16 Acciones comunes de los compradores que molestan enormemente a los vendedores. Y ni siquiera lo sospechamos

Curiosidades
hace 3 años

Trabajar en el comercio es una verdadera prueba de fuerza. Los vendedores tienen que tratar con la gente todos los días y soportar sus, a veces, extrañas acciones y su actitud descortés. Por supuesto que existen los clientes ideales. Probablemente en algún lugar de un universo paralelo. Mientras tanto, bienvenido al mundo imperfecto de las tiendas.

Genial.guru averiguó qué acciones de los compradores hacen que los vendedores rechinen los dientes y conviertan una sonrisa amistosa en una tensa. Y como bono encontrarás un par de historias que prueban que este trabajo también tiene aspectos positivos.

1. Exigen un descuento, pero no lo usan

Hoy en día, comprar cualquier artículo sin descuento ya se percibe como una compra irracional. No importa cuán adecuado sea el precio del producto, los compradores aún quieren comprarlo más barato u obtener algo como regalo.

  • En la ferretería donde trabajo se hace un 7 % de descuento al presentar una cédula de jubilado. Una vez tuve el siguiente diálogo con un comprador. Yo: “Son 0,18 USD”. El hombre: “Por cierto, soy jubilado”. Parecía joven, así que le pedí una identificación. Se molestó en ir hasta su auto y trajo su documento. Yo: “Está bien, son 0,15 USD”. Él puso 2 monedas de 10 centavos sobre el mostrador y, mientras yo iba a sacar su recibo, el hombre comenzó a irse. “¿A dónde va? ¿Y el cambio?”. Se rio: “¿Qué puedo hacer con ese cambio? Quédatelo”. © DonDigidonov / Pikabu

  • Trabajo como vendedor de electrodomésticos en una pequeña tienda. Entró una anciana, y una simple estufa de gas llamó su atención. Preguntó si hacíamos entrega gratuita a jubilados. Le dije que no. La anciana me habló de una tienda grande: allí, dijo, la entrega para las personas mayores es gratuita y hay un 3 % de descuento. Llamé allí y pregunté por el precio final. Resultó que en nuestra tienda el producto seguía siendo más económico, incluso teniendo en cuenta el costo de entrega. Si alguien pensó que por eso la anciana nos compró a nosotros, pues no, porque “no respetamos a los jubilados y nos aprovechamos de ellos, y la otra tienda es buena, porque a los pensionados se les lleva la mercancía gratis”. ¿Tomar una calculadora y calcular el costo total? ¡Oh, pero qué tontería! ¿Para qué? Si existe la palabra “gratis”. © vmikey26 / Pikabu

2. Creen que el cliente siempre tiene la razón

La frase “El cliente siempre tiene la razón” fue acuñada en 1909 por el fundador de un hipermercado de Londres, Harry Gordon Selfridge. Hasta ahora, este es el lema de las empresas que están dispuestas a cumplir cualquier capricho de los clientes. Entre ellas se encuentran las tiendas y los supermercados. Los compradores a menudo abusan de esta regla tácita y hacen reclamos sin fundamento. Y los vendedores tienen que soportar esa actitud irrespetuosa, porque una llamada con una queja a la línea directa es suficiente para que se queden sin trabajo.

  • Tengo un puesto de verduras y frutas. El otro día vino un hombre que parecía bastante decente: “Dame un kilogramo de tomates y uno de pepinos”. Yo estaba de buen ánimo, comencé a servírselos. Puse los tomates en una bolsa y vi que el hombre tenía una expresión insatisfecha, y allí comenzó el atropello: “¿Qué me estás metiendo?” (El vocabulario del autor se ha conservado. Nota de Genial.guru). Al principio no le entendí. Pensé que quizás había puesto un tomate en mal estado por accidente, que no lo había visto entre los demás... Pero no, los tomates estaban perfectos. “Yo pago por los tomates y tú me los metes con la hierba”, continuó el hombre. Y entonces ya no pude soportarlo y me negué a atenderlo. Prometió regresar y castigarme terriblemente. Estoy esperando, señor. Adjunto una foto de la hierba. © radj013 / Pikabu

  • Solía trabajar en una tienda de mascotas. Una vez llegó un comprador que no quiso pagar por dos paquetes separados y pidió poner panchax rayados y pequeños neones azules en una sola bolsa. El panchax solo come el cebo vivo, cosa que le dije. Pero no, estaba seguro de que llevaría a todos los peces seguros a casa. El hombre se puso a hacer fila en la caja y se llevó el paquete a los ojos para admirarlo. El color oro y el azul estaban hirviendo en la bolsa, y el oro absorbía el color azul con mucha precisión. “¡Paren!”, gritó el dueño de los peces. Pero no pararon. Como resultado, los panchax rayados se fueron felices a su nuevo hogar en la casa del nuevo propietario. Pero el comprador tuvo que pagar por los neones azules gurmé. © Sepulka77 / Pikabu

  • Trabajo como vendedor de baterías de autos. Un día llegó un cliente, pidió un descuento, suplicó casi de rodillas. Dijo: “Soy juez, no nos pagan bien” y todo eso. Además, dijo que le dolía la espalda y pidió que lo ayudáramos a llevar la batería al auto. Ya en ese momento estaba verde, pero hice todo lo que me pidió. Y llevé la batería a un Porsche Cayenne Turbo S... © “Habitación № 6” / Vk

3. Interfieren en el proceso de trabajo

Cuando un cajero se prepara para comenzar su turno, necesita contar el dinero, pero a menudo los clientes hacen preguntas y confunden al empleado. Además de atender a los clientes en la caja, las responsabilidades del vendedor pueden incluir colocar los productos, monitorear la ubicación correcta de las etiquetas de precios, responder preguntas de otros empleados, realizar un inventario, etc., por lo que es mejor no distraer a un empleado sin un buen motivo.

  • Hay otras cajas funcionando, y yo necesito contar todos los centavos, monedas de 10 y de 50 cada una, y son muchas. Hay un letrero que indica que la caja no funciona temporalmente. De todos modos, siempre irrumpe un cliente con las palabras: “Disculpe, ¿esta caja está cerrada?”. Con lo que me distrae y tengo que volver a contar ese cambio, cosa que es muy exasperante. © Anna Erilina / Yandex.Zen

  • Trabajamos los sábados, y en el enorme local hay solo 4 cajas. Se acerca una mujer. Examina larga y obstinadamente los productos que hay en su canasta, de pie junto a la caja registradora. Elige entre los colores, mira las plastilinas y los pinceles: en una palabra, entretenimiento para un niño. Empiezo a marcar sus productos, había casi 20 de ellos. Me pide decir el precio de cada producto, bueno, lo paso por un escáner y se lo digo. Calculo el total. Y entonces ella dice: “Señorita, cancele eso, no lo llevaré. Solo quería saber el precio”. Es desagradable. Hay escáneres por toda la tienda para este propósito, y los vendedores están demasiado ocupados para “ver el precio”. Llamé a la supervisora y nos pusimos a borrar los productos uno por uno, el tiempo pasaba, los compradores esperaban... © masato / Pikabu

  • “Hace poco compré aquí unas botas, ¿dónde están?”. “Nunca hemos tenido botas”. “¡Lo recuerdo perfectamente, las compré aquí!”. “No, no tenemos botas y nunca las tuvimos”. “¡Sí las tenían! ¿Cuándo volverán a entrar?”. O esta otra. “Compré un par de zapatillas, quiero devolverlas”. “Pero no vendemos zapatillas ni lo hicimos nunca”. “¿Cómo que no? ¡Sí las venden, aquí está el cheque!”. “Pero en el cheque figura una tienda con un nombre diferente, está más allá por el pasillo”. La mujer tuvo un berrinche, dijo que no queríamos hacer una devolución, que éramos unos estafadores. Afortunadamente, justo pasó un guardia de seguridad y le pedí que acompañara a la mujer a la tienda que necesitaba. © NataLu13 / Pikabu

4. Hacen un uso inadecuado de los paquetes

En los supermercados, algunos compradores solo usan una bolsa plástica para los cereales. A veces vierten demasiada cantidad en ella y no toman una segunda bolsa, que es necesaria para la resistencia. A menudo, el paquete se rompe, la mercancía se desparrama, y alguien tiene que pagar por ella, ya sea el vendedor o el comprador. Además, el lugar de trabajo debe limpiarse, lo que ralentiza el proceso de atención al cliente.

  • A menudo, la gente lleva el azúcar y la harina por peso y lo pone todo en una bolsa. En la caja, puedo engancharla accidentalmente y rasgarla con la uña. Y todo se caerá. Algunos compradores empaquetan cada producto (un cepillo de dientes, leche, polvo) en una bolsa separada, lo que, por cierto, también es molesto. Después de todo, cada producto debe desembalarse, marcarse y luego empaquetarse otra vez. Y algunos no usan bolsas en absoluto. ¿Por qué es así? © LUKI / YouTube

5. Exigen productos de prueba gratuitos

Los productos de prueba no son un regalo para el comprador, sino una ayuda para elegir los cosméticos, a la que todos tienen derecho. Deben proporcionarse de forma gratuita. Sin embargo, cada tienda tiene sus propias reglas: por lo general, las muestras de fragancias se dan cuando se hace una compra por un monto determinado, y las muestras de cremas son entregadas por un consultor dentro de la tienda si este habla con un cliente y se da cuenta de que está realmente interesado y los productos de prueba son necesarios.

  • Una vez estaba vendiendo perfumes que habían sobrado de una tienda en línea que estaba cerrando. Antes de comprar, podías utilizar unas muestras. Una clienta eligió varios frascos, pagó y preguntó: “¿Estos frascos son los últimos que tienen?”. “Sí”, respondí. Y entonces ella dijo: “Bueno, entonces me llevaré las muestras también, de todos modos no las necesitas”. Y comenzó a sacarlas de la mesa y a ponerlas en su bolso. Después se sorprendió sinceramente porque no acepté regalárselas. © torbova / Pikabu

6. Echan a perder los productos

El vendedor es una persona financieramente responsable y el comprador no tiene que pagar por un producto roto accidentalmente. Solo la policía puede obligarlo, pero no los empleados de los supermercados. Por lo tanto, la mayoría de las veces el dinero de todos los bienes dañados en la tienda o rotos en la cinta se deducen del salario del cajero. Sin embargo, existe una categoría de compradores que dañan la tienda intencionalmente.

  • Fuimos a una tienda que tiene su propia panadería y vende bollos. Los ponen en unas vitrinas, dentro de unas cajas de madera cubiertas con plexiglás. Tienen unos agujeros, al lado hay unas pinzas y unos guantes de celofán desechables. Mi esposa se puso los guantes y usó las pinzas para meter los bollos en una bolsa. Me di la vuelta, y al rato escuché que ella estaba discutiendo con alguien. Me acerqué. Resultó que había llenado la bolsa y mientras la ataba, una mujer se acercó y tocó los bollos con las manos para sentir la temperatura. Había decidido comprobar si eran frescos y si estaban o no calientes. Y encima se indignó por los comentarios de mi esposa, ya que ella había usado el reverso de su mano y no la parte interna. © Fvost / Pikabu

  • Fui a una tienda, quería comprar unas verduras. Y allí vi a una mujer que levantaba pepinos y los partía por la mitad. Si le gustaba, lo tomaba, y si no, lo devolvía roto. Le pregunté: “¿Por qué está haciendo esto?”. La respuesta me mató: “Para olerlos. Puedo distinguir los buenos de los malos por el aroma”. Quedé impactado: “¿Y los que son ’malos’? ¿No pagará por ellos?”. Ella respondió algo indistinguible. Y yo encontré rápidamente a un guardia de seguridad y le hablé sobre ella. © DarkRou / Pikabu

  • Fui a la tienda a comprar requesón y a mi lado había una mujer que también tomaba un paquete del estante, lo abrió ligeramente desde un lado, metió el dedo en el requesón, lo sacó y lo lamió. Mis ojos se abrieron como platos. Y ella volvió a meter el dedo lamido y lo lamió otra vez. No pareció gustarle el sabor, porque cerró el paquete y lo volvió a poner en su lugar. Yo, reprimiendo mis emociones, dije civilizadamente: “Señora, disculpe, ¿por qué devolvió el requesón al estante? Hurgó con el dedo en él”. Ella se detuvo y me miró: “No es sabroso, hijo, no te lo recomiendo” y siguió caminando. La llamé de nuevo: “¡Señora! ¡¿Qué tiene que ver si es sabroso o no?! ¡Lo tocó con el dedo!”. Ella estaba sinceramente sorprendida: “No entiendo. ¿Y cómo sabré de otra manera si está sabroso o no?”. Ahora trato de evitar aquellos productos que se venden en envases que no están cerrados herméticamente. © Zod4iy / Pikabu

7. Culpan al vendedor de cosas que no son su responsabilidad

Los clientes muchas veces van a discutir con el cajero sobre distintos temas que no tienen relación con su trabajo. Por ejemplo, en el pasillo el precio de un producto es uno, pero el cajero marca otro. Y entonces los clientes regresan y agitan violentamente el cheque frente al empleado. O le dicen al cajero que un pasillo está sucio y que hay que ir a limpiarlo. Sin embargo, el cajero tiene sus propias obligaciones y hay cosas de las que no es responsable.

  • Nuestra tienda vende revestimientos para pisos. Un comprador decidió adquirir tablas de madera para el piso de parqué. El pedido tardó unos 2 meses en aprobarse. Y luego el cliente desapareció, dejó de ir a la tienda y de responder a las llamadas telefónicas. Unos meses después, el mismo cliente volvió a nuestra tienda. Pero ya con un reclamo y una petición insistente. Resultó que él había comprado el mismo parqué y el mismo pegamento a nuestros competidores en una región vecina. Después de instalar el parqué, le quedaron 2 cubos de pegamento. Su solicitud era que le compráramos este pegamento sobrante. Al oír nuestra negativa, se indignó, porque él había comprado todo según las cantidades que le habíamos dicho, así que era nuestra responsabilidad el hecho de que le hubiera sobrado pegamento. © Volkulak / Pikabu

  • Una mujer compró un juego para la sala de estar: una mesa, sillas y un aparador. El precio era el equivalente a 3700 USD por todo. Era de madera tallada, maciza y todo eso. Luego de la caída de la moneda local (unos seis meses después), vino y suplicó entre lágrimas que nos lleváramos todo, porque no encajaba. Mi jefe fue a hacer una inspección y regresó alegre, ya que el mobiliario prácticamente no se había usado, y ahora este juego costaba 5200 USD. Luego de firmar las actas de devolución y tras llevarse todo el juego, el departamento de contabilidad le entregó el dinero. Y entonces ella se indignó: “¿Y los 1500 USD restantes cuándo me los dan?”. La contadora: “No comprendo”. La mujer, como si nada: “Bueno, la moneda se ha devaluado a la mitad, y me deben el otro 50 por ciento”. Creo que puedes adivinar adónde la mandaron. © dade / Pikabu

8. No utilizan el separador del “Próximo cliente”

El cajero suele marcar automáticamente la mercadería colocada en la cinta de la máquina, asumiendo que cada persona puede ocuparse de sus compras y usar un palillo separador con la inscripción “Próximo cliente”.

  • Cuando trabajas, tienes una pantalla frente a ti, y no siempre miras al cliente: tienes que concentrarte. Tienes dinero y productos. Y si los productos no se separan, entonces tomas la mercadería de otro cliente y la marcas. Y lo más importante es que, por alguna razón, ni uno ni el otro dirán: “Señorita, ¿qué está haciendo?”. Y luego, cuando se paga el cheque, hacen un reclamo: “¿Qué me vendieron?”. © LUKI / YouTube

9. Recuerdan que se olvidaron de tomar algo después de que el cajero comenzó a marcar la mercancía

Una categoría separada de personas que enfurecen no solo a los cajeros, sino también a los clientes, son los que recuerdan que se olvidaron de llevar algo de la tienda en el preciso momento en que el cajero empezó a marcar su mercadería. Y en lugar de volver por la compra después de pagar los bienes ya seleccionados, corren al pasillo dejando al cajero solo con la fila. Y estaría bien si regresaran en un minuto, pero no, eso sería demasiado fácil. Hay, como mínimo, 5 minutos de estrés garantizado para el cajero.

10. Hacen preguntas cuya respuesta es obvia

Los vendedores tienen que lidiar constantemente con el estrés de comunicarse con los compradores, porque muy a menudo estos últimos ni siquiera se dan cuenta de la irrelevancia y la rareza de sus preguntas.

  • Me parece que simplemente estallaré y golpearé al próximo que me pregunte “¿Trabajas aquí?” cuando llevo un uniforme y una placa de identificación. © letsjusbe / Twitter

  • Para el período de verano conseguí un trabajo de vendedora de helados en un centro comercial. Hay muchos compradores y todos son diferentes, pero recién una mujer se acercó al mostrador: “Hola, ¿tienes helado?”. Estaba parada justo en frente de una vitrina transparente con un montón de diferentes tipos de helado. Yo: “Sí, está justo enfrente de usted, elija el que quiera”. La mujer: “¿Está frío?”. Yo: “Bueno, sí”. La mujer: “Oh, no, entonces mejor no”. Y se fue. © PogreMuse / Pikabu

  • Comprador: “Esto cuesta mil dólares, pero dice que hay un 50 % de descuento. ¿Entonces cuánto es?”. © steph_iie / Twitter

  • Vendíamos joyas en una exposición itinerante. Las diferentes ciudades tienen cada una su propia mentalidad, pero esto realmente fue algo especial. Una dama estaba muy interesada en unos brazaletes. Ya había elegido uno y sacado el dinero, cuando una de nuestras chicas dijo: “¡No se arrepentirá, es un excelente producto!”. Los ojos de la mujer se abrieron de par en par: “¿Así que esto es un producto? ¡Pensé que estaba comprando un brazalete!”. Y se retiró orgullosamente. Telón. © “Oídoporahí” / Vk

  • Trabajo como vendedora. No pude encontrar una respuesta a la siguiente pregunta de un cliente: “Señorita, necesito probarme unos pantalones cortos, pero no tengo calzoncillos, ¿qué debo hacer?”. © “Habitación № 6” / Vk

13. Llegan unos minutos antes del cierre de la tienda

Una tienda está obligada a atender a todos los clientes que ingresaron al lugar antes de que cierre. Hay personas que se dan cuenta de que necesitan darse prisa, pero hay ejemplares que pasean por el pasillo como si nada y no tienen prisa por completar sus compras, a pesar de que el tiempo se acaba. Por culpa de ellos, los vendedores tienen que trabajar horas extras.

  • Trabajo en el comercio. Y cómo me sacan de quicio las personas que llegan 10 minutos antes del cierre de la tienda, y luego pasean imponente y lentamente, como si tuvieran un día entero por delante. Estas personas no tienen idea del tipo de maldiciones que los vendedores les dedican y cuánto los odian en ese momento. Nosotros también queremos irnos a casa a tiempo. © “Oídoporahí” / Vk

  • Solía trabajar hasta la hora del cierre. Un día eran las 21:58, el centro comercial estaba abierto hasta las 22:00, hicimos el informe, contamos el dinero. Entran una mamá con su hija y comienzan a probarse todo lo que ven. Y estaría bien si al menos hicieran una compra, pero lanzaron un “¡Lo pensaremos!” y se retiraron con aire de importancia. Entonces se me ocurrió un truco. Los interruptores de casi todas las tiendas están ubicados en la caja, y comencé a advertir a los compradores que las luces se apagarían exactamente a las 22:05, y las apagaba yo sin que se dieran cuenta. © NataLu13 / Pikabu

14. Simplemente son indiferentes

Algunos compradores tratan a los trabajadores de las tiendas únicamente como personal de servicio, los desprecian y ni siquiera tratan de ser educados con ellos.

  • Hay una tienda de productos químicos domésticos cerca de mi casa. Un día, allí apareció un vendedor inusual. Hablaba con absolutamente todos los clientes solo en rima, siempre con una sonrisa y de buen humor. Me daba lo mismo. Tomaba el cambio y los cheques en silencio, cada tanto le daba las gracias. Como todos los demás, en realidad. Ahora ya no trabaja allí. Y recién ahora me puse a pensar y recordé cómo cada vez se volvía más triste y sonreía menos. © “Oídoporahí” / Vk

15. Se llevan el exceso de cambio si el cajero se equivocó

A veces, al pagar en efectivo, el vendedor da accidentalmente más cambio del necesario. Y en esta situación los compradores se comportan de manera diferente: las personas concienzudas regresan inmediatamente el exceso al cajero, mientras que otros toman el dinero y se van. Toda la responsabilidad de la falta recae sobre los hombros y la billetera del vendedor. Además, se pasan muchos nervios al aclarar las circunstancias.

  • Trabajaba en un supermercado como cajera. Contamos los ingresos, faltaban poco más de 90 USD. Los contamos varias veces, ya con la administradora, y seguían faltando los traicioneros 90 USD. Y mi salario en ese momento era de 400 USD. Me fui a casa muy triste. Al día siguiente, la administradora me llamó y dijo: “¡Acaban de llegar tus 90 USD!”. Yo estaba en shock: “¿Qué quieres decir?”. La administradora: “Ayer le diste cambio de 10 USD a una clienta como de 100. Se fue encantada, sin decir nada. Y hoy trajo el dinero de regreso. Dijo que no durmió en toda la noche, no esperaba algo así de ella misma y la torturó su conciencia. Le regalé una caja de bombones en tu nombre”. © val2590my / Pikabu

16. No cuidan a sus hijos

Muchísimos padres debilitan su control sobre el comportamiento de sus hijos mientras hacen las compras. Esto es comprensible: en ese momento están enfocados en otra cosa. Sin embargo, los niños se pierden en los hipermercados, se golpean contra el vidrio de los escaparates, prueban productos sin permiso, se quedan atrapados entre los estantes y, a menudo, molestan a otros clientes. Y solo las mamás y los papás tienen la culpa de todo esto.

  • Hubo un tiempo en que teníamos a la venta paraguas que estaban exhibidos abiertos. No sé qué pensó ese niño, pero tomó carrera y saltó sobre ellos. Al final rompió dos, menos mal que no se sacó los ojos con una aguja. La madre tuvo que pagar por ellos. Otra vez, mientras estaba ocupada con un cliente, un niño pasó detrás del mostrador, apagó la computadora y tiró unos papeles. Y en otra oportunidad, un padre le pidió al vendedor que cuidara a su hijo mientras él miraba por ahí. Luego de recibir la respuesta “No soy una niñera”, se sintió muy ofendido. © NataLu13 / Pikabu

  • Decidí comprar unos sorrentinos congelados por peso para la cena: no es la peor opción para un soltero. De repente vi a una niña de unos 5 años que sacó un sorrentino bastante grande de la caja, me miró y se lo metió entero en la boca. Empujando con los dedos. Yyy... ¡Ups! ¡No pudo volver a sacarlo! Resultó algo así como la conocida broma de la bombilla. La pequeña comenzó a mugir, tirando de la pernera del pantalón de su papá... En resumen, 10 minutos después un montón de gente se reunió cerca de la víctima: guardias de seguridad, la administración de la tienda, simples espectadores. Colectivamente decidimos esperar hasta que el sorrentino se descongelara. © SuccessfulPerson / Pikabu

  • Ayer estaba haciendo la fila en un supermercado y a mi lado había un hombre con un niño. El niño bebía jugo de un paquete. Lo terminó. El padre le quitó el paquete vacío, lo enderezó cuidadosamente y dijo: “Aún tenemos que pagarlo”. El niño preguntó sorprendido: “¿Por qué? ¡Ya me he bebido todo!”. El padre, suspirando profundamente, explicó: “Así es como debe ser, hijo. ¡Esto se llama ’préstamo’!”. © KaizerSoze2014 / Pikabu

Bono N.º 1: despido de un comprador sin juicio ni investigación

Fui a una ferretería. Estaba eligiendo las cosas que necesitaba. Y vi entrar a una mujer que fue directamente hacia mí: “Dime, ¿dónde puedo seleccionar pintura?”. Luego, después de mirarme un poco (yo estaba vestido de tal manera que era difícil confundirme con un vendedor): “Ah... ¿no eres un vendedor sino un comprador? Bueno, perdón”. Y se fue a discutir algo con un vendedor. Terminé de tomar todo lo que necesitaba, fui a la caja y, por el camino, escuché la última frase de la mujer: “Sí, ya les pregunté a sus vendedores, realmente no pudieron responderme nada. ¡Vaya el personal que tienen!”. Me acerqué a pagar y extendí el dinero. El cajero, sonriendo, contó el cambio: “Es usted un mal vendedor. Aquí está su pago, ya no trabaja para nosotros”. Recogí mi cambio y me dirigí a la salida: “¿Puedo al menos llevarme la libreta de trabajo?”. El chico, que apenas reprimía una carcajada: “¡No!”. © 2.718 / Pikabu

Bono N.º 2: aritmética extraña

Una vez, yo vendía fresas junto a una carretera. Se detuvo un coche de marca costosa. Bajó un señor de aspecto pudiente: “¿Cuánto cuestan las fresas?”. Yo: “3 USD por frasco”. Y él respondió: “Es caro, ¿me dejas 2 por 6 USD?”. Los compró y se fue. © metezhnik / Pikabu

¿Crees que las afirmaciones de los vendedores son justas?

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Los niños deben estar siempre vigilados en las tiendas y supermercados

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