15+ Personas contaron cómo enfrentaron la desubicación de sus parientes

Curiosidades
hace 4 años

Los parientes pueden ser de todo tipo. Con algunos te sientes como detrás de un muro de piedra y sabes que siempre vendrán al rescate, y otros agotan toda tu paciencia, vacían tu billetera y, además, te culpan por eso. Y, cuanto más cerca de ti viva la última categoría de familiares, tanta más destrucción causará y más ofensas generará.

Las historias que queremos compartir contigo son precisamente sobre aquellos familiares con los que uno quiere verse lo menos posible. Genial.guru está convencido de que, al leerlas, reconocerás a alguien que conoces y, tal vez, serás más indulgente con aquellos que te rodean, porque todos tenemos nuestras debilidades y vicios. Y, como bono adicional, encontrarás una historia sobre un pariente muy “insolente” que no sentía ninguna vergüenza por su comportamiento.

  • Anoche, después del trabajo, llevé a mi esposa e hijos a nuestra casa de campo. Llegamos y vimos que el refrigerador estaba medio vacío, aunque habíamos dejado comida, y había desorden en la casa, aunque generalmente limpiamos antes de irnos. Pensamos que habíamos olvidado hacerlo. Y, en medio de los procedimientos de limpieza, con las palabras: “¿qué hacen aquí? Hoy es un día laboral”, en la casa entró la familia de los primos de mi esposa y sus amigos. Después de haberme enojado y haberles arrojado encima una avalancha de insultos, resultó que, seis meses antes, mi esposa les había dado las llaves para celebrar el cumpleaños de su hermano y, supuestamente, habían olvidado devolverlas. Fueron a la casa una semana antes y engulleron la mitad del contenido de nuestro refrigerador. Les quité las llaves y los eché. Y todavía amenazaron con denunciarme en la policía por haberlos insultado.© al56.81 / Pikabu

  • Mis abuelos vivían en un pueblo, en una pequeña casa en ruinas. En la aldea comenzaron a construir un complejo de casas de verano, y se les otorgó un lote para una construcción. Pero no en el mismo lugar que antes, sino varias casas más allá, sobre la misma calle. Pasaron más de 10 años, mi abuelo y mi abuela murieron, crecí y decidí regresar allí. Reclamé los derechos de la herencia y construí una casa en 100 metros cuadrados en el terreno de los abuelos. Después de un par de años, una tía vino de visita, miró a su alrededor y dijo:
    — Vendré a descansar con mis nietos por todo el verano.
    Le dije que tenía un esposo y tres hijos, y que no había lugar para ella con sus nietos. Por un par de días, sí, más, no.
    La tía, con lágrimas en los ojos, dijo:
    — No hay un lugar para mí en la casa de mis padres...
    La llevé al terreno baldío, donde estaba la casa en la que ella creció: “Quédense todo lo que quieran”.
    Ahora, la tía ya no habla conmigo. © BabulyaIra / Pikabu

  • Esto me lo contó un amigo que ha estado viviendo en la capital durante los últimos 5 años. Actualmente alquila una habitación en un pequeño departamento de tres ambientes, con otros dos amigos.
    Una noche, su madre lo llamó:
    — ¡Hola, hijo! Recibí una llamada de la tía Anna, la viste en la boda de Omar hace 10 años. Ella irá a la capital con su esposo e hijos. Ayúdalos, llévalos a pasear, ¡muéstrales los lugares de interés! Además, quieren quedarse en tu casa por una semana. Pídeles a los chicos con los que vives que se busquen otro lugar por 7 días.
    — Mamá, eso no se hace, los chicos pagan la renta de esta vivienda. Si la tía Anna quiere vivir en la capital durante una semana, que alquile una habitación de hotel. Podrá quedarse por un día; por una semana, no.
    Y, después de 40 minutos, la tía Anna lo llamó. Le dijo que la gran ciudad lo había arruinado y que no esperara que ella le ayudara alguna vez. Mi amigo pensó que, si no lo ayudó durante 26 años y, de alguna manera, logró sobrevivir, también se las arreglaría de allí en más. © qreativnay / Pikabu

  • Mi suegra sabía que aprovechábamos los sábados para dormir, pero tomó por costumbre llamarnos por la mañana. Exigía que me levantara y le preparara el desayuno a su hijo. Luego decía algo como: “Sus camisas no están muy limpias. ¿Qué usas para lavar?”. Una vez, incluso trató de darme una indicación “valiosa” de qué ponerme cuando me fuera a la cama. Le pedí a mi esposo que hablara con su madre, pero él no hizo nada. Entonces, decidí ponerle fin a todo eso. Empaqué en secreto las cosas de mi esposo y fuimos a la casa de su madre. Allí le tiré la maleta a mi suegra y le dije que, si creía que podía convertirse en una mejor esposa para su hijo, entonces, podía quedárselo. Mi esposo se enojó conmigo, pero, como resultado, habló con su madre y sus ridículas llamadas se detuvieron. © Rob Williams / Quora

  • Mi abuelo murió este año. Tenía 2 nietas: mi prima y yo. Le legó todo a ella, cerca de 5 000 USD. Eso me ofendió, pero no le guardé rencor a mi prima: era la elección del abuelo. Un día, ella vino a visitarnos, y durante toda la tarde trató de averiguar nuestra situación financiera, haciendo preguntas, suposiciones o averiguando sobre el pago de la hipoteca. Al final, le dije que queríamos pagar la hipoteca antes de lo programado, pero no dije nada sobre el hecho de que habíamos decidido vender nuestro automóvil. Ella pensó que mi abuelo me había dejado más dinero, solo que se lo habíamos ocultado, y se enojó. Así que le mentí y le dije que el abuelo me había dejado 7 000 USD. Eso la sacó de quicio y se fue. No me arrepiento para nada de haberle mentido. © 443Lyashkakonya / Pikabu

  • Estaba trabajando en la huerta y escuché un familiar sonido de frenos detrás de la cerca. En la puerta aparecieron 3 personas: mi tío, su cuñado y su yerno.
    — ¡Hola, sobrino! Estábamos pescando cerca de aquí, tenemos hambre.
    — Todo está en la cocina.
    Por el camino, esta banda sacó de la huerta manojos de eneldo, perejil, cebollas y rábanos.
    Después de unos 10 minutos entré en la casa. Mi tío y su cuñado estaban succionando la comida a la velocidad de una aspiradora, pero el yerno estaba masticando perejil y mirando el plato de manera extraña. Mi tío dijo:
    — ¿Acaso no tienes comida? ¿O estabas apurado? Los huesos apenas tienen carne, los granos y las verduras no están salteadas, y ni siquiera lo salaste.
    — Es que eso lo había cocinado para el perro, mi cordero con papas está en el horno.
    Entonces, el yerno se indignó:
    — Suegro, le dije que no había cocinado eso para sí mismo, y usted: “Come, come”. © Gusdomashniy / Pikabu

“Mi hermano (a la derecha), y yo (a la izquierda), rezábamos para que esta foto desapareciera. Pero no, mi tío la sacó de, probablemente, las profundidades del infierno y la publicó en su cuenta de Facebook”.

  • Mi hermano me pidió que le prestara unos muebles infantiles. Él vivía en otro estado, así que pagué su traslado en barco. Enfaticé en que se los daría por un tiempo, porque quería pasárselos a mi hijo cuando creciera. Fue hace 24 años, y, en ese entonces, el juego de cuna, tocador y cama infantil (de caoba, todo hecho a mano) me costó 2 400 USD. El envío también fue costoso. Unos meses después, mi hermano me dijo que habían perdido al bebé. Pasó un poco de tiempo y, cuando decidí mencionarles la devolución de los muebles, me informaron que la esposa de mi hermano ya había vendido mi juego “porque necesitaba unas vacaciones después de la pérdida”. © Wendy Marie Wortham / Quora

  • Vivimos los dos solos con mi esposo. Al volver a casa del trabajo, comencé a notar que las cosas no estaban en su lugar y los productos desaparecían. El secreto fue revelado inesperadamente cuando me enfermé y llegué a casa más temprano. Entré, ¡y allí estaba mi suegra! Había hecho una copia de las llaves secretamente, ¡y hurgaba en todas partes cuando no estábamos! Por supuesto que he escuchado muchas historias sobre las suegras, pero la mía superó a varias. © Oído por ahí / VK

  • Una vez, me rompí la pierna, y las tareas del hogar recayeron sobre los hombros de mi esposo y mi hijo. Unos días después, llamé a mi suegra y le pedí que me ayudara con los niños y limpiara un poco. Ella vino y dijo que yo era una egoísta, y que esperaba demasiado de mi hijo y de mi esposo. No lavó ni un solo plato y ni siquiera se dignó a llevar el suyo al fregadero. No le gustó el hecho de que yo hubiera comprado un pastel de cumpleaños en lugar de haberlo horneado yo misma, y que mi esposo me ayudara a subir y bajar las escaleras. Sobreviví a ese infierno y, 3 meses después, ella volvió. 2 días antes de su visita, recibí un mensaje de texto de mi suegro. Me escribió que su esposa tenía un dolor terrible en las piernas y me pidió que le diera atención especial. Enfurecida, simplemente borré el mensaje. Durante 3 días, mi suegra gimió y se quejó, pero cuando la llevé a la estación para que abordara el tren, su dolor desapareció repentinamente. © Sarah Infante / Quora

  • Compré un automóvil de clase C: importado con inserciones suaves en las puertas, un interior cómodo y limpio. En el verano, todos los fines de semana llevaba a mi familia y a la de la hermana de mi esposa a una casa de campo. No solo pagaba todos los costos de la gasolina, sino que, además, comenzaron a llevar a su gato con ellos. Él gritaba todo el camino, arañaba y rasgaba todo. Y, cada vez que hacía sus necesidades en el salón, ¡yo tenía que limpiarlo! Cuando dije que no volvería a llevar al animal sin una transportadora, se ofendieron. Fueron en autobús, se dieron cuenta de lo incómodo que era y compraron una. Ahora tardan 2 horas en atrapar al gato y salen con la apariencia de que ellos están haciéndome un favor a mí. © superomsk / Pikabu

  • Cuando tenía 22 años y estaba en la universidad, mis familiares comenzaron a preguntarme por qué aún no estaba casada. Pasé mi infancia en el norte de la India, donde una mujer es solo un complemento del hombre, y sus propios logros y talentos no importan. Acababa de perder peso, y todos decidieron que era porque quería encontrar un esposo. Y entonces, mi tía, que era amiga de una casamentera, decidió casarme con un sujeto llamado Ajay. Ni yo ni mi padre sospechamos nada. Un día, mi tía vino cuando yo no estaba en casa. Le dijo a mi padre que “vistiera a su hija con ropa hermosa” porque me había comprometido con un chico y sus padres vendrían a casa esa noche. Hablaba como si nos hubiera hecho un gran favor a mí y a mi papá. Mi padre estaba en shock, y dijo que era yo quien debía tomar esa decisión. Cuando regresé a casa, dije exactamente lo que pensaba sobre ese matrimonio. Mi tía y mi abuela, que estaba complotada con ella, quedaron impactadas de que yo pudiera decir algo así después de todas las dificultades que pasaron para encontrarme a un joven tan maravilloso. La tía se fue, pero el asunto no terminó allí. En protesta, mi abuela, que tenía diabetes, se negó a comer, y su condición empeoró. Solo después de que yo le dijera a mi tía que ella no me casaría con vida, y si algo me sucedía, todos sabrían de quién era la culpa, me dejaron en paz. Y la abuela detuvo la huelga de hambre. © shygirlturnedsassy / Reddit

  • ¡"Peroeresunprogramador" es para siempre! Incluso si no eres programador, pero estudiaste en la Facultad de Informática. En esos raros momentos en los que me las arreglaba para salir de la ciudad e ir al pueblo de mis padres, todos los parientes de pronto tenían una “falla de computadora” o un “teléfono inteligente muerto”. Una vez, pasé casi una semana entera reparando equipos. Todos, por supuesto, necesitan algo rápido y gratis. Decidí que tenía que hacer algo. En mi próxima visita, seis meses después, les decía a todos la frase “15 USD”. Los familiares se sintieron ofendidos, pero dejaron de venir con su “peroeresunprogramador”. © ZfRom / Pikabu

  • Mi hermano y su esposa se quedaron por un par de semanas en mi casa. Cada tres días trabajo una jornada completa, así que varias veces se quedaron solos en mi departamento. Antes de que se fueran, organizamos una despedida, y, bajo la influencia del vino, la esposa de mi hermano admitió que había leído mis diarios, los cuales encontró en el tocador. He estado escribiéndolos desde que tenía 11 años, y ahora tengo 25, así que, ¡en estas páginas está toda mi vida! Hay tantos de mis secretos y confidencias allí que me enferma el solo pensar que ahora alguien más los conoce, además de mí. © Oído por ahí / Vk

  • La tía de mi esposa y su hijo nos pidieron quedarse con nosotros mientras el chico hacía su admisión a la universidad. Les dijimos que sí y que se sintieran como en su casa, que tomaran lo que quisieran del refrigerador. Los alimentamos durante toda la semana que vivieron con nosotros y, aparte del yogur para su hijo, ella no compraba nada más de alimentos, ni siquiera un pastel para el té. Un día, después del trabajo, vi un frasco de yogur en el refrigerador (había 5 de ellos) y me dieron ganas de comerme uno, así que no pude resistirme y me lo comí. La tía se indignó porque yo había consumido su comida. A mi comentario de que ella tomaba todo lo que quería de nuestros productos, la respuesta fue: “¿Nos mezquinas la comida? Ve y cómpranos un yogur”. Tuve que señalarles la puerta. Mi esposa no estaba, pero cuando vino, me apoyó. © ktoTOneJA / Pikabu

  • El hermano de mi padre, un sujeto mayor, vino a nuestra casa por una semana o dos sin siquiera un paquete de galletas, y eso que comía y bebía por tres. En aquel entonces, mi hermano y yo éramos niños, y notamos que él no se separaba de su maletín, incluso lo llevaba con él al baño. Un día, cuando todos estábamos sentados a la mesa, le pregunté por qué llevaba ese maletín a todas partes. Mi mamá respondió por él que había documentos militares secretos allí.
    — No es cierto, interrumpió mi hermano.— El tío vino a comprar un auto, escuché su conversación por teléfono. El maletín claramente tiene dinero, y él teme que se lo robemos. Y no fue a un hotel porque es caro, pero aquí gratis. Todo en la mesa se sonrojaron de vergüenza, excepto mi hermano y yo. Por la noche, el tío ya vivía en un hotel. © SourseXL / Pikabu

Bono: “soy esa misma pariente descarada”

Cuando tenía 10 años, visité a los padres de mi tía. Su madre, una mujer de apariencia inteligente, me ofreció comer galletas, luego sopa, nueces y después bayas. Siempre me gustó comer, así que no rechacé nada y estaba feliz. Y, cuando estábamos planeando irnos a casa, esta señora me avergonzó: “Mira a tu hermano mayor, ¡qué chico tan modesto! No tomó nada. Pero tú comiste galletas y sopas. ¿Es posible ser tan descortés? Si eres una nena”. Así que descubrí que, si te ofrecen algo por cortesía, debes rechazar ese algo por la misma cortesía. Pero igual, de ahí en más, tampoco rechacé nada nunca. © KAGONEI / Pikabu

¿Te han sucedido historias similares a ti o a tus seres queridos? Cuéntanos qué acciones o cualidades de las personas te parecen más molestas, y comparte tus anécdotas con nosotros en la sección de comentarios.

Imagen de portada Rob Williams / quora

Comentarios

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Por suerte no tuve experiencias tan molestas con mis familiares, pero sí con algún amigo interesado...

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Es una pena que haya este tipo de problemas y egoísmos cuando se trata de la familia :(

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El bono casi me da una embolia ¿Te ofrecen algo por cortesía pero se espera que lo rechaces?¿Entonces para que te preguntan?

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