólogo de Harvard Howard Gardner, es una constante. Pero mientras son peras o son manzanas, lo cierto es que existen las pruebas de inteligencia, las cuales miden las habilidades intelectuales de una persona, así como su potencial. Estos test no se centran en el conocimiento, sino que son útiles para reflejar habilidades cognitivas como el razonamiento, la lógica y la resolución de problemas.
La creatividad no es un atributo reservado únicamente para los pocos afortunados que nacen con esta capacidad innata. Se trata de sentir fascinación por el mundo que nos rodea, de estimular nuestra mente para que busque el detalle y se asombre, sin dejar de utilizar a veces el humor. Es una habilidad esencial que nos saca de nuestra rutina diaria de forma divertida. Al fin y al cabo, el gran Albert Einstein dijo una vez: “La creatividad es la inteligencia divirtiéndose”.
Según un estudio realizado en 2006 por investigadores de la Universidad Lafayette y de la Universidad Johns Hopkins, las personas zurdas con estudios universitarios ganan entre un 10 % y un 15 % más que sus homólogos diestros. Ocupando casi el 10 % de la población total, muchos humanos excepcionales de la historia como Leonardo da Vinci, Bill Gates, Aristóteles y Marie Curie, eran zurdos.
Todo el mundo tiene algo en sí mismo que lo hace especial. Sin embargo, en el fondo, tenemos muchas similitudes que nos conectan como especie. Los humanos somos idénticos en un 99 % a nivel genético debido a nuestros ancestros comunes y a la composición de nuestro genoma. Por lo tanto, la diferencia del 1 % puede dar lugar a una variación fantástica en la apariencia que va desde tener un pulgar flexible hasta ser ambidiestro.
Absolutamente todos, en algún momento de nuestra vida, hemos soñado con tener nuestro escritorio, cocina o habitación con un aspecto impoluto. Eso fue lo que nos inculcaron de niños, que el orden está ligado al éxito, la disciplina y la productividad, y crecimos con esa idea. Pero ¿qué pensarías si te contáramos que grandes genios como Albert Einstein, Steve Jobs o Mark Twain eran terriblemente desordenados?
Uno de los dichos más populares sobre el cerebro es que solo utilizamos el 10 % de su capacidad. Esta es una de las premisas en la película Sin límites, protagonizada por Bradley Cooper, y allí queda muy bien. Sin embargo, en el mundo real, esto es falso.
Es muy probable que cuando tus padres te hablan de cómo era su vida a tu edad, te sorprendas de los enormes cambios que se han producido en un par de décadas, sobre todo en estos tiempos donde la tecnología ha avanzado a pasos agigantados. Ahora imagina la enorme cantidad de transformaciones que ha habido en la sociedad desde el siglo XIX: estamos hablando de un mundo completamente diferente.
Por supuesto, siempre hubo y siempre habrá profesores realmente excelentes que aman tanto su materia como a los alumnos. Pero existen desafortunadas excepciones: docentes que hicieron sufrir a más de una generación de estudiantes. Y sus prejuicios y el hecho de tener alumnos favoritos es solo el comienzo.
“Si al principio la idea no es absurda, entonces no hay esperanza para ella”: esta cita de Albert Einstein probablemente guio a algunos de los siguientes diseñadores. De lo contrario, es difícil explicar el sentido de un banco en el que una persona cansada no puede descansar, o de una falda que parece cubierta de barro.
Todo actor busca ser reconocido en distintos rincones del mundo, hasta el punto en que el público lo recuerde con solo escuchar su nombre. Sin embargo, ha ocurrido más de una vez que desde otras disciplinas, hay gente famosa y destacada cuyo nombre y apellido es similar e incluso igual al de los actores o actrices. Lo más sorprendente es que los tocayos no comparten lazos sanguíneos cercanos.
En promedio, los seres humanos tenemos un coeficiente intelectual de 100 puntos; aquellos que alcanzan un puntaje igual o mayor a 130 son considerados superdotados. Podríamos pensar que solamente son “genios” aquellos que han inventado algo o que son muy famosos por sus creaciones o sus descubrimientos, como el propio Albert Einstein, pero hay personas que superan su capacidad intelectual.
Como dijo una vez Albert Einstein: “La educación no es el aprendizaje de datos, sino el entrenamiento de la mente para pensar”. Teniendo esto en cuenta, pensamos en aprovechar esta oportunidad para pasar un buen rato y desarrollar tu poder cerebral. Le pedimos a nuestro talentoso equipo de ilustradores que creará algunos acertijos creativos; cada uno de ellos tiene un error oculto o algo fuera de lugar. ¿Podrás descifrarlos todos?
Sigmund Freud, Blaise Pascal, Albert Einstein y Friedrich Nietzsche hablaron sobre el azar, pero la frase “los accidentes no existen”, la cual precisamente hace referencia a una casualidad, se sigue atribuyendo al maestro Oogway de la película Kung Fu Panda. Y no es importante quién fue el primero en formular este pensamiento con claridad, lo importante es que está clara y acertadamente formulado.
El término trolling fue usado por primera vez en el contexto del Internet en 1996. Inicialmente, se consideraba que este fenómeno era propio de las redes sociales, pero ahora se puede encontrar frecuentemente en la vida real. En general, podría decirse que desde antes; si echas un vistazo a la biografía de Pushkin, Mark Twain o Einstein, nos queda claro que troleaban a los demás antes de la invención de la realidad virtual.
Albert Einstein tuvo un coeficiente intelectual (IQ) estimado en 160, el de Isaac Newton es 190 y el de Mark Zuckerburg es de 152. Estos hombres famosos son conocidos como genios absolutos del mundo entero. ¡Pero hubo un tiempo en el que existió una persona, cuyo coeficiente intelectual se decía que rondaba entre 250 y 300! William James Sidis, el hombre más inteligente que alguna vez ha pisado la Tierra, un niño prodigio y matemático excepcional, un maestro en múltiples dialectos y un autor talentoso también. Pero por desgracia, pocos han oído hablar de él.
Albert Einstein una vez dijo: “Si juzgas a un pez por su habilidad para trepar árboles, vivirá toda su vida pensando que es un inútil”. El tiempo ha demostrado que el genio prácticamente estuvo acertado. Sin embargo, las personas frecuentemente forman sus opiniones sobre otros en base a su apariencia o la belleza de su escritura. Usuarios de Reddit no se avergonzaron de compartir tales casos de su propia vida.
Recordamos a las personas famosas del siglo pasado tal y como fueron mostradas por fotografías tomadas en la cima de su popularidad y difundidas por muchos medios de comunicación. Por ejemplo, al mencionar a Salvador Dalí, a la mente probablemente se te venga la imagen de un hombre con una mirada y bigotes locos. Pero en la memoria de sus seres queridos y amigos, el artista quedará para siempre como un anciano extravagante con canas.
¿Es verdad que Albert Einstein no era bueno en matemáticas en la escuela? ¿O que los polluelos no deben tocarse, y que la leche es el mejor alimento para los gatos? Muchas cosas de las que nunca hemos dudado resultan ser conceptos equivocados. Por eso, los usuarios de Reddit decidieron disipar los mitos más comunes y contar cómo son las cosas realmente.
Los científicos dicen que un alto nivel del coeficiente intelectual no es una señal de genialidad. Es imposible evaluar las capacidades intelectuales de un niño con ayuda de un solo test. Sin embargo, existen claros indicios que señalan que tu hijo tendrá un gran futuro. Posiblemente se convierta en un famoso pintor, un exitoso hombre de negocios o un político de fama mundial. Solamente es importante observar los talentos del niño y desarrollarlos.
Durante ya más de dos siglos, el museo Madame Tussauds crea copias de personas de cera y realmente es difícil distinguirlos del original. Hoy en día, no solo es un museo, sino una famosa marca con más de 20 sucursales en todo el mundo. Sin embargo, toda esta obra de arte comienza con el trabajo de un verdadero maestro. Anteriormente las copias de estos famosos eran creados por la misma Madame Tussaud, hoy en día, un equipo de especialistas trabaja en cada figura: unos eligen el color de los ojos y cabello, algunos se ocupan de maquillaje y otros seleccionan los accesorios necesarios.
Los genios como Benjamin Franklin, Isaac Asimov, Henry Ford, Isaac Newton y Albert Einstein no tuvieron ninguna ventaja para comenzar sus carreras. Muchos escritores y científicos conocidos dicen que todo el asunto está en la disciplina, y no en el talento o la inspiración. Estas personas sabían cómo distribuir correctamente su tiempo y gracias a ello conseguían hacer más cosas y de mejor calidad que el resto de las personas.
Acorralados por una situación desagradable, muchos de nosotros nos sentimos perdidos y no sabemos ni cómo actuar ni qué responder. El tiempo pasa, reconstruimos lo sucedido en nuestra mente y, por supuesto, encontramos la solución acorde a las circunstancias. Pero ¿qué hacer si eres una persona famosa y cualquier demora te puede costar la reputación o incluso tu trayectoria profesional? Al final de este artículo, encontrarás una historia al borde del abismo sobre una celebridad que, gracias a su compostura e ingenio, salió magistralmente de una situación cuanto menos embarazosa.
¡Cuánta información interesante queda detrás de escena cuando vemos nuestras películas favoritas! Por ejemplo, ¿sabías qué Elon Musk apareció en Iron Man 2 y Will Smith quería llevarse de la filmación a su amigo de cuatro patas? Por cierto, no pudo hacerlo.
Si para un buen mercadólogo no hay tareas imposibles, entonces, para el malo no hay restricciones en absoluto. ¿Cambiar la nacionalidad de Albert Einstein? ¿Convertir una nariz en una fresa? ¿Combinar raviolis y mosquiteros en un cartel? “¡No hay ningún problema!”, responden ellos y se ponen manos a la obra. Aunque es improbable que el resultado de su trabajo complazca a los clientes, definitivamente elevará el ánimo de todos los demás.
No es un secreto que los hijos de los famosos actores, escritores y personalidades políticas frecuentemente siguen el camino de sus padres. Pero ¿se podría decir lo mismo sobre sus nietos? Resulta que sí. Los descendientes de las personalidades del siglo XX también son bellos, talentosos y ambiciosos como sus abuelos.
El mundo que nos rodea es increíble y, de vez en cuando, nos topamos con algo tan inusual que es difícil de creerle a nuestros propios ojos. Podría ser un fenómeno natural, una pieza de tecnología moderna, o simplemente una coincidencia. Parafraseando la famosa cita de Albert Einstein: “Cuanto más veo, más me doy cuenta de lo mucho que no he visto”.
Las frases de personas famosas pasan a la historia y permanecen en los oídos de todos, pero el "teléfono descompuesto", las imprecisiones en las traducciones y las interpretaciones erróneas a menudo llevan al hecho de que la autoría de frases populares se atribuye a personas equivocadas. Esto sucede con las palabras de los grandes filósofos y con las réplicas de los héroes de la cultura pop: tanto Maquiavelo como Darth Vader a menudo se citan incorrectamente. Por ejemplo, ¿sabes quién dijo realmente la famosa frase: "El fin justifica los medios"?
