20+ Personas que darían la mitad de su reino por la oportunidad de dormir un poco

Curiosidades
hace 2 años

Seguramente todos hemos tenido un período en la vida en el que, más que nada en el mundo, queríamos dormir. En esos momentos, comienzas a apreciar las simples alegrías humanas: una cama cómoda, una sábana limpia y tu almohada favorita. Y no es solo que nuestro cuerpo sufra la falta de sueño, sino que también nos suceden historias divertidas, porque el cerebro simplemente se niega a funcionar con normalidad.

Hace poco, en Genial.guru nos pusimos a recordar las cosas divertidas que nos sucedieron por falta de sueño. Y resultó que los usuarios de Internet también tienen algo que contar sobre este tema, que es relevante para todas las personas ocupadas. Con todas las historias encontradas, armamos un artículo sobre personas que realmente necesitan dormir con urgencia antes de que suceda algo.

  • Hace tiempo, tenía un trabajo en un turno de noche. Una vez, justo después de la jornada laboral, fuimos con una amiga a un club, donde nos divertimos mucho. Ni siquiera recuerdo cómo me acosté a dormir en la casa de mi amiga, porque ya me estaba cayendo del cansancio. Por la mañana, mi jefe me llamó para saber cómo había ido mi turno del día anterior. Él en ese momento estaba de vacaciones. Abrí los ojos, pero al principio no entendí en absoluto dónde estaba. En pocas palabras, medio dormida dije que estaba trabajando en el segundo turno, luego colgué y seguí durmiendo. Mi jefe llamó al departamento de personal y los regañó a todos, y luego ya era yo la que tenía problemas.

  • Estábamos regresando con unos colegas de haber presentado un informe a la dirección regional. En la víspera, todos estábamos preocupados, nos estuvimos preparando, no dormimos durante noches. En pocas palabras, estábamos muy cansados. Para evitar que el conductor se durmiera, decidimos jugar a los deseos con una letra. Por ejemplo, qué te gustaría con la letra “B”: banana, botas, bebida. A una chica le tocó la letra “M”. Ella pensó un poco y dijo: “Macarrones, malteada y mimir”. E inmediatamente se durmió.

Vine a trabajar de esta forma y me di cuenta de que necesitaba unas vacaciones. Urgentemente.

  • Estuve muy cansado esta semana. Un día, decidí acostarme temprano, porque mis ojos ya se estaban cerrando solos. Y entonces soñé que se habían cancelado las dos primeras clases, lo que significaba que podía dormir más. Pero incluso en mis sueños recordaba que el despertador estaba fijado a las 6:50 h, así que tenía que cambiarlo urgentemente. Me desperté, tomé mi teléfono, empecé a programar el despertador, y luego me di cuenta de que me había graduado de la universidad hacía varios años, y por la mañana tenía que ir a trabajar. Así que me acosté tristemente para dormir el tiempo que me quedaba. © ElektroOniks / pikabu

  • Mi hijo mayor no dormía mucho hasta que cumplió un año. Nunca. ¡No dormía nunca! No dormía durante dos turnos, ¡sin tomarse descansos para dormir! Cuando estaba despierto, o comía o gritaba. Me iba a trabajar como si me fuera a una fiesta, porque durante los 40 minutos de camino podía dormir en el tren. Me quedaba dormido en cualquier lugar, tan pronto como mi cuerpo encontraba apoyo. Primero, aprendí que puedes dormir estando de pie, y luego, que puedes dormir mientras caminas. Han pasado más de 20 años desde entonces, pero todavía tengo sueño todo el tiempo. © Doddy / pikabu

  • Cuando nació mi hija, no tenía idea de que tendría que olvidarme de dormir durante unos 3 años. Una vez, mi esposo se fue de viaje de negocios, mi suegra se enfermó y mi madre estaba en otra ciudad; en pocas palabras, me quedé sola con una bebé de un mes. Dos semanas fueron como una pesadilla, dormíamos, como máximo, 2 horas al día. Más bien solo yo, mi hija únicamente dormía en mis brazos, siempre que la llevara en brazos por el departamento y le cantara canciones de cuna. Cuando mi esposo regresó y por la noche, como de costumbre, nos despertamos por el llanto de nuestra hija, él vio la siguiente imagen: tomé una almohada y comencé a mecerla sentada en la cama. Qué hermosa época.

  • Mi esposo y yo tuvimos gemelos. Fue muy duro. Una noche, finalmente logramos acostarlos. Mi esposo fue al baño, y yo quise beber un vaso de agua. Me senté en silencio en la cocina en la oscuridad. Él salió, no me encontró en ninguna de las habitaciones y no me vio en la cocina a oscuras. Y entonces comenzó a correr por el departamento. Luego entró corriendo a la cocina, encendió la luz, y, con unos ojos locos, dijo: “¡Pensé que te habías escapado!”. Realmente se había asustado. Pero debo confesar que sí se me había cruzado esa idea por la cabeza.© rusvod17 / pikabu

  • Hace aproximadamente una semana, tiré una cucharita a la basura y puse un tarro de miel vacío en el fregadero. Anteayer no pude encontrar la pasta de dientes durante un largo rato. Resultó que la noche anterior había puesto el tubo en el frigorífico. El viernes traté de poner la llave en la cerradura, metiéndola boca abajo. Y hace un par de horas me metí en la bañera para relajarme un poco, pero cuando vi mis pies con los calcetines puestos, me di cuenta de que un baño no era suficiente. Es hora de irse de vacaciones. Por mucho tiempo. © Buhalsbomjami / pikabu

  • Estaba esperando mi turno para hacer el check-in para un vuelo, y había un hombre frente a mí que intentaba no perder de vista a tres niños de 2 a 5 años y su equipaje. Se le ofreció preparar los documentos y luego pasar al registro. El registrador le preguntó: “¿Está todo bien con los documentos de los niños?”. El hombre respondió automáticamente con cansancio: “Los documentos están en regla, los niños están garantizados”. © Shnorh / pikabu

  • Trabajo como chofer en el campo del transporte internacional. Haciendo papeleo en una frontera, terminé en el horario del cambio de turno. Nos pusimos a hablar con los colegas sobre cómo hacemos para luchar contra el sueño. Un viejo conductor dijo:
    ―Tengo un osito de peluche en el panel. Hablo con él.
    ―¿Y cómo ayuda eso?
    ―De ninguna manera. Tan pronto como comienza a contestarme, sé que es hora de dormir. © merc.124 / pikabu

  • Cuatro años y dos meses de trabajo sin vacaciones ni baja por enfermedad, en heladas y en calor, en dos trabajos, en paralelo cuidando a mi esposa y dos hijas. Y hoy llevé la última cuota al banco y recibí un codiciado papel que indicaba que mi hipoteca estaba pagada en su totalidad. A partir de mañana, me tomo unas vacaciones durante todo el mes y, quizás, finalmente recordaré lo que es despertarse descansado. © Aproximator / pikabu

  • Salí de una tienda, fui hacia mi auto y vi a un sujeto que estaba intentando abrirlo. Abrí demostrativamente la puerta con el llavero y observé la reacción del hombre. Me miró con unos ojos enrojecidos e hinchados, luego miró al coche, a las llaves en su mano y luego a un auto igual aparcado cerca. Todo quedó claro. El hombre se disculpó, dijo que estaba cansado por el trabajo. Le aconsejé tomar el metro en ese estado. Luego abrí el maletero para poner una bolsa de víveres y fui a limpiar el parabrisas. El hombre, mientras tanto, se acercó a mi baúl, arrojó allí su maletín, cerró el maletero, me miró, y dijo: “Sí, probablemente sea mejor ir en el metro”, abrió el maletero, recogió su maletín y, tras despedirse, se marchó. © Alvion / pikabu

  • Estaba volviendo a casa. Hacia mí caminaba un niño de unos 10 años, con una mochila, un típico colegial. Tan pronto como nos nivelamos, de repente escuché: ¡bum! Me di la vuelta y vi que el niño se había desplomado en la nieve y yacía sin moverse. Corrí hacia allí, lo sacudí del hombro:
    —Niño, ¿estás bien?
    Después de una pausa, el niño volvió perezosamente la cabeza hacia mí y, en voz baja, dijo:
    —Simplemente estoy cansado.
    Y siguió acostado como si nada.
    Todos somos un poco como este chico a veces. © faiko / pikabu

  • Mi trabajo es permanecer de pie durante 9 horas en el vestíbulo de un hotel, recibiendo y despidiendo a los huéspedes. Ayer estaba tan cansada por la gran cantidad de visitantes en el trabajo, que cuando llegó un tren en el metro y la gente empezó a salir por la puerta del vagón, les dije en voz alta: “Buenas noches, bienvenidos”. © sunnyhead / pikabu

  • Estaba viajando en un autobús y frente a mí había un hombre con una cara muy cansada e irritada. Su teléfono sonó y comenzó la siguiente conversación: “¿Cuándo hay que hacerlo? ¿Urgentemente? ¿Para mañana?”. Entonces el hombre sonrió de repente y dijo: “Sabe qué, señor Rodríguez, no haré su proyecto. Ni urgentemente, ni para mañana, ni nunca. Me hartaste. Renuncio”. Y colgó. Me bajé en mi parada unos 20 minutos más tarde, y durante todos estos 20 minutos el hombre no paró de sonreír de felicidad. © Psycho007 / pikabu

  • Rara vez me siento agotado físicamente, mi fatiga se manifiesta de una manera diferente. Por ejemplo, recién me paré cerca de un cruce y esperé a que se encendiera la luz verde. Y solo unos minutos después me di cuenta de que no se encendería, porque no hay semáforos en ese cruce. © marshallmigrain / twitter

  • Estaba viajando cansada en un minibús. Estaba sentada de espaldas al conductor y un pasajero me pidió que le pasara el dinero del pasaje. Tomé esos billetes y, sin girar, se los entregué al conductor. Pude sentir su mano y una piel muy extraña, dura. Un segundo después, él me dijo: “Señorita, ¿por qué puso el dinero en la cabeza calva de este hombre?”. © Oídoporahí / Ideer

  • Me estaba preparando para los exámenes de ingreso. Estudié mucho porque estaba tratando de entrar con una beca. Entré, estaba volviendo a casa en un autobús y los ojos se me cerraban por la fatiga. De pronto, vi que se desocupaba un lugar. Bueno, volé hasta el asiento y le grité al chico que también quería sentarse cómodamente: “¡Sal de la clase, ahora es mi turno de rendir!”. El chico me miró con recelo, pero me cedió el asiento.

  • Pasó en primavera. Tenía unos 8 años y un día me dormí temprano en la noche. Mis hermanos mayores me despertaron y dijeron “ve a la escuela, es hora de levantarse”. Pregunté: “¿Pero dónde está el sol?”. “El sol no saldrá hoy”, respondieron. Bueno, me desperté, comencé a prepararme para la escuela, empaqué mis libros de texto, me lavé, me vestí, me puse los zapatos. Estaba en el umbral, pensando que debería ir a la habitación de mis padres y decir que me iba a la escuela. Entré y dije: “Me voy”. Y luego mi madre me hizo una pregunta: “¿A dónde? Son las 11 de la noche”. Y entonces terminé de despertarme y me di cuenta de que mis hermanos me habían engañado cruelmente. Todavía lo recordamos y nos reímos. © gagota / pikabu

  • Mi mayor decepción fue cuando, después del trabajo, entré cansada a una tienda, me compré unos panqueques con fresas para el desayuno, soñé con ellos toda la noche y por la mañana descubrí que no eran panqueques con fresas lo que estaba pintado en el paquete, sino carne. © Oídoporahí / Ideer

  • Estaba saliendo del metro al volver del trabajo, muy cansada y de mal humor. De pronto, un chico agarró mi bolso y comenzó a correr. Me quedé clavada en el lugar, dándome cuenta de que no me importaba en absoluto. Bueno, me robó y me robó. Seguí subiendo lentamente. Entonces vi que el chico regresaba, me entregó la bolsa y dijo: “No puedo hacer esto así. Deberías haber corrido detrás de mí. Gritando y todo eso. Lo siento. Buenas noches”. Y se fue rápidamente. © Oídoporahí / Ideer

¿Has tenido alguna situación curiosa por falta de sueño? ¿La compartirías con nosotros?

Imagen de portada Oídoporahí / Ideer

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Cuando estudiaba y trabajaba a la vez habría dado todo por dormir más de 6 horas al día

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