16 Historias de personas que no esperan momentos mejores, sino que simplemente hacen lo que les dicta su buen corazón

La vida no siempre es dulce, y cada uno de nosotros se ha convencido de ello muchas veces. Pero cuando en un momento difícil hay una persona que no se queda indiferente, la recordamos durante años, igual que recordamos a las personas cuyas historias se recogen en este artículo. Y a veces quienes han hecho una buena acción nos la cuentan ellos mismos, inspirándonos a hacer lo mismo.

• Estaba comiendo en un restaurante y vi a una mujer sin hogar que me miraba por la ventana. La invité a entrar y pedí comida para ella. Cuando llegó la cuenta, decía: “Ha sido un acto amable, ahora nos toca a nosotros”, y había un número: 0 dólares. El karma existe. © mhdksafa / Twitter
• Me operaron hace tres años y después tuve que hacerme revisiones caras cada seis meses. Me costó mucho dinero, así que hice un plan de pagos y empecé a pagarlo poco a poco. Cuando hice el siguiente pago, apareció un mensaje en la pantalla diciendo que no debía nada. Resultó que alguien había pagado todos mis gastos médicos y deseaba permanecer en el anonimato. © CuteElevator2725 / Reddit
• Me gusta pagar la gasolina a desconocidos en la gasolinera. Elijo a parejas jóvenes, a gente con una silla de niño en el coche o a ancianos con autos viejos. Llevo años haciéndolo. © avalanchefan95 / Reddit

• Voy a menudo al supermercado que hay cerca de mi casa. Por la mañana, antes de ir a trabajar, fui allí a comprar algo para acompañar el café, y mis ojos se posaron en un bollo relleno de queso. Lo agarré, pero una anciana que trabaja allí de panadera me detuvo: “Espera, cariño, tenemos una tanda recién hecha, ¡prefiero traerte uno caliente!”. 30 segundos después, me trajo el bollo más fresco. ¡Me sentí tan a gusto!
• Le pedí disculpas a mi novio por haberle gritado y me dijo: “No pasa nada. No me gusta que hables mal, pero en ese momento estabas estresada y sé que tus palabras no tenían nada que ver conmigo”. Ese es el tipo de condescendencia hacia las imperfecciones de los demás que creo que es donde reside la verdadera amabilidad. © Dushka Zapata / Quora
• El día que murió mi padre, yo lo llevaba bastante bien. A última hora de la tarde, fui al supermercado a comprar alimentos para distraerme de alguna manera. En la caja, de repente se me cayó de las manos un tarro de crema agria y lo ensucié todo. Y de repente empecé a sollozar. Inmediatamente me rodearon varias mujeres que me ayudaron a limpiar y a pagar, y una de ellas me compró un nuevo tarro de crema agria. No dijeron ni una palabra de más, y aún recuerdo su amabilidad y compasión. © misdolnurs2517 / Reddit
• Me fijé en una chica en el metro que tenía una “fuga” debido a su periodo. Le cedí mi asiento y me dijo: “Me ha bajado tan de repente y no tengo toallas. Tengo que llegar a casa como sea”. Y entonces un hombre mayor que estaba sentado a su lado de repente metió la mano en su bolso, sacó un envase de toallas femeninas y se las dio. Ella dudó, y entonces él dijo: “Llévatelas, acabo de comprar unas cuantas para mis hijas, puedes usarlas en la próxima estación”. ¡Qué bien que no se avergüence de este tema y haya sido capaz de ayudar! © Shweta Sharma / Quora

• Hace unos días, un hombre y su esposa vinieron a nuestro centro de ocio en las montañas, trayendo consigo a sus dos abuelas. Una tiene 85 años, la otra es más joven. En realidad, este es el propósito del viaje de los jóvenes: enseñar las montañas a las abuelas. Las abuelas no aceptaron de inmediato semejante aventura, pero al final se quedaron contentas con el viaje. Por la mañana les sirven el desayuno, luego las llevan a ver los lugares de interés de la zona, y por la noche toda la familia se sienta en la veranda a charlar. Las abuelas están encantadas con la belleza del paisaje y el aire fresco de la montaña, y afirman que aquí casi no necesitan sus pastillas y no les duele la espalda. Se alegran de haber aceptado venir. Qué bonito.
• Cuando tenía 14 años, quedé atrapado bajo los escombros de un edificio tras un terremoto. Mis gritos de auxilio fueron escuchados por un hombre cuyo rostro nunca llegué a ver. Habló conmigo durante seis horas hasta que llegó la ayuda, a pesar de que no era seguro estar allí. Hablamos de todo: de la escuela, de mi mascota, de mi comida favorita. Su voz fue un consuelo para mí durante esas horribles horas. Es mi héroe. © trailangel4 / Reddit
• Sin haberlo pensado bien, aparqué mi coche en la arena y, cuando intenté salir, las ruedas delanteras se hundían cada vez más en la arena. Sucedió junto a una obra en construcción, y en 5 minutos estaba siendo empujado hacia fuera por 6 trabajadores. No sirvió de nada, así que el jefe de obra subió a su monovolumen, agarró mi coche y lo sacó. Pero eso no es todo. Resultó que las pastillas de freno se atascaron en el proceso, así que estos chicos trajeron sus herramientas y repararon mi rueda. Volví a la hora de comer con una bolsa llena de dulces para el té, y aún tuve que convencerlos para que la aceptaran.
• Un día estaba sentada en una pequeña panadería, leyendo en mi teléfono un mensaje de mi novio que decía que ya no quería estar conmigo, y llorando. Entonces se me acercó una mujer, me puso delante un plato con un enorme trozo de pastel de chocolate y me dijo: “¡Cariño, cómete hasta la última miga y olvídate de él para siempre!”. Después lloré de emoción, pero aun así me comí todo el pastel.
• Me rompí el hombro. Tenía el brazo pegado al cuerpo con una venda. Era invierno, así que mi gruesa chaqueta hacía que pareciera que no tenía un brazo. Los conductores de los autobuses se negaban a cobrarme el viaje y la gente a mi alrededor consideraba su deber apoyarme moralmente y estaba dispuesta a ayudarme en todo lo que podía. Incluso hubo transeúntes que se ofrecieron a atarme las agujetas en la calle. Y luego dicen que en el mundo moderno no hay compasión ni ayuda desinteresada. ¡Sí las hay!

• Estaba de excursión en la ciudad noruega de Bergen. Había un niño de unos 3 años paseando por la plaza principal con su padre. El niño tenía un gran globo rojo en las manos. De repente, el viento lo arrancó de las manos del pequeño y lo llevó en mi dirección. Me apresuré, agarré el globo y se lo di al niño. Él estaba a punto de llorar, pero cuando vio el globo, inmediatamente brilló de felicidad de una forma que solo los pequeños pueden hacer. Su padre me sonrió y yo le sonreí a él. Por alguna razón recordé este incidente para siempre. © Stroinsk / Reddit
• Mi banda musical favorita venía a nuestra ciudad por primera vez en varios años. Compré las entradas con seis meses de antelación, me preparé, me anticipé, pero un par de días antes del concierto me enfermé de varicela. Entonces mi esposo decidió organizar una actuación en casa. Se cambió de ropa y se maquilló como solista. Hasta fabricó instrumentos musicales con medios improvisados: teclados con la tabla de planchar, batería con ollas. Interpretó unas cuantas canciones. Fue muy parecido. Y para mi cumpleaños prometió regalarme entradas para un concierto de la banda en otra ciudad.
• Mi hijo había tenido un grave accidente de coche. Estaba sentado en la unidad de cuidados intensivos, desesperado, cuando una niña de unos 9-10 años se me acercó y me preguntó por qué lloraba. Le expliqué que mi hijo estaba muy enfermo. Entonces me dio un perrito de juguete y me dijo que traía buena suerte y que mi hijo mejoraría. Mejoró, y ese perrito sigue en mi cómoda y a menudo pienso en aquella niña. © Stillloveyou112 / Reddit
• Tenía que tomar un tren a las 6 de la mañana. Cuarenta minutos antes de la hora prevista, me subí al coche, pero ¡no arrancó! Corrí a la estación de autobuses y vi mi autobús parado, aún sin pasajeros. Le pregunté a la conductora cuándo saldría el autobús y me dijo: “En 10 minutos”. Ahora sí iba a llegar tarde. La miré con tristeza y me dijo: “¿Qué ha pasado?”. Se lo conté y me propuso con una sonrisa: “¿Vamos a llevarte a este tren?”. Llegamos, me bajé, empecé a darle las gracias, y ella dijo: “¡De nada, corre!”. Fue hace mucho tiempo, pero aún recuerdo su amabilidad. © Affectionate_Pie333 / Reddit