24 Mentiras que nos han contado las telenovelas, pero que rayan en lo absurdas si les aplicamos la lógica

Curiosidades
hace 3 años

El mundo de las telenovelas suele contarnos historias inspiradoras, románticas y aleccionadoras que hacen que algunas mujeres sueñen con una vida así de emocionante y un final igual de satisfactorio, independientemente de que sepan que lo que ven en pantalla es mera ficción. Para ser sinceros, hay algunas producciones que exageran un poco y dejan ver claramente que escenas así estarían un poco lejos de ocurrir en la realidad.

En Genial.guru, hemos revisado algunas acciones típicas de las telenovelas que pueden calificarse como mentiras y hasta sucesos absurdos.

1. El maquillaje en situaciones naturales

Es muy típico ver que las mujeres de las telenovelas se despiertan o se bañan divinas, perfectas, con el maquillaje en su punto, los ojos delineados, las pestañas rizadas y hasta el labial retocado. Por ningún lado les vemos lagañas, el rímel corrido y la almohada marcada en la cara. Sospechoso, ¿no?

2. El pelo impecable

Sin importar si están nadando en un río, bajándose de un helicóptero o montando a caballo, el pelo de las mujeres en las telenovelas mexicanas siempre está impecable, peinado y brillante. Claro, toda esta magia se acaba cuando la villana la agarra y la desgreña en alguna pelea.

3. Las cachetadas no dejan rastro

Los enfrentamientos femeninos que terminan en cachetadas giratorias no pueden faltar en los dramas mexicanos. Lo curioso es que nunca dejan huella; el cachete no se pone rojo ni la mano queda marcada. Nada. Sin embargo, cuando los hombres se pelean, los moretones en los ojos o los pómulos pueden durar hasta 5 episodios seguidos, y siempre se los tocan para recordar su odio.

4. El odio entre hermanas

Con algunas excepciones, es bastante típico que cuando hay dos hermanas en la trama principal, una de las mujeres, o ambas, odie a la otra a más no poder, y ni hablar de que el galán del melodrama se fije en una cuando la otra está enamorada de él. En la vida real, las hermanas crecen juntas, se pelean de vez en cuando y a la media hora se reconcilian y vuelven a ser amigas.

5. Nunca es necesario ir al baño

A menos que sea para seguir a alguien y ponerle los puntos claros en privado, los personajes de las telenovelas nunca hacen una pausa para ir al baño, como la gente normal en la vida real. A pesar de que se hayan tomado cinco tazas de café u ocho vasos de agua, esta necesidad básica siempre se deja para hacerla fuera de cámaras.

6. Las conversaciones casi siempre son dramáticas

En las telenovelas, nunca se dice nada por decirse, no hay frases lanzadas al aire, nadie cuenta una anécdota que le pasó el otro día en el supermercado ni en el parque paseando a los perros. Todas las conversaciones están directamente relacionadas con la trama y, por lo general, son importantes, dramáticas e impactantes, sobre todo si son las que terminan un capítulo y dejan la incógnita para el siguiente. Hay que enganchar al espectador, obviamente.

7. Los gemelos separados al nacer

A los guionistas parece encantarles recurrir al argumento de los gemelos una y otra vez. Es de lo más típico que una mujer rica tenga la poca suerte de tener dos bebés, luego se le pierda o le roben uno, al cual harán pasar por muerto, y llegará a vivir a la casa de una familia pobre. Todo esto con la finalidad de que ambos se reencuentren como adultos, muy probablemente enamorados de la misma persona. Ahí nada más ya hay drama como para 100 capítulos.

8. Delitos impunes al por mayor

Los delitos impunes son el pan nuestro de cada día en la TV. Los villanos de la historia cometen todas las atrocidades que se les pueden ocurrir y, curiosamente, nunca los descubren ni sospechan de ellos. Es solo al final de la telenovela cuando finalmente se revela que siempre estuvieron ellos detrás de tantas calamidades y tragedias.

9. Los sacrificios inverosímiles de las buenas

Las buenas de las telenovelas son capaces de sacrificarlo todo y a todos, desde sus deseos de irse a la ciudad y estudiar porque su papá quiere que se case con el hacendado más rico hasta al “amor de su vida” porque la exnovia está embarazada de él. Claro, estas decisiones ilógicas son necesarias para luego poder grabar a la chica llorando frente al río.

10. La buena siempre renuncia a la fortuna

Ya sea para probar que su amor por el galán rico es desinteresado o que realmente solo quiere conocer a su padre multimillonario que no supo de ella cuando nació, la buena siempre está dispuesta a mostrar su desapego absoluto hacia las fortunas que podrían caer en sus manos. En la realidad, algunos hijos incluso demandan a sus padres millonarios solo para poder entrar en el testamento, ¿o no?

11. La mala es capaz de todo por quedarse con la fortuna

La mala de la novela no tiene un ápice de conciencia ni remordimiento por sus actos y es capaz de llevarse por delante al que sea con tal de quedarse con la fortuna, normalmente la misma a la que la buena renunció. A decir verdad, este caso sería un poco más fácil de encontrar en la vida real.

12. El amor se mide con dolor y lágrimas

Según todas las tramas de las telenovelas mexicanas, si el amor no duele y no tiene obstáculos, no es amor. La verdad es que, si la relación entre los protagonistas fluyese naturalmente y no hubiese villanos, no habría historia. Al final, lo recaudado en rating se termina gastando en cajas de pañuelos para la protagonista. ¡Qué manera de llorar!

13. La hija perdida llega a casa de su mamá

En las historias en las que hay una hija o un hijo que se perdió hace 20 años, es muy común que la persona llegue a trabajar casualmente en la casa de su madre y que, poco a poco, vayan descubriendo el parentesco entre ellos, casi siempre por medio de un collar con el que abandonaron al bebé. Tanta casualidad no puede ser cierta.

14. Todos hablan solos en voz alta

Entre las escenas más cliché que tiene la televisión, está esa en la que el personaje confiesa todos sus planes, dudas o secretos hablando solo frente a la cámara o a un espejo. La situación es más inverosímil aún si, por cuestiones de la vida, el galán está pasando por ahí y se entera de toda la verdad o la villana está detrás de la puerta y usará la información para alimentar su maldad.

15. Las casas se van a los extremos

En muchos casos, las producciones se van a los extremos cuando de casas se trata, sobre todo en las que muestran dos clases sociales opuestas. Como resultado, es muy común ver solo dos tipos de casa: las mansiones opulentas con 10 habitaciones y 4 estudios, y la choza sin tuberías ni cableado en la que todos duermen en un mismo cuarto.

16. Las bodas como fuentes de catástrofes

Siempre que se anuncia una boda en la etapa inicial o cumbre de una telenovela, sabemos que viene una dosis recargada de drama. Ya sea que la mala logró casarse con el galán a punta de engaños o que la buena se casó con el exnovio porque estaba moribundo, es imposible ver transcurrir una boda sin acontecimientos aparatosos. Las únicas bodas normales son las del capítulo final.

17. Los bebés intercambiados en el hospital

Un clásico de la TV mexicana es el caso de la típica enfermera inepta que intercambia a los bebés en el hospital. Si al inicio de la novela hay dos familias, cada una de ellas con un embarazo en progreso, podemos sentarnos a esperar un intercambio de bebés luego del parto. Es que si no los intercambian, la telenovela duraría 3 capítulos.

18. Siempre hay un evento que frustra a los villanos

La precisión con la que ocurren ciertos eventos hacen que algunas tramas se vuelvan un poco predecibles. Es muy típico que los villanos esbocen sus planes malévolos desde el estreno de la telenovela y luego, además de que se tardan 50 capítulos en por fin llevarlos a cabo, un evento “inesperado” los frustra de raíz y, si estamos en la etapa culminante, los deja en descubierto y los envían a prisión. ¡Cuánta sincronización del destino!

19. Las enfermedades siempre son terminales

Cuando algún personaje empieza a sentirse mal, ya hay que asustarse porque eso es enfermedad grave y terminal asegurada. En las telenovelas no ocurre que vayas al médico, te recete un medicamento y vuelvas a estar bien a la semana. Un dolor de cabeza siempre es sinónimo de un tumor maligno en el cerebro debido al cual solo quedan 3 meses de vida.

20. El matrimonio es el mejor final feliz

Todas las telenovelas siempre terminan con la boda de los protagonistas. Para los guionistas, el matrimonio es lo mejor que les puede pasar como pareja, no hay otros finales en los que vendan sus propiedades y se vayan a viajar por el mundo o se harten de tantos obstáculos y sigan su camino separados. Esto suena a herencia de los cuentos de hadas, ¿verdad?

21. Todos los accidentes son trágicos

Los accidentes automovilísticos siempre son fatídicos; con suerte, la persona involucrada queda en la cama de un hospital llena de cables y tubos por unos 20 capítulos al menos. Además, la gravedad del accidente es directamente proporcional a la importancia del personaje en cuestión. Nunca hay choques leves ni multas por exceso de velocidad.

22. Los malos siempre saben qué manguera cortar

¿Cuántas personas conoces que sepan lo que hacen cuando abren el capó de un auto? Ni hablar de lo que debe ser ver un carro por debajo. Pero los malos de las telenovelas sí los conocen a la perfección, lo suficiente como para saber qué manguera cortar o qué componente alterar para crear un destino letal para los buenos.

23. Las caídas por las escaleras

Seamos sinceros, si una persona se cae por unas escaleras larguísimas en la vida real, termina con mínimo 3 fracturas en distintas partes del cuerpo. Sin embargo, en las novelas no, allí los personajes siempre terminan inconscientes y acaban en el hospital, pero nunca se rompen nada. De hecho, algunos incluso caen en coma del golpe en el cerebro. O sea, en estado vegetal, pero con los huesos intactos.

24. La fea siempre termina siendo guapa

En las novelas mexicanas en las que hay una fea, siempre resulta haber una transformación arrolladora en el camino del que sale una mujer nueva. El proceso regularmente incluye quitarle las gafas, lavarle el pelo y maquillarla. La verdad es que nunca fueron realmente feas.

¿Qué novelas con estas mentiras tan típicas has visto a lo largo de tu vida? ¿Alguna vez has soñado con vivir una historia de telenovela? ¿Por qué?

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